La Visión Platónica de la Educación: Despertando el Conocimiento Innato y la Búsqueda de la Verdad

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La Concepción Platónica de la Educación: Un Camino hacia la Verdad y el Bien

Este texto aborda el concepto platónico de educación. El autor defiende la tesis de que la educación es el arte de lograr que el individuo que se educa haga un uso adecuado de las facultades y capacidades innatas existentes en su alma, para lo cual debe conseguir que esta mire hacia la esfera de lo inteligible, dejando de enfocarse en lo sensible. Los argumentos en los que Platón apoya esta tesis son los siguientes:

1. Crítica a la Educación Sofista: Más Allá de la Mera Transmisión de Conocimientos

En primer lugar, Platón critica el punto de vista contrario, el de los sofistas, aludidos en la primera línea del texto con el pronombre indefinido “algunos”. Según su perspectiva, educar consiste en «proporcionar ciencia al alma que no la tiene», es decir, la educación se reduciría a una mera transmisión de conocimientos por parte del que sabe (el maestro o sofista) al que no sabe (el discípulo). Esta concepción presupone, erróneamente, que el alma del educando, a diferencia del alma del maestro, es como «unos ojos ciegos», esto es, un alma que carece de la capacidad de conocer por sí misma, necesitando que alguien le «infunda visión» y le aporte conocimientos.

Frente a esto, Platón defiende el innatismo de las facultades: no es cierto que el alma del educando sea como «unos ojos ciegos», es decir, unos ojos que carecen de la facultad de ver; por el contrario, en el alma de cada individuo existe ya una facultad innata de conocimiento que le permite alcanzar el conocimiento del bien y de la verdad. Como se menciona en 519a, la «virtud del conocimiento» es una capacidad inherente que «jamás pierde su poder».

2. La Orientación de la Facultad de Conocimiento: De lo Sensible a lo Inteligible

El problema radica en que esta facultad no siempre se dirige hacia el objetivo correcto: normalmente se enfoca en lo sensible («lo que nace»), cuando debería mirar hacia lo inteligible («el ser»). Como se indica en 519a, en el primer caso esta capacidad es «inútil y nociva», ya que jamás encontrará la verdad, solo simples opiniones, y confundirá el mal con el bien; pero en el segundo caso es «útil y ventajosa», pues hallará la verdad y el bien.

3. El Ejemplo de los "Malos Inteligentes": La Necesidad de Reorientar el Alma

Para ilustrar esta idea, en 519ab, Platón ejemplifica con el alma de aquellos que son «malos pero inteligentes»; estos poseen una facultad innata de conocimiento especialmente aguda, pero, al estar volcada a lo sensible (placeres, apetitos, ambición de poder, bienes materiales y honores, etc.), confunden el mal con el bien y ponen su inteligencia al servicio de lo perverso. Platón señala cómo la educación debería actuar en estos casos, reorientando sus almas para que miren hacia lo abstracto, inteligible y verdadero.

Conclusión: La Educación como Reorientación del Alma hacia lo Inteligible

De todo lo anterior se desprende la tesis central que enunciábamos al principio: la educación no consiste en proporcionar conocimientos, sino en lograr que el alma (particularmente la de aquellos naturalmente inteligentes) deje de buscar el bien y la verdad en el mundo sensible y material, y dirija sus facultades innatas de conocimiento hacia la esfera de lo abstracto e inteligible, donde podrá hallar la verdad y el bien.

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