Wittgenstein y la Filosofía del Lenguaje: Uso, Contexto y Significado
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El Segundo Wittgenstein: Una Transformación en la Filosofía del Lenguaje
Este segundo periodo de la vida de Ludwig Wittgenstein se caracteriza por plantear un cierto «rechazo» a su concepción del lenguaje, expresada en el Tractatus Logico-Philosophicus. Recordemos que, después de publicarlo, abandonó la filosofía para convertirse en maestro de escuela en un pueblo austríaco. Luego, tras quince años de ausencia, a pedido de sus amigos y discípulos, reanudó sus conferencias y lecturas. Fue entonces cuando revisó el Tractatus, sobre todo el punto que se refiere a la relación entre el lenguaje, la lógica y la realidad, manifestando una actitud crítica y cuestionadora del pensamiento expuesto en su primer escrito. En sus Investigaciones Filosóficas, afirmó que el lenguaje no es solo descriptivo.
De la Sintaxis a la Pragmática: El Significado como Uso
Se impone, pues, la revisión de los análisis lingüísticos expuestos con anterioridad. La sintaxis (el modo de combinar y ordenar las palabras y expresiones dentro del discurso, el orden en que se articulan las frases) tiene que dejar paso a la pragmática (la ciencia que estudia el lenguaje en su relación con los usuarios y las circunstancias de la comunicación, el modo en que el contexto influye en la interpretación de un significado).
Wittgenstein considera que el significado de un término se identifica con su uso. Lo importante es lo que las personas hacen con ese término o para qué lo utilizan. Por ejemplo:
- Si decimos «Pluto es un perro», utilizamos el término para informar.
- Si decimos «Tal persona es un perro», utilizamos el término para insultar.
Entonces, podemos decir que el significado de las palabras depende de lo que nosotros hacemos con ellas, del contexto o de las situaciones que queremos describir.
Debemos tener en cuenta que los significados de las palabras son abiertos, dinámicos y variables según el contexto y el uso que se hace de ellos.
Los filósofos analíticos solían decir: «Si quieres determinar el sentido de una proposición, no preguntes por el significado, pregunta por el uso».
Analogías del Lenguaje: La Caja de Herramientas y la Cabina de la Locomotora
Wittgenstein también plantea una comparación del lenguaje con una caja de herramientas, la cual contiene varios instrumentos como clavos, tornillos, pinzas, etc. La validez de cada herramienta debe evaluarse teniendo en cuenta aquello para lo que sirve, excluyendo lo que cada una es en sí misma. Con las palabras ocurre lo mismo: hay que fijarse en su empleo, en sus usos y en sus funciones.
Por lo tanto, las palabras son como la caja de herramientas; cumplen una multiplicidad de funciones, como por ejemplo:
- Nombrar un objeto
- Realizar una hipótesis
- Recitar un poema
- Etc.
Por eso, el autor se refiere a los juegos del lenguaje, porque el lenguaje implica un todo interconectado, y cada término adquiere un significado al ser usado conforme a ciertas reglas. Él compara el lenguaje con un juego porque, como cualquier juego, posee reglas; por lo tanto, al respetar esas reglas, podemos tener una comunicación adecuada y fluida. Las palabras deben ser usadas correctamente dentro de un juego del lenguaje, porque de lo contrario la comunicación podría ser ineficaz. En conclusión, dominamos un lenguaje cuando usamos bien sus reglas.
Wittgenstein plantea, además del ejemplo de la caja de herramientas, el de una cabina de una locomotora. En ella hay manubrios que parecen más o menos iguales, pero:
- Uno es el manubrio que regula la apertura de la válvula.
- Otro es el manubrio de un conmutador que abre y cierra.
- Un tercer manubrio es la palanca de freno.
- El cuarto es el manubrio de una bomba.
Este es un claro ejemplo de que, cuando decimos que toda palabra designa algo, todavía no se ha dicho, por lo pronto, absolutamente nada, a no ser que expliquemos exactamente qué diferencia deseamos establecer.