El ascenso de la Roma Imperial: historia, emperadores y caída del imperio

Enviado por Chuletator online y clasificado en Latín

Escrito el en español con un tamaño de 11,47 KB

El ascenso de la Roma Imperial

Después de la muerte de Julio César, Roma conocería un nuevo rey. Parto de poder a través de un segundo triunvirato (43 a.C.) que estuvo integrado por:

  • Octavio, sobrino e hijo adoptivo de Julio César, asumió el poder de Roma y la parte occidental del imperio.
  • Marco Antonio, lugarteniente de César en la guerra de las Galias, se quedó al mando de los territorios orientales.
  • Lépido, gobernador de la Galia Narbonense, tenía el control de África.

Una nueva guerra civil y el origen del poder político imperial

Una nueva guerra civil se desató pronto entre los nuevos triunviros y fue durante ese conflicto cuando se gestó el origen del poder político imperial alrededor de la figura de Octavio, tras haber conseguido la sumisión de Lépido y haber derrotado a Marco Antonio, en la batalla naval de Accio (Actium) en el año 31 a.C. De esta fecha data el tradicional comienzo del Imperio como tercer y último periodo en la historia de Roma.

Octavio Augusto, el primer emperador

Desde el año 27 a.C., Octavio pasó a ser conocido con el sobrenombre de Augusto y a tener en sus manos todo el poder en Roma. Sin embargo, no se consideró nunca de forma oficial la idea de restaurar la monarquía. Los poderes vitalicios del imperium y las potestas tribunicia, además, Pontifex Maximus, le dieron un control soberano sobre la administración civil y militar. El tesoro público estaba también bajo su supervisión. La propia seguridad del emperador aumentó al quedar instituida una nutrida escolta conocida como guardia pretoriana.

La Pax Romana y la extensión del imperio

Los territorios a los que hoy nos referimos como imperio romano fueron, en realidad, conquistados durante el periodo de la República. Cuando Augusto llegó al poder, el Mediterráneo ya era un Mare Nostrum, la nueva organización que impulsó este primer emperador, fueron distribuidos en tres categorías:

  • Las provincias senatoriales, aquellas con un carácter más sumiso al poder de Roma, no necesitaban de constante vigilancia.
  • Las provincias imperiales, territorios, no del todo pacificados, donde se hacía necesaria la presencia de tropas que dependían del emperador.

Dinastía de Julio-Claudia (27 a.C-68 d.C)

Durante esta dinastía, el imperio se afianzó. Se incorporaron los territorios de Egipto, Mauritania, zonas fronterizas de Germania y de Britania. Los emperadores de esta dinastía fueron: Augusto, Tiberio, Claudio, Nerón y Calígula.

Dinastía Flavia (69-96 d.C)
En este periodo se sofocó una sublevación de los judíos y se afianzaron los territorios de Britania.

Era de los Antoninos (96-192 d.C)

Durante esta etapa, la Dacia (actual Rumanía) quedó incorporada al imperio gracias a las conquistas de Trajano; no obstante, el penúltimo de los emperadores de esta dinastía, el célebre emperador-filósofo Marco Aurelio, murió conteniendo el empuje de las tribus bárbaras de más allá del Danubio.

Dos imperios en uno: Roma y Constantinopla

El sistema imperial romano fue evolucionando hasta constituir un sistema de monarquía absoluta.

Dinastía de los Severos (193-235 d.C)

No aportó nuevos territorios, a excepción de una efímera presencia romana en el Éufrates tras la derrota de los partos, el eterno enemigo de Roma en aquella zona del Medio Oriente, durante el reinado del fundador de la dinastía, Septimio Severo. Para esa época, Roma había pasado ya a la defensiva y, más que pensar en extender sus conquistas, estaba preocupada por defender sus fronteras de las incursiones bárbaras, especialmente a partir del siglo III d.C., un claro periodo de crisis para el Imperio.

La Tetrarquía

A finales del siglo III d.C., se instituyó un nuevo sistema de gobierno integrado por cuatro personas, la Tetrarquía, con dos “Augustos” que actuaban en la defensa del imperio, auxiliados por otros dos personajes, llamados “césares“, que deberían sucederles, asegurando así, una cierta estabilidad en su política. Por desgracia, el sistema no llegó a funcionar debido a los continuos enfrentamientos militares. El ejército se convirtió en un factor político de primer orden que acabó con el sueño de estabilidad, perseguido por Diocleciano. El sistema derivó hacia una Diarquía (gobierno de dos emperadores) y, finalmente, hacia la monarquía absoluta de Constantino.

La caída del imperio romano

Fue, sin embargo, el emperador Teodosio, quien a finales del siglo IV d.C. dividió el imperio romano en dos partes bien diferenciadas: la parte occidental, que heredaría su hijo Honorio, capital en Roma, y la parte oriental, para su hijo Arcadio, con sede en Constantinopla. Para ese momento, las fronteras del imperio se estaban desmoronando rápidamente. Tribus bárbaras fueron compradas para hacer frente al empuje de otros pueblos de más allá del Rin y del Danubio. Desde comienzos del siglo V el imperio romano estaba ya sentenciado. Se admite como fecha de la caída del imperio romano de Occidente la del 476. Por su parte, el imperio romano de Oriente, Imperio bizantino, perduraría casi 1000 años más, hasta la caída de Constantinopla en el año 1453 ante los turcos.

-a

-ae

-us -er -ir

-um

-i

-a

-s -is

-e

-es

-a -ia

-a

-ae

-e -er -ir

-um

-i

-a

-s -is

-e

-es

-a -ia

-am

-as

-um

-os

-a

-em

-e

-es

-a -ia

-ae

-arum

-i

-orum

-is

-um -ium

-ae

-is

-o

-is

-i

-ibus

-a

-is

-o

-is

-e -i

-ibus

Entradas relacionadas: