Velázquez: Vida, Obra y Legado del Maestro del Siglo de Oro Español

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Diego Velázquez (1599-1660): Trayectoria y Maestría Pictórica

Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, uno de los pintores más influyentes de la historia del arte español, nació en Sevilla en 1599. Su formación artística comenzó en el taller de Francisco Pacheco, donde adquirió las bases de su técnica y estilo.

Etapas Artísticas de Velázquez

1. Etapa Sevillana (hasta 1623)

  • Caracterizada por la influencia del tenebrismo de Caravaggio y un marcado realismo.
  • Obras destacadas de este periodo incluyen: El Aguador de Sevilla y Vieja Friendo Huevos.
  • En esta etapa, Velázquez ya demuestra un dominio excepcional de la composición y la luz. Su paleta se inclina hacia colores oscuros, con una iluminación violenta que acentúa el modelado de las figuras.

2. Primera Etapa Madrileña y Primer Viaje a Italia (1623-1631)

  • En 1623, Velázquez se traslada a la corte de Madrid, donde comienza su carrera como retratista real.
  • Obras como Los Borrachos (también conocida como El Triunfo de Baco) ya evidencian su madurez artística.
  • Su primer viaje a Italia en 1630 fue crucial para su desarrollo. De este periodo destacan: La Túnica de José y La Fragua de Vulcano, que muestran su crecimiento y afianzamiento como artista.

3. Afianzamiento como Retratista de la Corte (1631-1649)

  • Tras su regreso de Italia, Velázquez se consolida como el principal retratista de la corte española.
  • Realiza una extensa serie de retratos de la familia real y figuras importantes, incluyendo a Felipe IV, el Conde-Duque de Olivares y el Príncipe Baltasar Carlos.
  • La obra cumbre de esta época es Las Lanzas (también conocida como La Rendición de Breda), una verdadera sinfonía de luces y un hito en la pintura histórica.

4. Segundo Viaje a Italia y Madurez Plena (1649-1651)

  • En 1649, Velázquez emprende su segundo viaje a Italia, con el encargo de adquirir obras de arte para la colección de Felipe IV.
  • Durante este viaje, pinta retratos magistrales como el de Inocencio X y el de su criado Juan de Pareja.
  • También explora el género paisajístico con obras como los paisajes de Villa Médicis (al mediodía y a la tarde), que algunos críticos consideran precursores del impresionismo.

5. Regreso a la Corte y Obras Cumbres (1651-1660)

  • En 1651, Velázquez retorna a la corte, donde alcanza la cúspide de su maestría.
  • De este periodo final son sus obras más geniales: La Venus del Espejo y, especialmente, Las Meninas.

Las Meninas (1656): La Obra Maestra de Velázquez

Pintada en 1656, Las Meninas es considerada la obra más completa y compleja de Velázquez. Es un retrato de la infanta Margarita con sus damas de honor. Tras ellas, se encuentran Doña Marcela de Ulloa y otro personaje. En primer plano, aparecen dos bufones cortesanos y un perro mastín. En la puerta del fondo, por donde entra un torrente de luz, se vislumbra la figura del aposentador Don José Nieto. En un espejo, que se adivina al fondo, se dibujan las borrosas figuras de los reyes, quienes contemplan la escena desde fuera del cuadro. Junto al caballete del gran lienzo, Velázquez se representa a sí mismo en el acto de dar vida a sus obras, siempre con la cruz de Caballero de la Orden de Santiago bien visible.

La disposición de estos doce personajes (incluido el perro) es considerada la composición más perfecta de la Historia de la Pintura. Es una composición donde el exterior, el espacio que ocupa el espectador, se convierte en parte de la escena, creando una paradoja entre el espacio real y el ficticio. La dosificación del color y las tonalidades, la atmósfera luminosa que desdibuja el contorno de las figuras en el fondo del cuadro, y los distintos planos de luz y sombra que empujan la vista hacia la puerta abierta inundada de luz, todo ello representa la culminación de la perspectiva aérea, la composición y el color en la obra de Velázquez.

Las Hilanderas (c. 1657): Maestría en el Movimiento y la Luz

La composición de las figuras en Las Hilanderas es igualmente magistral. Todo está dispuesto para generar una profunda sensación de espacio, perspectiva y profundidad, lo cual es fundamental en la técnica de esta obra. Las figuras van perdiendo nitidez a medida que el aire se hace más denso. Al fondo, la luz ilumina esa atmósfera cargada que desdibuja las figuras. Es genial cómo el pintor logra reproducir el giro continuo de la rueca de hilar, descomponiendo parcialmente los colores de los vestidos que se ven a través de ella y pintando los radios de la rueda en movimiento mezclados con los colores que deja pasar, creando un efecto de movimiento y dinamismo sin precedentes.

La Escuela Madrileña

Dentro de la Escuela Madrileña, es importante mencionar a otros destacados artistas contemporáneos o posteriores a Velázquez, como Juan Ricci, Francisco de Herrera el Mozo y Claudio Coello.

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