El Ascenso del Nazismo: De Partido Obrero a Dictadura Totalitaria
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El Nacionalsocialismo Alemán
El Partido Nazi
Adolf Hitler, un cabo influido por el nacionalismo pangemánico austriaco, que había participado como voluntario en la Primera Guerra Mundial, se afilió al Partido Obrero Alemán, fundado en Múnich en 1919. Bajo su influencia, pasó a denominarse Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores, pronto conocido como Partido Nazi.
Durante los años 20, este partido tuvo escaso apoyo electoral. Hitler se declaraba antiparlamentario. Por eso, en 1923, tras la ocupación francesa del Ruhr, participó en el golpe de estado de Múnich y fue condenado a prisión. En 1924, Hitler quedó libre gracias a una amnistía y remodeló el partido, lo jerarquizó y estableció su dominio personal absoluto, partiendo del principio del caudillaje. La estima que tenía de sí mismo le hizo decir (a Franco) que era un iluminado, que se creía en posesión de la verdad y se ponía furioso con los que no pensaban como él.
En las elecciones de 1930, los socialdemócratas se hundieron y ganaron credibilidad las teorías comunistas y nacionalsocialistas, cuyos miembros aprovecharon la victoria para hacer continuas demostraciones de fuerza y violencia callejera.
Régimen Nazi
Los partidos conservadores se tranquilizaron porque el Führer solo pidió dos carteras ministeriales para su partido y pensaron que sería fácilmente controlable. Pero las cosas no fueron así, y entre febrero de 1933 y agosto de 1934, Hitler implantó su dictadura totalitaria.
- En lo político: Ilegalizó el Partido Comunista, al que atribuyó, en febrero de 1933, el incendio del Reichstag, y suspendió las garantías constitucionales y la soberanía popular. En abril, Hitler creó la Gestapo o policía del Estado.
- En lo económico: Repudió las deudas de las reparaciones y puso en práctica una política económica intervencionista y autárquica para conseguir la autosuficiencia agraria. Reguló el comercio exterior, firmando acuerdos con los países no industrializados del área danubiana y balcánica, que se comprometieron a comprar a Alemania productos industriales por un valor equivalente al de sus agrícolas.
De República a Imperio
En agosto, Adolf Hitler acabó con la estructura federal autónoma con la que Alemania se había gobernado desde 1871 e impuso el estado totalitario, centralista y nazi. Y, como hiciera Otto von Bismarck, proclamó el inicio del Tercer Reich para constituir la Gran Alemania y ser árbitro de Europa. En octubre, Alemania se retiró de la Sociedad de Naciones y, para obtener apoyo a su propósito imperialista, alentó el nacionalismo de los que entendían que la unificación de 1870 había quedado incompleta. En 1935, Hitler abolió los matrimonios mixtos con judíos e inició una política poblacionista. En enero de 1934, Hitler modificó la Constitución, lo que le permitió autoproclamarse presidente del Estado a la muerte de Hindenburg y conservar la Cancillería.
Colaboración entre los Fascismos
Italia decidió abandonar la Sociedad de Naciones. Hitler aprovechó la situación para proporcionar a Mussolini armas y carburantes. El Führer sería su mejor aliado, sobre todo cuando Hitler reconoció la conquista de Etiopía. Ambos decidieron apoyar a los militares insurrectos contra la Segunda República en la Guerra Civil (1936-1939), lo que les permitió estrechar sus relaciones. En 1937, Mussolini rompió con sus aliados de la confederación de Stresa y firmó con Alemania el Eje Berlín-Roma.
La Revolución Rusa
En 1917 se produjo uno de los grandes éxodos del siglo XX: la Revolución Rusa, que supuso el triunfo del movimiento obrero. La revolución dio lugar a un nuevo sistema político y a una nueva potencia mundial asentada sobre los principios del comunismo: la Unión Soviética. Durante gran parte del siglo XX, la URSS fue una referencia para quienes no aceptaban el modelo político y económico del capitalismo liberal e inspiró muchos de los movimientos revolucionarios de la época. Pero también estuvo dominada por épocas de poder totalitario, en las que se reprimían las libertades individuales. La influencia de la Unión Soviética concluyó con la desaparición del estado soviético en 1991.
Revolución de 1905
La insurrección de 1905 contra el zarismo fue una llamada de atención sobre los graves problemas de Rusia. El gobierno aceptó una serie de reformas que anuló en cuanto pudo. La crisis económica de 1905-1907, la aparición de huelgas obreras, sublevaciones campesinas y numerosas acciones terroristas. El detonante de la revolución fue la guerra de 1904 entre Rusia y Japón. Japón derrotó a Rusia, lo que provocó una enorme conmoción en el país y el estallido de la revolución de 1905. Una manifestación pacífica de obreros, una súplica en busca de protección y justicia, y que todos sean iguales y libres, provocó centenares de muertos y heridos, conocido como el Domingo Sangriento, y se crearon los primeros sóviets de obreros.