Arte Taifa: Metalistería, Cerámica, Marfiles y la Fitna

Arte Taifa: Metalistería, Cerámica, Marfiles y la Fitna

Metalistería

Un ejemplo de la metalistería taifa es una cajita ovalada en plata nielada, procedente de la Catedral de León. Su inscripción cúfica expresa buenos deseos para el propietario, lo que sugiere su uso comercial. La pieza más destacada es el Grifo de Pisa, de bronce. Su origen, posiblemente taifa, egipcio o iraní, sigue en debate. Esta imponente figura, probablemente de una fuente, está completamente grabada, simulando un efecto textil. El grifo, animal fantástico con carácter apotrofaico en el mundo islámico, presenta la rigidez y abstracción típicas del arte árabe.

Cerámica

La cerámica califal, referente para la taifa, se caracterizaba por el uso del verde del cobre y el manganeso. Un ejemplo es el ataifor, un plato grande y esbasado para servir alimentos, decorado con la imagen de un navío. Sin embargo, la cerámica más importante del periodo taifa es la de cuerda seca, que comenzó a finales del califato. Esta técnica consiste en dividir la pieza con líneas de óxido de manganeso y materia grasa, creando compartimentos para los óxidos colorantes. Una doble cocción fija los materiales y vitrifica los colores, evitando que se mezclen. Un ejemplo de esta técnica presenta la figura de un pavón, un motivo oriental popular en la península ibérica de la época.

Marfiles y la Fitna

La Fitna, o Guerra Civil, del año 1010 dispersó a los artesanos cordobeses, quienes buscaron refugio en los reinos taifas. Una familia de artesanos del marfil se estableció en Toledo, creando el importante Taller de Cuenca, activo entre 1026 y 1050. Este taller, dirigido por la familia Ibn Zayyan, continuó la tradición califal, creando piezas como esencieros y contenedores de perfumes, posiblemente para joyas o regalos lujosos.

Arqueta de Santo Domingo de Silos

: las placas de marfil son según dice la inscripción, son de una arqueta completa hecha por Mohamed en el año 1026, en el periodo taifa. Los apliques, los herrajes se ponen en el siglo XII, un herraje metálico dorado y con esmaltes. Esto pasa cuando pasa al mundo cristiano como relicario, hay que cristianizarlo.
Se pide ayuda a un artesano de la zona y que crea allí en Silos un taller de esmaltes. Hay incorporación de placas completas con esos esmaltes, no interesan porque solamente cubren espacios que faltan de la original, en la que sale Santo Domingo de Silos con dos ángeles. Solo nos interesan las partes de las placas de marfil.
Nos encontramos con que la pieza ya no es maciza. Son placas independientes que se unen a un alma de madera, así se ahora marfil. La talla es menos profunda y más tosca que la de taller califal. Otro elemento es que ya no tenemos la división en medallones y toda la superficie