El Agustinismo en la Historia y la Delimitación Cronológica de la Edad Media

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El Agustinismo y su Interpretación Histórica

Las teorías elaboradas por Agustín de Hipona tienen su presentación histórica en los siete libros Historiarum adversus paganos de Orosio. Su historia es el relato de una serie de culpas y castigos, de méritos y premios, en que los hechos más aparentemente fortuitos hallan su explicación. Quizá una de las maneras más completas de expresar el concepto providencialista de la Historia la encontramos en la llamada Crónica Profética, en la que se explica, mediante una de las profecías de Ezequiel, la entrada de los musulmanes en la Península y se anuncia o profetiza su expulsión una vez cumplido el objetivo asignado por Dios.

Partiendo de las ideas de San Agustín, el historiador atribuye a Dios el proceso histórico, justifica los éxitos y fracasos por la intervención divina y da credibilidad a narraciones legendarias o milagrosas, como la serie de prodigios que anunciaron durante tres años la proximidad de la muerte de Carlomagno, según su biógrafo Eginhardo. Las ideas de Agustín de Hipona conservan parte de su fuerza hasta los tiempos modernos, pero se ven afectadas por el valor creciente que los filósofos dan a la razón, es decir, por la pérdida de la exclusividad de la Teología a medida que Averroes, en el campo musulmán, Maimónides, en el judío, y tras ellos, los filósofos como Santo Tomás, entre los cristianos, aceptan las teorías aristotélicas. A la verdad se puede acceder a través de la fe y también mediante la razón. La Historia, sin abandonar enteramente el campo de la Teología, pasa a convertirse en la parte de la filosofía que aspira a entender el sentido universal de los hechos humanos.

La Reforma no se opone en principio a las ideas de Agustín de Hipona, pero al propugnar la vuelta al cristianismo primitivo, que los reformadores consideran alterado por los pontífices, acentúa la visión de la Edad Media como un período oscuro o, en el mejor de los casos, como un paréntesis entre los tiempos de Cristo y los actuales, exactamente igual que, desde otros planteamientos, han hecho los humanistas. La Reforma toma claramente partido por el poder civil frente al eclesiástico romano, y al hacerlo termina rompiendo la unidad medieval.

Los Límites Cronológicos de la Edad Media

La atención de los historiadores se ha dirigido a dividir la Historia en épocas o períodos cronológicos, atribuyendo a cada uno de ellos unas características comunes que definen el período, lo diferencian de los restantes y plantean problemas concretos. La visión de Daniel se sitúa durante la Edad Media en un contexto mucho más amplio que incluye la Historia del pueblo judío, antes y después de las visiones proféticas, y la Historia de otros pueblos, Roma y Grecia sobre todo. Se hacen eco de esta visión, entre otros muchos, las Etimologías o la Crónica de Isidoro de Sevilla, quien cita entre sus fuentes a Julio el Africano, San Jerónimo o el rey Alfonso X en el siglo XIII. Para ellos, la Historia se divide en seis períodos o edades:

  • 1.- Desde la creación del hombre hasta el Diluvio Universal.
  • 2.- Llega hasta Abraham.
  • 3.- Entre Abraham y David.
  • 4.- Se inicia con el reinado de David y finaliza con la ocupación de Judea por Nabucodonosor, época en que se funda Cartago y Roma.
  • 5.- Hasta el nacimiento de Cristo.
  • 6.- Se da con el nacimiento de Cristo, que se confunde con la Historia de Roma.

La pervivencia del Imperio Romano permitió seguir encuadrando en la última de las edades del mundo cuanto sucedía y había de suceder desde la aparición de Cristo hasta los años finales del período que hemos llamado Edad Media. En 1688, Cristóbal Keller fijó por primera vez los límites de la Edad Antigua, de la Medieval y de la Moderna. Keller centraba la Historia alrededor del Imperio Romano y, en consecuencia, fijó el límite de la Edad Media en la división del imperio por Constantino, y el punto final en la conquista de Constantinopla por los turcos: los límites de la Edad Media coinciden con la existencia del Imperio Bizantino.

La historiografía política posterior a Keller aceptó el tope de final de la Edad Media, pero no así el inicial, que situó en las invasiones germánicas, en la creación de los reinos germánicos de los que saldrán la mayoría de las naciones europeas actuales. Pirenne fija el comienzo de la Edad Media a fines del siglo VII y señala como causa fundamental la expansión árabe por el Mediterráneo. En realidad, esta teoría no es sino una consecuencia del auge logrado por la historia económica. El problema de los orígenes de la Edad Media depende, pues, de la contestación que demos a la pregunta de si la situación descrita por Pirenne es prolongación de otra existente en la Antigüedad o si, por el contrario, nos hallamos ante una ruptura, ante un corte total con el mundo antiguo.

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