Abdomen agudo quirúrgico

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Es un episodio de dolor abdominal severo que persiste por muchas horas y requiere atención médico-quirúrgica inmediata. Síntomas inespecíficos:

  • Dolor periumbilical gradual: irritación peritoneal visceral (apendicitis, diverticulosis) depende de cómo la enfermedad progresa.
  • Dolor explosivo severo: proceso que ha invadido el peritoneo parietal como perforación de víscera hueca (local o general).
  • Dolor progresivo severo: empeoramiento de una condición intrabdominal (necrosis isquémica del intestino u órgano).
  • Dolor localizado que reaparece como dolor generalizado: el órgano inflamado se ha perforado.
  • Dolor tipo cólico: va en aumento hasta un dolor intenso, seguido de un componente decreciente, incluso puede haber un intervalo de no dolor. Si aparece luego de un dolor constante severo, sugiere que el segmento intestinal está isquémico o gangrenado.

Anorexia, náusea y vómito: presentes en casos quirúrgicos y no quirúrgicos. Cambios en hábitos intestinales: Isquemia colónica (melena proviene del tracto digestivo superior). Obstrucción intestinal: ausencia de gases y deposiciones.

Sepsis: fiebre, escalofríos, taquicardia, taquipnea, hipotensión. Síntomas específicos: Antecedentes de cirugía previa: obstrucción intestinal, carcinomatosis peritoneal por antecedente quirúrgico de neoplasia. Cirugía de vesícula: ictericia, colangitis.

Aumento del dolor con movimiento del paciente sugiere peritonitis.

Dolor que no calma con posición: sugiere cálculo renal o coledocolitiasis. Dolor que calma con antiácidos o alimentos: úlcera péptica. Dolor que aumenta con alimentos: colecistitis, pancreatitis. Signos especiales: Murphy, Mc Burney, Obturador, Tos, Talón Positivo, Equimosis en flancos, Crepitaciones subcutáneas, Blumberg y rebote positivo. Examen Rectal: si hay dolor, apendicitis de tipo pélvico, sangre en heces, hemorroides. Si se palpa una masa: absceso pélvico, neoplasia, prostatitis aguda. Examen Ginecológico: enfermedad inflamatoria pélvica, embarazo ectópico, quiste de ovario. Examen de Genitales: dolor en hipogastrio, torsión testicular. Enfermedades médicas que causan abdomen agudo. Enfermedades médicas que causan abdomen agudo: neumonía, infarto de miocardio, cetoacidosis diabética, hepatitis aguda, fiebre reumática. Pacientes inmunodeprimidos, mordeduras de arañas.

Apendicitis: dolor abdominal tipo cólico, leve y difuso en su inicio, el cual se intensifica con el pasar de las horas. Posteriormente se suman las náuseas y/o vómitos.

Apendicitis Aguda Catarral: se forman abscesos en la pared, micro ulceraciones y focos de necrosis supurativa en la submucosa. Apendicitis aguda supurada: ulceración hemorrágica en la mucosa de color verdoso junto a necrosis gangrenosa. Apendicitis Aguda Perforada: se observa una o varias perforaciones macroscópicas de la pared apendicular. Complicaciones: peritonitis focal, difusa o generalizada. Colecistitis aguda: inflamación de la vesícula biliar.

Generalmente, la colecistitis aguda se da en pacientes que tienen litiasis biliar. Inicialmente la inflamación es química, pero con el paso de las horas se infecta la bilis retenida en la vesícula y se produce una colecistitis infecciosa. Los síntomas son dolor intenso, continuo, que aumenta con la respiración en hipocondrio derecho y región del hombro y la espalda, fiebre superior a 38ºC, náuseas y vómitos. La ultrasonografía abdominal es útil para el diagnóstico y el tratamiento es quirúrgico.

Coledocolitiasis: la bilis es una sustancia líquida producida por el hígado y la vesícula biliar la almacena. La ingesta de alimentos provoca un reflejo de contracción de la vesícula de modo que se expulsa su contenido hacia el colédoco. En su extremo final (papila de Vater) existe un esfínter que se relaja en el momento de la digestión para permitir el paso de la bilis. Cuando esta proporción se altera, se forman pequeños cristales que al crecer producirán las litiasis biliares o “piedras de vesícula”. Generalmente, estas litiasis se forman en la vesícula. Cuando la vesícula se contrae, las expulsa al colédoco, llamándose entonces coledocolitiasis. Los síntomas son ictericia y dolor en epigastrio. Complicaciones: colangitis (infección de la bilis), pancreatitis aguda (inflamación de páncreas por obstrucción de papila de Vater). El tratamiento es CPRE (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica) y quirúrgico.

Afecciones renales: los riñones regulan el equilibrio hidroelectrolítico y eliminan elementos de desecho. La vejiga almacena la orina y los uréteres y uretra la transportan. Infección urinaria: bacterias atacan la vejiga y colonizan el epitelio de las vías urinarias. El glucosaminoglicano es un factor antihaderencia que forma una barrera en la vejiga, otra es la proteína Tamm-Horsfall. La inflamación, la abrasión de la mucosa uretral, el vaciamiento incompleto y la inmunosupresión aumentan el riesgo. Reflujo vesicoureteral: retorno de orina desde la vejiga a uno o ambos uréteres por alteración de la válvula. La atrofia del epitelio con el envejecimiento reduce la fuerza del chorro urinario y, por lo tanto, disminuye el lavado de bacterias con la micción. Los síntomas son dolor, espasmos en región suprapúbica, dolor quemante al orinar, fiebre. El diagnóstico se da por bacterias en la orina (100,000 colonias).

Pielonefritis: inflamación del riñón consecuencia de una infección urinaria baja (cistitis) mal cuidada. Aguda: dolor lumbar, fiebre de 38ºC, compromiso general. Crónica: compromete función renal. Síntomas: malestar general, fiebre, escalofríos, náuseas, vómito, poliaquiuria, disuria. El tratamiento es con antibióticos selectivos y realizar biograma del urocultivo, analgésicos para fiebre y dolor. Litiasis renal: presencia de cálculos a nivel renal. Causas: disminución de volumen urinario. Síntomas: dolor en parte lumbar, taponamiento de la salida de orina del riñón, hematuria por daños que pueden provocar las piedras.

Síndrome nefrótico: anasarca, proteinuria severa. Puede ser por trastornos genéticos, infecciones, uso de drogas. Signos y síntomas: edema, orina con espuma, anorexia. El tratamiento es mantener la presión baja (130/80) para retrasar el daño renal, uso de IECAs (captopril) y BRA (losartán).

Asma bronquial: inflamación crónica de las vías aéreas caracterizada por edema mucoso. Es más común en la infancia. Factores de riesgo: alergias, exposición crónica a irritantes de vía aérea (aire, polvo, animales, ácaros, humo, etc.). El síntoma más común es la tos con o sin producción, especialmente en la noche. Disnea, sibilancia. Se puede dar cianosis, diaforesis o taquicardia. Ejemplos: test cutáneo de esfuerzo y gas arterial. El tratamiento es con nebulizaciones, administración de corticoides, antialérgicos y broncodilatadores. Valorar qué desencadena los ataques, ruidos, oximetría de pulso y signos vitales.

Neumonías: son afecciones restrictivas, inflamación aguda de origen infeccioso. Neumonías adquiridas en el hospital (NAH) o nosocomiales: es la segunda infección nosocomial en frecuencia. Neumonías adquiridas en la comunidad: cuadro agudo de compromiso del estado general, fiebre en un 80%-90% de los casos, calofríos, tos, expectoración mucopurulenta, dolor pleurítico y dificultad respiratoria de magnitud variable. Signos: aleteo nasal, posición trípode, facilita expansión de tórax, regurgitación yugular, tiraje respiratorio, respiración paradójica. El diagnóstico se da por radiografía. Complicaciones: derrame pleural, sepsis, falla orgánica múltiple. El tratamiento es con antibióticos a pacientes hospitalizados, cuidados para mejorar permeabilidad, ingesta de líquido y vigilancia de posibles complicaciones.

Insuficiencia renal aguda y crónica: la insuficiencia renal es el daño transitorio o permanente de los riñones, que tiene como resultado la pérdida de la función normal del riñón. Hay dos tipos diferentes de insuficiencia renal: aguda y crónica. La insuficiencia renal aguda comienza en forma repentina y es potencialmente reversible. La insuficiencia renal crónica progresa lentamente durante un período de al menos tres meses y puede llevar a una insuficiencia renal permanente. Las causas, síntomas, tratamientos y consecuencias de la insuficiencia renal aguda y crónica son diferentes.

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