Wittgenstein: Filosofía, Lenguaje y Significado del Tractatus a las Investigaciones
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Wittgenstein y la Filosofía del Lenguaje
Ludwig Wittgenstein fue un autor influyente en la ideología formal y en la teoría pragmática del significado. En su época, destacó el papel predominante del lenguaje en la filosofía. Un grupo de filósofos, al que por sus características comunes se denomina movimiento analítico, intentó dar un nuevo enfoque a la filosofía, que consistía en tratar los problemas filosóficos partiendo de las formas lingüísticas en las que se expresan. Creían que el fallo de la filosofía había radicado siempre en la tendencia de los filósofos a extraer conclusiones sobre el mundo partiendo del lenguaje, cuyo uso podría ser la causa de los problemas filosóficos. Creían, por tanto, que era necesario realizar un estudio del lenguaje para solucionar estos problemas, y que la filosofía debía ser la encargada de ello.
El Primer Wittgenstein: El Tractatus Logico-Philosophicus
Se debe distinguir la filosofía del lenguaje que el autor expone en el Tractatus Logico-Philosophicus de la presente en las Investigaciones Filosóficas. Aunque se considere que entre el "primer" y el "segundo" Wittgenstein existe una indudable continuidad, el primer Wittgenstein presenta la filosofía no como una teoría que describe la realidad, sino como una actividad que se ocupa de aclarar los problemas del lenguaje. Para él, la filosofía delimita lo que puede pensarse y lo que no, es decir, la metafísica. Llega a esta conclusión a través de las afirmaciones del Tractatus, que permiten comprender su posición filosófica:
- El mundo está formado por la totalidad de los hechos atómicos, que son las relaciones más simples que existen entre las cosas.
- El pensamiento y las proposiciones en que se expresa son figuras de la realidad: las proposiciones atómicas representan hechos atómicos compartiendo su misma estructura, es decir, son isomórficos.
- El lenguaje es el instrumento a través del cual conocemos y expresamos la realidad.
- La manera de saber si una proposición atómica es figura de un hecho es mirar al hecho: así se comprueba si la proposición realmente describe lo que dice describir.
- Las proposiciones que no representan hechos atómicos carecen de sentido: Wittgenstein rechaza así el ámbito de lo místico, toda metafísica y toda ética racional, pues las proposiciones relacionadas con esos temas no tienen referente empírico, luego son pseudoproposiciones.
- Las proposiciones lógicas son todas tautológicas; incluso las que no hacen referencia al mundo son verdaderas, ya que se limitan a repetir con otros símbolos lo que ya se ha dicho con otras proposiciones.
Valor y Sentido en el Tractatus
En cuanto al tema del valor y el sentido, según el primer Wittgenstein, todas las proposiciones y hechos valen lo mismo: no valen nada. Por lo tanto, no hay ningún sentido objetivo que seguir en la vida. El lenguaje y la ciencia solo pueden hablar de hechos, no de valores.
El Segundo Wittgenstein: Las Investigaciones Filosóficas y el Giro Pragmático
A raíz de comenzar a trabajar en un jardín de infancia, Wittgenstein se da cuenta de que los niños aprenden a utilizar el lenguaje aun sin conocer el significado referencial de muchas palabras. Por eso, decide dar un giro radical a su teoría y abandona el planteamiento referencialista del Tractatus, desarrollándose el pensamiento del denominado "segundo Wittgenstein". Las razones para este cambio se encuentran expuestas en sus Investigaciones Filosóficas y en los cuadernos de apuntes de sus alumnos:
- Existen términos que no son nombres ni tienen un referente claro (ej. "¡Socorro!").
- Utilizamos nombres que se refieren a un objeto, pero cuyo significado depende fuertemente del contexto (ej. "feo").
- A veces usamos nombres que no se refieren a ningún objeto existente (ej. "persona ideal").
La Teoría Pragmática del Significado y los Juegos del Lenguaje
Así, en su obra posterior, plasma un nuevo punto de vista: la teoría pragmática del significado. El significado de un término no hay que buscarlo en el objeto al que representa, sino en el uso que le damos en un determinado contexto o "juego del lenguaje". Deduce así que el lenguaje funciona como una serie de juegos, cada uno con sus propias reglas.
Comprender un juego del lenguaje permite la comprensión de la forma de vida en la que está inserto. Esto supone la existencia de reglas gramaticales, que son el producto de una vida práctica y determinan lo correcto y lo incorrecto dentro de ese juego específico. Por último, Wittgenstein concluye que no tiene sentido tratar de encontrar un lenguaje perfecto y universal, porque no puede haber solo uno: cada lenguaje o juego del lenguaje es adecuado para un uso particular.
La Nueva Tarea de la Filosofía
En definitiva, para el segundo Wittgenstein, la nueva tarea o actividad de la filosofía será analítica: la descripción de los usos filosóficos del lenguaje para comprobar si el uso de las palabras entra o no en el juego del lenguaje al que pertenecen, disolviendo así los problemas filosóficos que surgen de malentendidos lingüísticos.