La Visión Platónica del Ser Humano: Dualismo, Alma y Reminiscencia
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El Dualismo Platónico: Una Visión Integral
Platón era un pensador dualista en diversos ámbitos de su filosofía. A nivel ontológico, el autor dividía aquello que existía en dos mundos:
- El Mundo Inteligible: el lugar donde habitaban las Ideas o Formas perfectas, a las cuales solo podemos acceder por medio de la razón.
- El Mundo Sensible: una copia imperfecta del Mundo Inteligible, realizada por el Demiurgo, donde habitan los objetos sensibles sobre los que solo podemos tener opinión (doxa).
A nivel epistemológico, Platón también dividía el conocimiento en dos:
- El falso conocimiento: el que se tiene sobre el Mundo Sensible.
- El verdadero conocimiento: el que se tiene sobre las Ideas.
Como sabemos, los objetos del Mundo Sensible participan de las Ideas a las que imitan. De esta forma, al ver el ser humano un objeto sensible, es capaz de reconocer la Idea que imita, pero ¿cómo? La respuesta es: mediante la reminiscencia.
El Dualismo Antropológico de Platón
Además de ser dualista en los campos ontológico y epistemológico, Platón también era un dualista antropológico. Este autor dividía al ser humano en dos partes fundamentales:
- El cuerpo (o soma): la parte física y tangible del ser humano.
- El alma: una sustancia simple, indisoluble, inteligible, preexistente al cuerpo e inmortal.
Estas dos partes se unen de forma accidental en el Mundo Sensible. Para Platón, la parte racional del alma, antes de unirse a un cuerpo, habitaba en el Mundo de las Ideas, dedicándose a su contemplación. Una vez el alma se une al cuerpo, olvida todo lo que conocía. Con el tiempo, va recordando ese mundo anterior y va reconociendo las Ideas en los objetos sensibles que participan de ellas. Por lo tanto, para Platón, conocer es recordar, hacer memoria de lo ya sabido. Esto, en conjunto, es la llamada Teoría de la Reminiscencia.
La Metempsicosis o Transmigración de las Almas
En suma, al ser el alma racional inmortal para Platón, esta, al acabar una vida, no moría, sino que pasaba a habitar en otro cuerpo. El cuerpo en el que se reencarnaba era uno u otro, dependiendo de cómo se había comportado el alma en el cuerpo anterior. Para él, la mejor reencarnación era purificarse en el filósofo, y la peor, retroceder a ser tirano. Esta teoría era llamada Teoría de la Metempsicosis o Transmigración de las Almas, creada por Pitágoras y adoptada por Platón.
Las Tres Partes del Alma Platónica
También es importante aclarar que, para Platón, el alma no estaba formada por una sola parte, sino que esta estaba dividida en tres partes que conformaban un todo: el alma en sí. Las tres partes que formaban el alma eran las siguientes:
- La parte racional (logistikón): la cual participaba en la metempsicosis y la reminiscencia. Es inmortal.
- La parte irascible (thymoeidés): mortal, desaparece con el cuerpo tras la muerte.
- La parte concupiscible (epithymetikón): mortal, desaparece con el cuerpo tras la muerte.
Además, cada parte del alma se sitúa en una zona distinta del cuerpo:
- La parte racional: en la cabeza.
- La parte irascible: en el tórax.
- La parte concupiscible: en el bajo vientre.
Al mismo tiempo, a cada parte se le asocia una virtud diferente:
- A la racional: la sabiduría (sophia), encarnada en el filósofo.
- A la irascible: la valentía o fortaleza (andreia), propia del soldado.
- A la concupiscible: la prudencia o moderación (sophrosyne), propia del artesano.
El Cuerpo como Prisión y la Armonía del Alma
Todo el mundo poseía estas tres partes, pero es importante saber que, para Platón, el cuerpo es la cárcel del alma, ya que esta última puede alcanzar las virtudes, pero es el cuerpo quien la arrastra a las pasiones. Por esto, hemos de someternos a la parte racional de nuestra alma para que sea esta quien controle nuestros deseos y nuestro cuerpo no consiga arrastrarnos a las pasiones.
Por otra parte, es importante también aclarar que en cada persona predomina una parte del alma diferente, y por ello, algo imprescindible para Platón era la educación, pues esta posibilitaba cultivar la virtud predominante en cada persona; de esta forma, se conseguía una armonía entre las partes del alma y se alcanzaba, en suma, la virtud de la justicia (dikaiosyne).
La Sociedad Justa según Platón
Siendo todos justos, la sociedad también lo sería, pues cada ciudadano cumpliría su función en la sociedad:
- Los más sabios serían los filósofos gobernantes.
- Los más valientes serían los soldados.
- Los prudentes, los artesanos.
De esta forma, se conseguiría llevar a cabo la Teoría del Estado Justo de Platón.
Conclusión
Como hemos podido observar, Platón cree en la división del ser humano en dos partes: la que nos permite conocer la verdad y la que nos empuja a las pasiones. Hemos de conseguir que el alma racional controle nuestro cuerpo y, a su vez, cultivar la virtud que predomina en nosotros para así cumplir nuestro papel en la sociedad. Por todo esto, podemos afirmar que Platón era, sin duda, un dualista antropológico.