Los 5 estadios del desarrollo religioso

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F. OSER (Estadios del desarrollo)

1. Estadio:

Magia: Dios se concibe como algo más cercano a la magia. Dios me manda o me quita en relación a mi comportamiento.

Heteronomía: se contrapone a autonomía. Hetero-dependencia que depende de otros. Dependencia total.

Autonomía: Auto- propio, referido a sí mismo. Nomos-gestión, orden. El que se gestiona, planifica a sí mismo.

Heteronomía: trata de salvar esa transcendencia, porque no se dialoga con Dios.

2. Estadio:

Comercio---- La relación con Dios se basa en las promesas. Por ejemplo: a Dios le pido algo para que se me conceda esa promesa. Intercambio doy y me das.

Se da una obediencia ciega, quiere decir que no se cree la palabra de Dios, es una fe irracional, se cree sin pensar. Dios equivale a la ley como una obligación, y la ley es buena en cuanto es cumplida, y esto no es así, porque cada mandamiento preserva custodia de un bien, te guarda de un peligro.

3. Estadio:

Se empieza a descubrir la autonomía como elemento esencial de la religiosidad de la fe en Dios. Si Dios es un ser personal, Dios es otro distinto a mí, es transcendente. En este estadio se ha descubierto, que Dios es otro. Se plantea la fe como una decisión personal, que elijo yo.

El descubrimiento de la autonomía, es una autonomía radical. Se pasa de la crisis de fe, y a partir de este estadio se empieza a poder conquistar una fe madura.

(Libro) (Ver si añado algo del 1, 2, 3 y completar el cuatro y cinco que no dio apuntes)

ESTADIO 1: HETERONOMÍA MECÁNICA

En este estadio primero, la religión está cerca de la magia, y Dios -referencia última- se concibe como una forma que protege o abandona, que da salud o enfermedad, alegría o desesperación. Su influencia sobre los hombres es directa, prácticamente automática. Se debe cumplir su voluntad porque de lo contrario se destruirá la relación hacia Él.

Esta imagen de Dios es la del Dios de la Naturaleza, Dios del rayo o del trueno. Semejante imagen de Dios se corresponde con una religión poco superior a la magia y la superstición. Aunque hay adultos que viven así la experiencia religiosa, aunque hay manifestaciones esotéricas y religiones arcaicas que se sitúan en este estadio, propio de civilizaciones prehistóricas y de los primeros compases de la personalidad humana, en los primeros años de vida. Tú no eres nada y debes protegerte de Dios que puede aniquilarte o te da la vida, como la madre que te alimenta y te cuida, pero si te dejara no podrías sobrevivir. Es el estadio de la heteronomía mecánica, porque no se conoce ni a Dios ni las reglas del juego.

Esta primera etapa es anterior a la escolarización, quizá hasta los tres años, o incluso los cuatro. También en la evolución de las culturas corresponde a los estadios propios de las religiones arcaicas, animistas, mágico-rituales.

ESTADIO 2: HETERONOMÍA INTERACTIVA

Podemos influir en las decisiones de la referencia última -de Dios- por medio de oraciones, sacrificios, cumpliendo mandamientos o reglas religiosas. Cuando alguien supera las "pruebas" se verá protegido. La relación con Dios es al estilo comercial: se establece un intercambio. Doy y me das. Me das y te doy. Como cuando los niños dicen cambio caramelos por un beso: si me das un beso, te doy un caramelo. Así será para algunas personas la relación con Dios. Las religiones normativas proponen un férreo código de conducta. Hay que hacer méritos para “ir al cielo” y “ganárselo”. Dios te da protección y tú le obedeces, con reverencia y sometimiento.

La imagen de Dios es la que reproduce al Dios de la Ley, la de un Dios que premia o castiga, un dios remunerador que presenta unas reglas y que deja a tu libertad seguirlas o no. Una religiosidad así se reduce en la práctica a un mero cumplimiento de preceptos. No hay que pensar mucho para identificar en este estadio a algunas personas que “le piden pruebas a Dios” en una situación límite y que ofrecen su vida, por sí… o por sus seres queridas, como haciendo un pacto, granjeando de Dios su ayuda ofreciendo bienes a cambio. También algunos niños manifiestan esta conducta durante su infancia, asociándola al antropomorfismo y al realismo mágico. En la heteronomía, en el depender de otro, se puede interactuar e influir, éste es el avance.

Esta etapa va desde los cuatro o cinco años, siempre aproximadamente, hasta los siete-ocho e incluso en algunos rasgos hasta la preadolescencia. Podría permanecer así toda la educación primaria, aunque con grados diversos. En la historia de las culturas y las religiones, un caso característico es el pueblo hebreo en su etapa patriarcal y previa a la instalación en la tierra de Canaán.

ESTADIO 3: ORIENTACIÓN A UNA AUTONOMÍA ABSOLUTA

El individuo descubre que es libre y responsable de su propia vida. Libertad, sentido y esperanza se vinculan a uno mismo, son referente personal, en la subjetividad que comienza en la adolescencia y en la primera juventud. La referencia última –Dios- ofrece una dimensión distinta a la dimensión humana y tiene su propio campo de acción. Dios es algo distinto a mí, a mis pensamientos, a mi persona, no “depende” de mí, ni yo “dependo” de él. En él reside el sentido del mundo y de la vida, pero la responsabilidad es del hombre.

La imagen de Dios es la de un Dios personal, el Dios trascendente. Junto a la subjetividad y la reflexión, aparece la trascendencia. Así la religiosidad exige una fe que ahora consiste no en tener miedo, ni en obedecer reglas, sino en "entrar" en el Misterio y captar el orden de la vida y del mundo.

En el proceso de desarrollo religioso éste es el momento clave, porque la persona –en su adolescencia, o más adelante- se enfrenta a la decisión de la fe personalmente, más allá de la decisión heredada, o de los intereses que le pueden acercar a Dios. Es el momento de articular la libertad personal, el descubrimiento de la autonomía y de construir una nueva concepción –deísmo- de Dios. A Dios ya “no lo necesitas”, pero puedes “quererlo” y aliarte con él o bien olvidarlo para siempre. La crisis de la adolescencia se resuelve cuando el Dios deísta (idea) se vuelve persona, se transforma en amor, en relación, en alianza.

Todos los adolescentes y jóvenes atravesarán  esta fase crítica. Algunos después de la pubertad y otro en la adolescencia retardada que les lleva al final de la década de los veinte años. En Occidente es una “pieza obligada”. La crisis de fe, de sentido, de pertenencia, de identidad y la urgencia de personalizar la experiencia religiosa, para que pase de algo tribal, social, familiar o étnico a una verdadera decisión propia. En la historia de las culturas y las religiones es el tiempo de la Ilustración, del Deísmo filosófico, de la religión racional, de la modernidad centroeuropea.

ESTADIO 4: HISTORIA DE SALVACIÓN: AUTONOMÍA PLENIFICADA

La relación con Dios se gestiona de forma indirecta. Dios se convierte en condición de posibilidad, de sentido y de esperanza de la vida humana. Establece un "plan divino" que el hombre se encarga de realizar. Hay complicidad, colaboración, corresponsabilidad. En definitiva, se ha superado la oposición, sin perder la alteridad.

La imagen de Dios es la del Dios de la Historia de Salvación. Con tu vocación, ayudas al plan de Dios, colaboras con su proyecto. Una fe así consiste en actuar "de parte de Dios", pero además con plena autonomía. Es el estadio de la religiosidad adulta, con personas que en libertad se entregan y viven en todos sus planos, con madurez y vida adulta, la experiencia religiosa. Se integra la sociabilidad, la razón, en definitiva, se integran fe y vida, aunque natural y sobrenatural son convergentes, no se confunden.

Sólo después de la adolescencia y cuando ya se ha entrado en la vida laboral y en la estabilidad afectiva y social se puede situar la vocación religiosa, la fe adulta que se integra en las cosas cotidianas de la vida y en las grandes decisiones. Ya no hay ruptura individuo-sociedad y la vida privada está integrada y se proyecta en libertad en la vida social. Sólo después de los treinta años en las sociedades del bienestar puede darse una verdadera religión de cuarto estadio. La persona se estableció libre y en conciencia y proyecta su ser desde un sentido íntimo alcanzado en la fe.- Es el tiempo, en la historia de las religiones, del cristianismo adulto, misionero, crítico y cooperativo a la vez con la sociedad, ni fundamentalista, ni vergonzante. Es el tiempo de un Islam más social y místico, más cultural y unificador que violento o intolerante.

ESTADIO 5: AUTONOMÍA RELIGIOSA MEDIANTE INTERSUBJETIVIDAD

Lo divino no se concibe sin lo humano. Trascendencia e inmanencia, lo humano y lo divino se implican mutuamente. La religión se expresa en compromiso comunitario y en solidaridad universal. El "Reino de Dios" aparece como guardián de ese constante compromiso con "el otro". Ya no se concibe lo divino sin lo humano.

La imagen de Dios es la del Dios del Amor. Una fe así consiste en dejar aparecer a Dios en lo humano, de modo natural. Es el estadio de los grandes santos, que se da en personas que han superado los cuarenta o cincuenta años, que ya han perdido el corsé de la religiosidad institucional y viven mística y solidariamente. Este estadio que se alcanza en la madurez última es difícilmente alcanzable.

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