Arquitectura Románica: Características y Elementos

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II. LA ARQUITECTURA ROMÁNICA:

Características Generales: En el largo proceso de evolución del estilo, podemos distinguir varias fases:

. Primer Románico: 1000-1075

. Románico Pleno: 1075-1150

. Románico Tardío: 2ª mitad del s. XII: se construyen catedrales por toda Europa con elementos que anuncian el estilo gótico.

Elementos de la arquitectura románica:

- Arco de medio punto: Es el arco preferido del románico. Se usa en la estructura de la bóveda, arquería de las naves, portadas, vanos…

- Cubierta: Presenta cuatro formas diferentes:

  1. Bóveda de cañón: el abovedamiento es en piedra de la mayor parte del edificio. La bóveda de cañón es una sucesión de arcos de medio punto y descansa sobre la totalidad de los muros que deben ser gruesos y con pocos vanos.

  2. Arco fajón: se utilizan para fortalecer la bóveda que absorben el peso y articulan el espacio interior. También se colocan contrafuertes.

  3. Bóveda de arista: Es el cruce perpendicular de dos bóvedas de cañón. Se divide en cuatro cuartos.

  4. Cúpula: la cúpula se convierte en LINTERNA cuando es cuerpo cilíndrico o poligonal perforado de ventanas. También encontramos CIMBORRIOS. La cúpula se apea sobre pechinas si se pasa de planta cuadrada a la circular de la cúpula, o sobre trompas si se pasa de la planta cuadrada a una poligonal.

  • Soportes: Presentan tres posibilidades:

    1. Muro: Papel de sostén y cerramiento. En el exterior se articula con listones, bandas lombardas, arquerías, arquillos ciegos…

    2. Pilar: Cuando el edificio es de varias naves, las cargas verticales las soporta el pilar.

    3. Columna: En el románico desaparece el sentido de proporción clásica de la columna y pierde proporciones mientras abandona los órdenes. El capitel se convierte en lugar privilegiado para la decoración.

La planta más generalizada es la de cruz latina, de una, tres o cinco naves longitudinales y una nave transversal llamada transepto o nave delcrucero que puede estar o no marcada al exterior. En alzado, la nave central del templo es más alta que las laterales, lo que permite abrir ventanas para iluminar el interior, aunque de pequeño tamaño.

Cuando el templo tiene más de una nave, si las laterales dan vuelta por detrás de la capilla mayor, esa parte constituye la girola o deambulatorio, que permite a los visitantes recorrer totalmente el templo sin interrumpir el oficio litúrgico.

Como elementos sustentantes en el interior utilizan el pilar y la columna; ésta será de fuste cilíndrico y siempre sobre basa. El capitel más frecuente es el de hojas con un complejo entrelazado vegetal al que añadirán figuras de animales y humanas. Junto a éste, surgirá otro capitel, el iconográfico o historiado, formado por un relieve corrido donde se narran escenas sagradas, con claro sentido didáctico. Pero el papel protagonista como soporte corresponde al pilar, cruciforme, al que adosan en cada una de sus caras columnas.

La cubierta más habitual es la bóveda de cañón, construida en piedra para conseguir mayor solidez y evitar los incendios. Se reforzaba con arcos fajones o perpiaños que descansan sobre las columnas. Los pilares quedan unidos entre sí por arcos paralelos al eje de la bóveda, denominados formeros. Las naves laterales se cubren con bóveda de arista.

La bóveda de cuarto de cañón será usada en la tribuna. El crucero se cubre con cúpula, levantada sobre trompas o sobre pechinas. En la fachada, a los pies de la iglesia, es frecuente que se sitúen dos sólidas torres, flanqueando la fachada, que sirven como torres campanario. Suelen ser de planta cuadrada o rectangular, aunque también las habrá poligonales o cilíndricas, pero siempre sobresaliendo por encima del volumen general de la iglesia, que tenderá a la horizontalidad.

El sentido simbólico de este espacio cobra toda su fuerza en el ábside, lugar santuario de Dios. La orientación de Este (ábside) a Oeste (pies) de la mayor parte de los edificios marca la dirección del nacimiento y muerte del sol.

La planta basilical define tres ámbitos: el terrenal, el de la transición y el divino. El primero se corresponde con la nave central, que marca la dirección, el camino hacia el ábside. Esta zona puede considerarse el cuerpo de la Iglesia. El ámbito de transición se corresponde con el crucero, donde se unen lo terrestre y lo celeste, simbolizado por la cúpula. El ábside representa el espacio divino.

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