Análisis de La Fundación

Estructura

La obra presenta una estructura circular. Estos dos elementos crean el escenario adecuado para el comienzo de una alucinación y deja al final el camino abierto para nuevas situaciones. una estructura abierta. El espectador no sabe si Tomás y Lino serán ejecutados o lograrán la fuga que les llevará a una posible libertad. Aunque podría darse este desenlace abierto, la mayor parte de la crítica considera que el final será la ejecución por las palabras que dice uno de los personajes. La historia es suministrada al espectador con la misma lentitud con que el protagonista la va conociendo, y se complicará rápidamente al final, al ser conocidos los proyectos de fuga de Asel y la nueva existencia de un delator. Por otro lado, la obra no sigue la división tradicional en tres actos que se corresponden con presentación- nudo- desenlace, sino que se divide en dos partes, divididas a su vez en dos momentos y prescinde de la división en escenas.

Topografía

La obra aparece organizada en dos partes, rotuladas 'Primera” y "Segunda" entre ambas han transcurrido tres días. La función de estas subdivisiones es fundamentalmente escenográfica: en cada una de ellas se producen cambios en la decoración en ese laborioso itinerario desde la fundación a la cárcel o desde la alucinación a la verdad en la mente de Tomás.

Análisis de los personajes de La Fundación

Lino

(tornero, ingeniero en la Fundación). Únicamente él podría encajar en el modelo de personaje activo (“Puede pensarse, luego puede hacerse”) Su actitud inicial es de intransigencia e incomprensión hacia Tomás, al cual intenta desde el principio decirle la verdad. La evolución de Lino va desde una gran apatía hasta una acción desesperada y peligrosa al arrojar a Max por la barandilla. Se equipara a los carceleros sin darse cuenta al interrogar a Max y querer anularlo.

Max

(tenedor de libros, matemático en la Fundación). Asel lo caracteriza: “Es el vulgar confidente”. Aunque no actúa, llega a ser activo. Se entrega a fáciles compensaciones a cambio de una traición. Es acusado de traidor, ya que por las pruebas que tenían, él había delatado los planes de Asel de forzar un traslado a las celdas de abajo. Lo caracteriza, por tanto, su bajeza moral.

Tulio

(técnico en hologramas, fotógrafo en la Fundación). En su diseño, el autor utiliza un recurso que ha usado a menudo: la primera impresión que obtenemos del personaje resulta engañosa. En toda la primera parte, aparece nervioso, intransigente y agresivo con Tomás, a quien le resulta antipático, al igual que a los espectadores que no comprenden su deseo de ayudar a Tomás a poner la mesa de forma increíble –como indica la acotación-; lejos de burlarse de él, quiere complacerle.. En el cuadro primero de la segunda parte se revela su poderosa humanidad.

Asel

(ingeniero, médico en la Fundación). Es uno de los personajes más ricos del teatro de Buero. Tomás asegura que es desconcertante, y esa impresión se confirma a lo largo de la acción dramática; sólo en las últimas escenas se llegará a conocer con exactitud. Es un hombre de acción. Es capaz de soñar un mundo mejor e influir moralmente en los otros. Aunque no sea el protagonista, también impulsa la acción dramática, cuyos dos hilos son la curación de Tomás y el proyecto de fuga. Es él quien ha concebido el proyecto de fuga y ha ideado una terapia para que sane Tomás. Este es el sentido del suicidio de Asel, verdadero clímax de la obra, dos escenas más tarde (de esta forma intentó matarse Tomás, pero Asel se lo impidió). Tomás comprende que se suicidó por no hablar, su muerte es una ofrenda, puede dar vida a otros.