El Absolutismo y la Ilustración: Claves del Pensamiento Político y Social del Siglo XVIII

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El Absolutismo y su Práctica

Los reyes absolutos crearon nuevos funcionarios con el objetivo de asentar su poder a nivel local.

Pero estas medidas fueron insuficientes. Por eso, los reyes tenían que buscar la alianza de los poderosos, sobre todo de la nobleza, a fin de que quienes tenían realmente el poder tomaran decisiones que estuvieran en sintonía con los intereses del monarca.

Así mismo, se mantuvo el sistema fiscal, por lo que la nobleza y el clero siguieron sin pagar impuestos.

Ni tan siquiera la justicia era impartida exclusivamente por el rey. El gobierno estaba obligado a proteger a la población y sus propiedades, administrar justicia e imponer orden. Cuando un monarca juraba su cargo prometía hacerlo así.

Ilustración y Crítica al Antiguo Régimen

Su idea básica residía en el uso de la razón y la libertad como instrumentos de emancipación personal e intelectual del ser humano.

Bases del Pensamiento Ilustrado

La Ilustración fue un fenómeno con múltiples facetas:

  • El predominio de la razón como criterio de la verdad frente a la tradición, lo sobrenatural y la superstición.
  • La crítica como instrumento de censura de aquellos rasgos de la sociedad, la cultura o la religión que se oponían a la razón.
  • La defensa de la autonomía del poder civil, incluso debía controlar al poder eclesiástico.
  • La tolerancia religiosa.
  • Un elevado interés por la economía y el progreso material como medio para alcanzar la felicidad terrenal.
  • La educación como instrumento para difundir la razón, por lo que era conveniente que fuese dirigida por el Estado.
  • El interés por las ciencias experimentales o "útiles" y el sentido práctico de sus avances.

El filósofo alemán Immanuel Kant creía en la Ilustración como medio de emancipación del ser humano.

La felicidad aparecía como el gran objetivo alcanzable por cada ser humano como individuo y como ser social, en perfecta armonía.

La mayoría de los ilustrados fueron creyentes y permanecieron fieles a sus creencias religiosas.

Las bases sociales de la Ilustración se hallaban en las "clases educadas": aristócratas, sacerdotes y otros sectores del clero, médicos, funcionarios, militares, abogados y comerciantes.

El grupo que protagonizó este cambio ideológico lo formaban los "filósofos": así se llamó en Francia al grupo que llevó a cabo la gran obra de la Enciclopedia.

Los Grandes Pensadores Ilustrados

John Locke (1632-1704), pensador y filósofo inglés, ejerció una gran influencia en el pensamiento político, social y religioso de la Ilustración europea. Sus obras fundamentales fueron el Ensayo sobre el conocimiento humano (1690), los dos Tratados sobre el gobierno civil (1690) y las Cartas sobre la tolerancia (1689).

Su obra fue el fundamento del liberalismo político. Pensaba que el poder debía dividirse: unos debían aprobar las leyes (poder legislativo) y otros debían gobernar (poder ejecutivo).

La Enciclopedia

La Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, de las artes y de los oficios, cuyo primer volumen vio la luz en 1751.

Sus directores fueron el matemático Jean Le Rond d' Alembert (1717-1783) y el filósofo Denis Diderot (1713-1784), quien tuvo como inspiradores a Bacon, Newton y Locke.

De vida accidentada, la Enciclopedia se concluyó en 1772, con 28 volúmenes, más seis de suplementos (1776-1780).

El Pensamiento Político Ilustrado

Los grandes pensadores políticos y sociales del siglo XVIII fueron tres filósofos franceses: Montesquieu, Voltaire y Rousseau.

Montesquieu

El barón de Montesquieu (1689-1775). Su obra fundamental fue El espíritu de las leyes (1748). Para evitar el abuso de poder, defendió la división de poderes: el poder legislativo correspondía a los Parlamentos, en los que debían estar representados todos los grupos sociales; el poder ejecutivo debía estar en manos del rey, y el poder judicial debía ser independiente.

Voltaire

Voltaire (1694-1778) ha sido considerado como el más genuino pensador de la Ilustración francesa. Admirado en vida por toda Europa, era especialmente enemigo del fanatismo, la intolerancia y la superstición religiosa. Destacan El tratado sobre la tolerancia (1763) y el Diccionario filosófico (1764). Entre sus obras literarias, destaca Cándido o el optimismo (1759).

Rousseau

Jean-Jacques Rousseau (1712-1778). Entre sus obras destacan Los Discursos sobre las ciencias y las artes (1750), Los Discursos sobre el origen y fundamentos de la desigualdad entre los hombres (1755), El Emilio (1762), El contrato social (1762) y Las Confesiones (1782-1789). En El contrato social defendió que el ser humano es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo corrompe convirtiéndolo en un ser insolidario.

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