Los Apóstoles y el Mesías Jesús: Origen del Cristianismo

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Los Apóstoles

Testigos y Enviados de Jesús

"Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué recompensa recibiremos?" (Mateo 19,28).

Jesús les contestó: "Os aseguro que vosotros, los que me habéis seguido, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel".

Los Evangelios narran que Jesús eligió de entre sus seguidores a doce apóstoles, a los que introdujo en el círculo más íntimo de su vida, les hizo partícipes directos de sus enseñanzas y les confió la tarea de transmitir sus enseñanzas a todas las naciones de la tierra. Éste es el significado de la palabra apóstol: enviado, mensajero, portador autorizado de un mensaje, de acuerdo con el principio rabínico: "El enviado de una persona es como esa persona".

Los elegidos fueron:

  • Simón, a quien Jesús llamó Pedro (Cefas, Piedra);
  • Su hermano Andrés;
  • Santiago el Mayor y su hermano Juan, hijos del Zebedeo (Boanerges, hijos del trueno);
  • Felipe de Betsaida;
  • Bartolomé (a veces identificado con Natanael);
  • Mateo (Leví), el recaudador de impuestos;
  • Tomás (Dídimo, gemelo);
  • Santiago el Menor, "hermano del Señor";
  • Santiago, hijo de Alfeo;
  • Judas Tadeo;
  • Simón el Zelota;
  • Judas Iscariote (el traidor).

A ellos se añadió Matías, elegido para sustituir a Judas Iscariote.

Jesús, el Mesías

Durante varias semanas después de la muerte de Jesús, los rumores de su resurrección se extendieron. El sanedrín no les dio importancia, pues había asuntos más urgentes, como el profeta samaritano que aseguraba conocer la ubicación de unas copas sagradas. Pilato envió tropas para disolver la manifestación, lo que provocó protestas al legado de Siria, Vitelio, quien destituyó a Pilato.

Meses después, Vitelio destituyó también a Caifás, nombrando a Jonatán, hijo de Anás. Con la desaparición de los enemigos de los nazoreos, éstos trasladaron su jefatura a Jerusalén, integrando a muchos apóstoles y seguidores de Jesús, quienes iniciaron una campaña de proselitismo. Predicaban la resurrección y ascensión de Jesús, afirmando su pronto regreso para liderar una rebelión contra Roma.

La historia de la ascensión de Jesús no era extraña para los judíos, quienes creían en leyendas similares. Esto les daba esperanza del fin del dominio romano. Los nazoreos predicaban incluso en el templo, enfrentándose al sanedrín.

La resurrección de Jesús atrajo a muchos prosélitos, sorprendiendo a los judíos extranjeros, para quienes esta idea era nueva. Para confirmar sus enseñanzas, los nazoreos llevaban dos rollos: uno con versículos del Antiguo Testamento que profetizaban al Mesías, identificándolo con Jesús, y otro con las predicaciones de Jesús, que luego se integraría en el Sermón de la Montaña del Evangelio de Mateo.

Fariseos y saduceos acusaban a los nazoreos de corromper las escrituras, mientras que éstos acusaban a los primeros de transgredir la ley. En este contexto llegó a Jerusalén Saulo de Tarso.

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