Victima 2

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11. Principales ejes tipológicos. Contribución de la víctima. Las tipologías basadas en victimo-contribución contemplan a la víctima como lesionada por una acción criminalmente víctimaria. El eje clasificatorio penal o criminológico permite distinguir las diferentes versiones de participación victimo-genésica. Salvando tan solo a la víctima inocente los tipólogos mantienen que el resto de víctimas no lo serían en puridad, ya que lo serían por una inadecuada precaución o por ser instigadora, agresora o simuladora.      La vulnerabilidad de la víctima. Hentig marcó esta corriente tipológica. Los rasgos de proclividad son un medio de identificación de déficit personales o sociales con influencia en el desenlace victimizador. Esta tipología no observa a la víctima en relación a una dinámica criminal, sino que incluyen distintos ejes clasificatorios de carácter psicológico, cultural o socio-económico. La condición de víctima ha sido sometida a tipologías de vulnerabilidad personal, relacional, contextual y social: 1-Vulnerabilidad personal: se identifica por rasgos psico-biológicos(edad, sexo, enfermedad…)  2 -Vulnerabilidad relacional: existe un agudo desequilibrio entre víctima y ofensor.  3 -Vulnerabilidad contextual: comprende la interacción de la víctima con un entorno victimogenésico, el cual viene determinado por las características de un concreto hábitat social, el barrio, lugar de trabajo, escuela…  4-Vulnerabilidad social: pone de manifiesto la fragilidad de determinados individuos frente a las estructuras socio-económicas.

12. Victima social: La tipología de Scheneider. Las tipologías de vulnerabilidad social denuncian la selectividad de los procesos de amparo estatal, que desaira y marginaliza a ciertas categorías de víctimas. Scheneider, desde un enfoque de Victimología supra-nacional, con atención a la violación de Derechos Humanos, señala tres categorías de víctimas:  Víctima socio-estructural. Se encarnan en minorías marginales empobrecidas y privadas de sus medios de subsistencia tradicionales, y por niñas objeto de infanticidio selectivo, mutilación genital tolerada socialmente, y sujetas a una discriminación estructural a lo largo de su vida.  Víctima cultural. Son aquellas resultantes de la presión de la cultura e ideología dominantes sobre minorías vulnerables. Ejemplo: agresiones racistas, xenófobas y homófobas, son los delitos de odio discriminatorio.  Víctima institucional. Son las victimizadas en el contexto de una institución, y por la propia institución. Ejemplo: los reclusos sometidos a violencia y brutalidad en prisión, los ancianos confinados en residencias…

13. Teoría de los ciclos victimológicos. El modelo psicológico de los ciclos de victimación (Zieguen-Haguen, 1977) se levanta sobre los modos de armonización de factores psicológicos, criminales y victimales, que propenden, respectivamente, al riesgo criminal o victimal.   Este modelo mantiene que para la victimización se produzca debe de darse una combinación ajustada entre el tipo psicológico del autor y de la víctima.     Así solo en la detección de un punto de coincidencia se explicará el modo en que ambos procesos, víctima y ofensor, desembocan en un resultado delictivo. Es decir, se trata de ciclos victimológicos que interaccionan con ciclos criminológicos. Este planteamiento se basa en un elemento psicológico, el estado de frustración vitalizado, que es capaz de arrancar los dos procesos. Hay tres combinaciones significativas: Agresividad mutua: La victimización es el punto de convergencia entre mutuos ciclos de agresividad mutua. Ejemplo: el tiranicidio, la agresividad de quien se revela se ha venido alimentando de la agresividad generada por la víctima abusiva. Regresión-Agresión. Una víctima en estado de senilidad, estado depresivo, etc., contribuye por su comportamiento sumiso a ser objeto de la agresividad de otro individuo que lo escoge para descargar su frustración. Resignación-Agresión. La resignación es un patrón conductual de adaptación de la víctima que el ofensor puede interpretar como una promesa de aceptación de resultado victimizador. Ejemplo: el holocausto judío.

14. Tesis del homicidio como transacción situacional. Es una teoría interaccionista (Luckenbill, 1977) que explica la dinámica víctima-ofensor previa al homicidio o lesiones. Se trata de un modelo interactivo, que analiza la escalada gradual de la confrontación entre víctima y ofensor, describiendo un patrón de comportamiento recurrente, extraído del análisis de setenta homicidios, perpetrados en California entre los años 1963 y 1972.   Este modelo se proclama ambiental y situacional, ya que no se basa en las características del ofensor ni de la propensión de la víctima. Mantiene que la victimización homicida constituye el resultado de un conjunto de transacciones contextuales de carácter simbólico.       Pasos en que se cifra el homicidio como transacción situacional:   1 La víctima hace un movimiento que el agresor interpreta como amenazante. 2 El agresor interpreta el sentido de la amenaza inquiriendo a la propia víctima, o a los espectadores involucrados en el enfrentamiento .3 Una vez que se siente hostilmente amenazado, el agresor replica mediante un desafío verbal o físico. 4  La víctima responde al desafío incrementando su hostilidad. 5 Se produce un enfrentamiento del que resultará la muerte o lesiones de uno de ellos   Para que el infractor interprete la situación como una amenaza influye las características personales del agresor, la influencia del entorno y la propia actitud hostil de la víctima. La violencia es una respuesta simbólica a las exigencias transaccionales de una situación creada por la interacción de los agentes implicados.







15. Técnicas de auto legitimación basadas en la víctima  Fattah (1976) observa que la víctima es el eje central de las técnicas legitimantes identificadas. Este uso simbólico es así calificado genéricamente en clave de recurso a la víctima como agente de autolegitimación. Así, se identifican a una serie de estrategias empleadas por los delincuentes, con la previa manipulación psíquica de la figura victimal. Denegación y reificación de la víctima. Suele emplearse por delincuentes juveniles en delitos de violaciones múltiples, en los que no solo se ignora la víctima sino que esta es reducida a un puro objeto, la víctima no cuenta por sí misma  Devaluación del valor personal de la víctima. Frecuente en la victimización sexual. La mayoría de agresores sexuales tienen una imagen depreciada de la figura femenina. Se considera la víctima como a una cualquiera, sinvergüenza, parásito social…  Negación o minimización del daño victimológico. Frecuente en las víctimas anónimas y adquisitivas. Para una gran empresa o para el Estado no existirá daño son sólo una pérdida compensable.  Victimo-incriminación o negación de responsabilidad. Actúa como una herramienta psicológica al servicio del ofensor, éste opera sobre la base del supuesto justo merecimiento de la víctima: se lo buscó, lo estaba pidiendo… Igualmente, la negación de responsabilidad viene de la mano de la pre-clasificación del acto como algo irremediable, algo que “tenía que pasar”.  Definición de la ofensa como acto justiciero. Proceso más elaborado y que requiere un especial condicionamiento del autor. La racionalización reclama una reducción emblemática de la víctima, en cuanto miembro de un grupo específico: prostitutas, minoría social, sociedad occidental… El ofensor está condicionado por un odio especial contra estos grupos, se trata del delincuente fanático, que, sobre la víctima, descarga tanto como manifiesta su desprecio a un determinado colectivo.

16.-El enfrentamiento social y sus fases.El modelo de enfrentamiento social se esfuerza en explicar la dinámica por la que los individuos se enfrentan con los problemas en su medio ambiente, recalificado como “medio de enfrentamiento”.   Fases del proceso de enfrentamiento:   FASE PREVENTIVA: Conciencia la posibilidad de un problema (será vulnerable quien no sepa anticipar razonablemente un problema).  FASE DE PREPARACIÓN: Conciencia y definición de un problema real. Será vulnerable quien no realice esfuerzos de preparación ante el problema inminente, valorando sus recursos y ensayando el enfrentamiento.  -FASE DE ACCIÓN: Ocurrencia del evento. Se predica la vulnerabilidad de una persona inhábil para el enfrentamiento. Se incorporan aspectos de “desamparo aprendido” y una expectativa de vulnerabilidad reforzada por la sensación de carencia de control.  FASE DE REVALORIZACIÓN: Término de enfrentamiento. En ella, la víctima con potencial de mejora aborda un “enfrentamiento secundario” que no se produce en caso de que la víctima sin recursos de enfrentamiento social. Ésta no revalorará la situación, negándola, evadiéndose, frustrándose, etc.  Conforme a éste planteamiento, la victimización depende de dos factores: a) La vulnerabilidad por la naturaleza objetiva del problema b) La vulnerabilidad por incapacidad de enfrentar un evento amenazante debido a una falta de recursos adecuados.

17.-Función social de la distorsión cognitiva para el mantenimiento de la creencia en el Mundo Justo.  La teoría del Mundo Justo (Lerner, 1980) parte de que, dada una determinada consecuencia de hecho, el observador le asigna aquella causa que, personalmente, aporte un mínimo de sufrimiento y un máximo de seguridad personal y afiliación a un orden sólido y confortable de realidad. .  // La creencia justicialista parte de una doble premisa: 1- las “cosas malas” sucederán a las “personas malas”, y 2. las “cosas malas” suceden a quienes “se comportan mal”.  Distorsiones cognitivas  Implicaran una reelaboración simbólica de las cogniciones sociales del modo que mejor puedan confirmar las anteriores premisas. -En un primer caso, (la victimización se explica por qué la víctima es “mala”), la víctima es devaluada a partir de una reconstrucción negativa y distorsionada de sus rasgos personales, (de prostituta, drogadicta) Se eligen pues calificaciones que impongan distancia “moral” entre la víctima y el evaluador inhiban la empatía.  -En virtud de la segunda alternativa (la victimización alcanza a quien se porta mal) se reorganizan las cogniciones relativas al evento victimizador. Atribuyendo culpa a la víctima. De este modo la reinterpretación da por merecida la victimización, en cuanto la víctima se lo busco.   Dos son los factores que influyen en el recurso a la distorsión justicialista:   -Que el sujeto esté diferencial e intensamente imbuido en la creencia en el Mundo Justo.   -Que las características de la víctima amenacen intensamente al observador, por cuanto sean víctimas de una deprivación injusta e inconsolable, lo que incluye:   -Inocencia: la víctima sea neutra en términos de contribución o implicación en la génesis del delito y/o   -Persistencia del sufrimiento: que el dolor o pérdida de la víctima sea de ca- rácter inconsolable, irrecuperable y superlativo.   //Será la concurrencia de estos factores la que pueda aportar pautas de predictibilidad a la eventualidad de una victimización secundaria.





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