Fundamentos

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Religión

Escrito el en español con un tamaño de 25,77 KB

considera que el placer constituye el motivo de la acción.         –Refutación del hedonismo: cosas neutras tendrían que calificarse de buenas; acciones malas, si causan placer, serían consideradas buenas HEDONISTA(****1.2)

Etica del Resultado (Moore)considera el valor moral de la acción sólo como medio para el fin o resultado… -Crítica: desconoce la importancia peculiar de los valores morales-

 ****1.1**

El comentario de texto se inicia a través  del planteamiento de  la cuestión ¿Qué es y que motiva una acción moral ?    Para la respuesta a estas cuestiones Seifert  se sitúa en el marco de la axiología de la teoría de los valores. Analiza la importancia del estado de cosas como motivación para ser realizada por el agente, con visión crítica con los pros y los contras de cada uno de ellos.  El  valor de los distintos motivos morales queda significado por la importancia de los mismos, y podemos distinguirlos en:  ****PRINCIPIO****

Eudaimonismo.1/3*****

tendencia objetiva a la felicidad como motivo impulsor de la acción moral. –Crítica: 1) no ofrece clara distinción entre buena y mala voluntad. 2) Imperativo categórico, incondicionado, se sustituye en el eudaimonismo por el hipotético, condicionado. 3) Se justificaría considerar otras personas como medio para la propia felicidad. 4) Lo moralmente bueno no se quiere por si mismo sino por la felicidad que aporta

1.-objeto de la accion y su importancia---3 objetos

 

2.-obligacion moral__ *es totalmente objetiva *se da en una situación objetiva  **está presente “en sí”, “entre” y “sobre” el agente y el objeto * supone una concreción histórica y, al mismo tiempo, una universalidad y eternidad * se caracteriza por una inexorabilidad y carácter de absolutamente debido  exige respuesta de subordinación..La obligación como fenómeno moral la consideraremos  como realidad  que surge en la vida moral de los agentes humanos, y, en segundo lugar, cuál suele  ser su estatuto propio, su lugar a la hora de llevar a cabo una filosofía moral, una teoría  ética, en principio cualquiera que ésta sea. Nuevamente, estas dos cuestiones no van a  ser nítidamente separables, pero puede ser útil, como principio metodológico, planteárselas  por separado.  La obligación es la instancia por la que el deber emerge en la conciencia de un hombre para orientar y lanzar la acción. Es el momento característico del acto moral»  Tal obligación es experimentada, como ya se ha indicado, como una cierta coerción,  aunque, al mismo tiempo, no se puede dejar de señalar que «ella [la obligación]  implica que soy libre de obrar y de decidirme. Ella excluye toda coerción física, externa  o interna. Y sin embargo, ella implica una especie de coerción, de coerción interna, de  lazo, que es absolutamente indestructible y que se vincula con la libertad misma. Coerción  tanto mayor cuanto más libre soy. Se trata de una coerción ejercida por el intelecto  sobre el libre arbitrio.

Obligaciones  morales, podría resumirse así: «dos criterios dirigen nuestras acciones: lo que  queremos hacer, es decir nuestras preferencias subjetivas, y lo que debemos hacer, es  decir, las exigencias que se siguen del orden moral de los valores

3.-valor moral de la acción—caracteristicas : sólo la puede tener una persona, tiene su raíz en la libertad,incluye responsabilidad, conciencia, mérito y merecimiento de premio**** Esa perfección moral de la acción supone la disposición moral a responder en la misma dirección del bien en los demás casos individuales que puedan presentarse. Podemos llamar “valor” a lo que da a un bien su carácter de bueno  (o de bien), entendiendo ahora que «con el concepto de valor no designamos, aquí, ni  suponemos otra cosa que el peculiar carácter de la estimación que corresponde a lo querido  en una toma de posición volitiva. Si lo así querido resulta querido —es decir, amado—,  porque es valioso, amable (de modo que el ser valioso precede en algún sentido al  ser amado) o si el valor corresponde a lo querido sólo en razón del resultar-querido, del  amor, es algo que puede quedar, para nosotros, sin decidir» En cuanto los valores morales se refieren al comportarse del hombre llamamos  ‘bien moral’ al comportamiento que aprobamos y preferimos, y ‘mal moral’ al comportamiento  que rechazamos. Lo querido, lo preferido, es visto como lo que debe ser. Podemos  llamar pretensión a esta forma de querer (como toma de posición volitiva referida  al comportamiento de otro), y al deber correspondiente a la pretensión, “deber pretendido”  Tenemos, por tanto, que una característica esencial que está presente en la obligación moral es la libertad, pero una libertad que a su vez parece estar contrariada por la  obligación.

4.-elemento universal(3 disposiciones) de responder a todos los bienes  * de asumir todas las obligaciones  * de orientarse a toda bondad moral o “voluntad general de ser moralmente bueno”.

5.-elemento de subordinación a Dios (a todo hombre que naturalmente tiene un sentido religioso) La búsqueda del fundamento último de la obligación moral  encuentra su última justificación en dios com,o ser absoluto, y surge  de la propia naturaleza del hombre así, el concepto abstracto del bien ideal puede ser considerado por muchos como una fuerza moralmente obligatoria suficiente para constituir un imperativo categórico que ordene de modo absoluto la vida.

6.-felicidad…. felicidad última vinculada al obrar moral* en relación necesaria y metafísica con el obrar moral *se gana como premio en el obrar moral.*** La felicidad juega un papel motivador muy importante en la acción moral, moralmente estamos obligados a encontrarla, y por lo tanto debemos hacer aquello que nos conduzca a ella evitando aquello que nos aparte de ella..   Este último motivo de la acción moral está esencialmente subordinado a los otros. “Hacer de la felicidad el fin y de la acción moral el medio representa el error fundamental del eudemonismo. Pero pasar por alto que se tiende y se debe tender a la felicidad adecuadamente…, representa el error ético de Fenelón”.  Todo obrar moral tiende a la felicidad, y a la felicidad última; “está inseparablemente vinculado con un estar orientado a la inmortalidad”.

Síntesis. Y Valoración:  La pregunta de por qué actuamos moralmente ha sido respondida de diferentes maneras por la filosofía . La filosofía presenta explicaciones que pueden agruparse en tres tipos de posiciones: a) internalista o racionalista, derivada de Kant; b) externalista o emotivista, derivada de Hume; c) racionalista y externalista, o combinación de posiciones. c). Un análisis crítico del fundamento de las distintas  posiciones, así como de la evidencia empírica disponible en lo moral y en  otros campos de la psicología, permite rechazar las dos primeras  explicaciones a favor de la tercera.  De acuerdo con Kant  el reconocimiento del deber, expresado en los juicios morales, es  intrínsecamente motivante y debe llevar a un  comportamiento moral. Esta postura se fundamenta en  varias consideraciones. Por un lado, en que ser racional es  actuar de acuerdo con la ley moral. En segundo lugar, en  que actuar moralmente es actuar por deber y no por  inclinación, es decir, en que una acción tiene carácter moral  si se realiza por deber. De acuerdo con esto, todo lo demás  que pueda contribuir a la acción moral, incluidos los  sentimientos, es algo externo a la moralidad. La unión de  estos dos presupuestos da lugar a que lo único bueno es  querer actuar moralmente, es decir, actuar conforme a la  ley universal (al imperativo categórico) y que esto motiva a  la acción. En términos simples, uno se siente motivado a  actuar por deber debido a su carácter de tal, y porque no  hacerlo sería irracional.  Para Seifert un motivo es  la razón de nuestro obrar  de tal modo que no provoca por si mismo el querer ni lo produce como causa  eficiente, sino que provoca  nuestro obrar al modo de una invitación , tiene una connotación especial de llamada  o exhortación.  Seifert distingue entre motivos objetivos y subjetivos , los primeros son aquellos que se encuentran  en el lado del objeto, dentro de los estados de las cosas que realizar, los segundos se refieren a las actitudes , cualidades y disposiciones del sujeto como el amor o la envidia   Seifert añade además que el motivo de una acción moral es también su propio carácter obligatorio, su universalidad, su universalidad, el bien absoluto, así como la propia felicidad del sujeto agente. Estas seis respuestas a la pregunta que motiva la acción moral, dan a entender que, en ultima instancia, la acción moral no tiene un único motivo sino una pluralidad de motivos que no son idénticos y se diferencian por su importancia, jerarquizandolos

 Seifert señala cinco motivos primarios de la acción moral desde el valor o importancia que cada uno de ellos contiene y por lo que “motivan o mueven” a obrar:  el objeto de la acción, /// la obligación moral, ///  la propia acción,  ///   el elemento universal de toda acción moral, y  la referencia a Dios o la divinidad.   Considera otro sexto motivo pero secundario, no primario como los otros, aunque con la misma valoración moral: es la felicidad.   Conclusiones  Podemos concluir con que la acción es una proyección sobre el mundo exterior, que aumenta o disminuye la riqueza de los bienes objetivos. Tanto el acto como la acción tiene su razón determinante y final en un valor objetivo. la acción exterior ejerce un influjo inmediato sobre la profundidad del acto interior. Existen una serie de valores  que cada individuo posee y que se pueden percibir en la vida  cotidiana. Estos   valores dependen  de la libertad,  pues nos hará  tomar  desiciones concretas,  adquiriendo  el valor  la importancia de dicho concierto y llegaremos así al conocimiento de la felicidad. En todo caso, sólo tenemos acción "moral", o sea acción que pide un juicio moral cuando dicha acción : 1.° reposa sobre la idea o conciencia moral de un valor o de su obligación (aunque no fuera sino la de examinarlo mejor); 2.° encierra una respuesta o decisión voluntaria a ese valor u obligación, y 3.° cuando estas dos condiciones concurren para determinar su realización

Aristóteles (384–336 a.n.e.) parte de una concepción tripartita de la naturaleza humana: la naturaleza–tal–como–es (naturaleza humana inadecuada opuesta a la ética), que precisa de una razón práctica (prudencia) para ser transformada en la naturaleza–tal–como–podría–ser–si–realizase–su–télos. El fin (télos) de las acciones humanas es la eudemonia, felicidad), es decir, “la actividad del alma conforme a una areté (virtud o excelencia) perfecta”. La palabra eudemonia incluye las nociones de “comportarse bien” y de “vivir bien”. “Comportarse bien” es actuar conforme a la virtud; “vivir bien” es ejercitar la función propia del hombre. Lo propio de los seres humanos, aquello que no comparten con el resto de animales, es la razón. La actividad característica de la razón es la teoría (razonamiento especulativo que se ocupa de las verdades inmutables). Por tanto, la actividad específicamente humana es la vida teorética o contemplativa. Actividad que sólo una élite podrá realizar. Para llegar a la vida buena, a la vida contemplativa, hay que comportarse bien, es decir, poseer el conocimiento necesario (prudencia) para poder practicar las virtudes y adquirir el hábito de comportarse de acuerdo con las virtudes. Para elegir de manera virtuosa entre placeres y dolores, se requiere aplicar la regla del justo medio y la prudencia. Aplicar la regla del justo medio consiste en elegir entre dos extremos, entre dos vicios, de los cuales el uno lo es por exceso y el otro por defecto. Pero, además de aplicar la regla del justo medio, también es necesario considerar el juicio del hombre prudente para elegir qué acción es más virtuosa. De ahí que la prudencia (saber cómo tener en cuenta las circunstancias para aplicar principios generales a las situaciones particulares) sea la clave de todas las virtudes. Para alcanzar la felicidad se requiere, pues, sabiduría en la elección, moderación y constancia: no dejarse llevar por el deseo. Porque sin la guía de la inteligencia, las pasiones desorganizadas, carentes de orden y finalidad, dificultan todo   proyecto humano de vida particular o colectiva excelente.

Josef Seifert, es un  filósofo austriaco (Salzburgo, 1945), doctorado por la universidad de Salzburgo. Enseñó en las universidades de Salzburgo, Paris y Dallas hasta asumir la dirección del programa de licenciatura en Filosofía de la universidad de Dallas (Texas) en 1973 y más tarde la dirección del programa de doctorado. Es el fundador de una vertiente de la fenomenología realista que intenta hacer acopio de todas las aportaciones filosóficas tanto de los filósofos clásicos como de los contemporáneos, tanto de autores medievales como de autores modernos desde una relectura que debe sus comienzos a su maestro Dietrich von Hildebrand. Es   fundador  y director de la Academia Internacional de Filosofía cuyo objetivo es la educación de filósofos bajo el lema diligere veritatem omnem et in omnibus    para que dominen el método fenomenológico reexaminándolo y repensándolo minuciosamente para comprobar que el conocimiento fenomenológico filosófico es capaz de un auténtico contacto con las cosas mismas (esencias y seres reales), superando el idealismo y el subjetivismo del segundo período de la filosofía husserliana y de muchos otros tipos de fenomenología.

2.-"el objeto motiva.........adecuada frente al objeto de la accion"

3.-"ahora bien , seria un error..........mostrar que esto es imposible

4.-"siendo como es imposible.....un valor realmente moral de una accion

5.-detenerse en la naturaleza.....y entrega al bien absoluto

6.-todo eudomonismo

R10.-la moralidad en el hombre se decanta por sus dos formas cualitativas: el bien y el mal morales. la configuración del bien o mal morales determinados por: el valor o disvalor que motiva al hombre y los centros de la persona, el centro positivo o los dos negativos, que se activan. Tres fuentes de moralidad de el bien moral: las acciones, las respuestas y las virtudes. Las primeras y las terceras son las más referidas en los análisis éticos, no es así con las respuestas, que supone una singular aportación de Hildebrand. Este ámbito de las respuestas supone el concurso de la libertad de modo directo en las respuestas volitivas, de modo indirecto en las afectivas. Las acciones son fuente directa de moralidad en hombre. Hay que distinguir aquí los actos propiamente morales de las actividades inmanentes o aquellas en las que participa la voluntad de forma no plena. La acción moral, para que sea tal, supone unos requisitos: el conocimiento del valor moral del objeto, la respuesta a ese valor moral, la propia actividad que sea valiosa moralmente; y que la voluntad general del hombre esté orientada al bien. A través de las respuestas volitivas y afectivas analiza los grandes ámbitos de la moralidad que se sitúan en la intencionalidad humana y que configuran la decisión moral. Una diferencia entre unas respuestas y otras: la respuesta volitiva no nos dice nada del objeto valioso, la afectiva contiene en sí la referencia al valor. Además las respuestas volitivas son directamente libres, las afectivas asumen una libertad indirecta. La tercera fuente de moralidad son las virtudes. También aquí la referencia al valor moral así como la activación de la voluntad general de la persona orientada al bien son los aspectos definitorios de la virtud. Así se distingue la virtud de la costumbre o el hábito o la consideración del término medio. RAFECT. Las respuestas afectivas presuponen el conocimiento del objeto, tb la importancia, es lo que tienen de común con las respuestas teóricas y las volitivas, pero difieren de éstas en varios puntos. En las respuestas afectivas, el objeto normalmente se presupone, es el que produce la respuesta. Ahora bien, en la afectividad toda la persona se implica,  más que en las volitivas, que aunque se decide desde el centro libre de la persona, la voluntad no absorbe en sí toda la persona. La respuesta de la voluntad es una decisión o una actuación, se trata de una dirección lineal; en las respuestas afectivas, en cambio, expresamos un contenido afectivo. Las respuestas donde se da propiamente el concurso de la libertad son las volitivas; no es así en las afectivas, que no tienen la capacidad de mandar en nuestras actividades, lo que  ha producido una devaluación de las respuestas afectivas frente a las volitivas. El mundo de las emociones, los sentimientos, las pasiones ha sido relegado al último lugar en importancia frente a los actos intelectivos o volitivos. En la afectividad humana otra diferencia entre las respuestas afectivas y el ser afectado. Ser afectados presupone el conocimiento del objeto que nos afecta y su valor, por tanto, una relación inteligible y significativa, que abarca nuestro centro espiritual y consciente. Se trata de una vivencia intencional y afectiva que no es un mero estado, pues éste carece de intencionalidad, ni tampoco una respuesta, que aunque posee el carácter intencional, en ella la dirección va más de mí al objeto, mientras que en el ser afectado es del objeto a mí. En la vivencia de ser afectados el sujeto está más pasivo, más receptivo que en las respuestas, que poseen un carácter más activo, aunque espontáneo. La diferencia entre ambas esferas de la afectividad se ve claramente en el hecho de que podemos sentimos afectados y no responder.

DEONTOLOGIA  TEORIA DEONTOLOGICA  Para Kant la deontología es en sí misma una ciencia de los deberes o imperativos categóricos en la que no importan los fines, sino la intencionalidad del acto, independientemente de las consecuencias materiales de aquél. La base de la ética kantiana se encuentra en el siguiente principio básico: "Obra siempre de acuerdo con aquella máxima que al mismo tiempo puedes desear que se convierta en ley universal".  Deontología término introducido por Jeremy Bentham en su  Deontología o la ciencia de la moralidad, en 1889) hace referencia a la rama de la ética cuyo objeto de estudio son los fundamentos del deber y las normas morales. Se refiere a un conjunto ordenado de deberes y obligaciones morales que tienen los profesionales de una determinada materia. La deontología es conocida también bajo el nombre de "teoría del deber" y, al lado de la axiología, es una de las dos ramas principales de la ética normativa.  Trata, pues, del espacio de la libertad del hombre sólo sujeto a la responsabilidad que le impone su conciencia. Bentham considera que la base de la deontología se debe sustentar en los principios filosóficos de la libertad y el utilitarismo, lo cual significa que los actos buenos o malos de los hombres sólo se explican en función de la felicidad o bienestar que puedan proporcionar asuntos estos muy humanistas. Para Bentham la deontología se entiende a partir de sus fines (el mayor bienestar posible para la mayoría, y de la mejor forma posible) Puede hablarse también de una deontología aplicada al estudio de los derechos y deberes, (la deontología profesional). los cuales reglamentan, de manera estricta o bien a modo de orientación, las cuestiones relativas al "deber", de los miembros de una determinada profesión. La deontología se nutre por un lado del marco jurídico, y por otro del marco moral.  La Teleología, que define el obrar éticamente como aquella actitud o comportamiento que contempla el bien para la mayoría, determinando qué es correcto y qué no lo es en función del resultado a alcanzar, pues la Teleología es el tratado sobre el fin, de ahi que el fin último solo es correcto en cuanto sea un bien para todos, sin distinción alguna, ni acepción entre las personas.  La deontología se divide en 4 fases: Universitaria, Gremial , Ética y normativa

PRAGMATISMO   El pragmatismo es la doctrina filosófica desarrollada por los filósofos estadounidenses del siglo XIX (William James) según la cual la prueba de la verdad de una proposición es su utilidad práctica; el propósito del pensamiento es guiar la acción, y el efecto de una idea es más importante que su origen. Se opone a la especulación sobre cuestiones que no tienen una aplicación práctica. Afirma que la verdad está relacionada con el tiempo, lugar y objeto de la investigación y que el valor es inherente tanto por sus medios como por sus fines. El pragmatismo consiste en reducir "lo verdadero a lo útil" negando el conocimiento teórico en diversos grados; para los más radicales sólo es verdadero aquello que conduce al éxito individual, mientras que para otros, sólo es verdadero cuando se haya verificado con los hechos.  "El intelecto es dado al hombre, no para investigar y conocer la verdad, sino para poder orientarse en la realidad. El conocimiento humano recibe su sentido y su valor de este su destino práctico. Su verdad consiste en la congruencia de los pensamientos con los fines prácticos del hombre, en que aquellos resulten útiles y provechosos para la conducta práctica de éste."   En general, para las diversas formas de pragmatismo, la verdad radica en la utilidad y en el éxito, por lo tanto, todo conocimiento es práctico si sirve para algo, si es posible de realizar.

UTILITARISMO.   En el utilitarismo la máxima felicidad para el ser humano es la consecución de lo útil para el individuo y para la sociedad. Principio utilitarista: Afirma que las acciones son buenas en la medida en que producen bienestar y malas si producen malestar. Bentham: lo importante es la cantidad. Stuart Mill: lo importante es la calidad. **** Máximo representante: Stuart Mill. Padre del utilitarismo: Jeremy Bentham. 

 

Entradas relacionadas: