Agustin de Hipona

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Tema: Quién no es feliz
Ideas Principales:
1- Quien vive como quiere no tiene por qué ser feliz
2- Es peor desear lo que no te conviene, y conseguirlo, que no conseguir lo que deseas (y te conviene)
Felices: Aunque para algunos filósofos la felicidad consista en conseguir todo lo que deseas, Agustín piensa de forma muy diferente. Según Agustín, aunque consiguiéramos todo lo que deseamos (lo cual es difícil ya de por sí), nunca conseguiríamos quitarnos el miedo a perder eso que hemos conseguido. Por tanto, lo que nos dé felicidad debe ser algo eterno y que no se pueda perder, es decir, Dios. Por ello, el autor sostiene que la felicidad se alcanza haciendo una búsqueda interior que conjuntamente con la iluminación divina, nos permite tener a Dios y ser felices. Desear: Querer conseguir algo. Debemos entender este término de manera negativa, ya que mientras deseemos algo, mientras lo anhelamos, no podemos llegar a ser felices. Por otro lado, la única manera de dejar de desear bienes mudables, es alcanzar a Dios dentro de nosotros y lo ideal sería que ésta fuera nuestra máxima prioridad, nuestro mayor deseo.
Fortuna: El azar. Lejos del actual significado tan positivo que tiene, en la época de Agustín, la fortuna podía entenderse como azar, es decir, un significado neutro. Agustín piensa que aunque lo mejor sería desear lo que te conviene, es mejor que nos lleven los designios de la fortuna a que deseemos lo que no nos conviene.
C. Formal: El fragmento a comentar pertenece al segundo capítulo del libro De Beata Vita de Agustín, escrito en el 386 d.C. en su juventud, cuando Agustín estaba recién convertido al cristianismo (influido por su tutor el obispo Ambrosio de Milán), en las afueras de Milán en compañía de su hijo, su madre y unos amigos.
C.Próxima: Tras haber aclarado al principio del capítulo que el cuerpo consta de cuerpo y alma, Agustín empieza a tratar el tema de quién es feliz, pleno antes de ello debe aclarar quién no es feliz. Y en esta labor su madre tiene una intervención magistral (en el párrafo anterior) que hace que los allí presentes olviden hasta que es mujer. Después de esto uno de los presentes en su casa pedirá a Agustín que les explique entonces quién es feliz, a lo que Agustín, ofendido, responderá que él es el que lleva el ritmo de la conversación, y no un invitado.
Explicación: En este fragmento Agustín alaba la intervención de su madre que afirma que quien obtiene lo que desea no tiene por qué ser feliz, ya que, como dice ella, aquel que ansía el mal (moral) y lo consigue, seguirá siendo infeliz. Es por eso que conviene más quedarte “con las ganas” de conseguir lo que deseas y ser guiado por el azar, que no conseguir lo que no te conviene y ser entonces rematadamente infeliz. No obstante, tal vez a modo de guiño hacia todos los hombres presentes, Agustín le hace una sutil recriminación en cuanto a la forma de como se explica su madre, y lo traduce al lenguaje de un gran filósofo masculino como lo es Cicerón.



C. En la obra
: De Beata Vita trata en términos generales de la felicidad, entendida como salvación. En este capítulo en concreto, Agustín está explicando quiénes son felices, y en el fragmento que estoy comentando, Agustín explica que es lo que no debemos hacer, y que es lo que nos conducirá por una senda equivocada que nos alejará de nuestro objetivo: la felicidad.
C. En la filosofía del Autor: Para Agustín, el proceso de alcanzar la felicidad consiste en hacer una simbiosis entre fe y razón que nos permita, a través de una búsqueda interior razonada, y añadiéndole la gracia que Dios, por amor-compasión, pueda decidir darnos. En términos generales, Agustín mantiene su postura ética acerca de que debemos querer creer para poder ser felices, ya que si tomamos el camino equivocado iremos irremediablemente a la infelicidad. En este fragmento Agustín también tiene a inclinarse más a favor del azar y negando de alguna manera la existencia del destino estoico.
C. en la época: En la época de Agustín había una preocupación generalizada por la felicidad trascendente, en contra de la anterior felicidad inmanente, que tuvo como consecuencia la aparición de diversas doctrinas de salvación. Aunque en un principio pudiésemos considerar el cristianismo como una más entre las otras muchas, no cabe duda de que ha sido la que más ha perdurado, tal vez por su carácter eclesiástico y representando a otras muchas. En definitiva, este texto se ajusto perfectamente al tema que predominaba la sociedad de entonces, la felicidad.
Val crítica: En primer lugar, no cabe duda de que Agustín piensa firmemente que para ser feliz hay que ser cristiano, hacer una búsqueda interior, y conseguir la gracia de Dios y que todo esto se produce a través del alma, pese a que esto lo mencionara posteriormente a la publicación de De Beata Vita. Por otro lado, es también innegable que hoy en día la sociedad, sobre todo la occidental, es profundamente laica, y tiene un tremendo aprecio por el dinero y los bienes materiales. Partiendo de estas premisas, si intentáramos aplicar los ideales agustinianos en nuestra sociedad, nos sorprendería que, a pesar de la aparente incompatibilidad de ideas, algunos conceptos sí que serían aplicables. A saber, aunque somos laicos, un altísimo porcentaje de la población occidental está bautizada, y aunque el rechazo de Agustín por lo material hoy en día no tendría ningún éxito, muchísima gente se podría sentir atraída hacia esa búsqueda interior, y seguramente la efectuaría, aunque poniendo como pretexto el “por si acaso”. Es más, teniendo en cuenta el maximizado materialismo presente, ¿qué mejor oferta que ser eternamente feliz y tener todo lo deseado en el paraíso?

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