Velázquez: Evolución Artística desde Sevilla hasta la Corte de Madrid

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Arte y Humanidades

Escrito el en español con un tamaño de 5,87 KB

Velázquez: Trayectoria y Obras Maestras

Etapa Sevillana

Nació en Sevilla y, aunque durante casi toda su vida trabajó para Felipe IV, en esta primera etapa pudo abordar temas mitológicos libremente. Se formó en la estética tenebrista, caracterizada por colores ocres de tonos madera, figuras compactas y un fuerte realismo.

La temática de este periodo incluye:

  • Obras de carácter religioso: Como La Adoración de los Reyes Magos, cuyos personajes son retratos de familiares del autor.
  • Retratos: Realiza un fuerte estudio del rostro y de la psicología del personaje, como en Venerable Madre Jerónima de la Fuente.
  • Obras de género: Donde combina tema religioso y bodegón, como en Cristo en casa de Marta y María y Vieja friendo huevos.

Primera Etapa Madrileña

Se estableció en la corte como retratista y más tarde transformó su estilo, adoptando tonos más claros. Esto se aprecia en los retratos reales, como el de Felipe IV. También retrató a bufones de la corte, realizando ensayos sobre la composición general, la luz y la expresividad del rostro y de las manos.

La obra cumbre de este periodo fue El triunfo de Baco (conocido como Los borrachos), donde mezcla mitología y pintura de género. Destacan el tratamiento de las luces y el uso del paisaje como fondo.

Primer Viaje a Italia

Durante su primer viaje a Italia (1629-1631), aclaró su paleta e hizo estudios sobre el desnudo, el paisaje y la perspectiva aérea. Destaca La fragua de Vulcano. La colocación de los personajes se basa en líneas diagonales, iluminándolos con distinta fuerza y planteando la perspectiva aérea.

Segunda Etapa Madrileña

Realizó numerosos retratos de la familia real y de personajes de la corte y bufones, empleando una pincelada muy suelta. Destacan:

  • Retratos ecuestres: Como el del Príncipe Baltasar Carlos a caballo y el de Felipe IV a caballo, creando fuertes diagonales. También el retrato del Conde-Duque de Olivares a caballo.
  • Retratos de enanos y bufones: Mostrando gran profundidad psicológica.

Su obra cumbre de este periodo fue La rendición de Breda (también conocido como Las lanzas), que conmemora la toma de la plaza holandesa ante un magnífico paisaje logrado con perspectiva aérea. En el centro se representa la entrega de la llave. Los caballos forman una disposición en curva, creando dinamismo.

Segundo Viaje a Italia

En su segundo viaje a Italia (1649-1651), pintó el retrato de Inocencio X, que representa una asombrosa naturalidad en la postura, dando especial trato a las calidades de las telas con amplias y espesas pinceladas. Realizó las Vistas del jardín de la Villa Médicis, dos pequeños paisajes con un tratamiento muy moderno de la luz y la atmósfera. En la Venus del espejo, la figura aparece de espaldas al espectador, recurso novedoso que se comunica a través del reflejo en el espejo.

Etapa Final en Madrid

En su última etapa, logró sus obras más extraordinarias. La pincelada se hizo más suelta y, en algunos puntos, casi impresionista, acumulando la pasta pictórica. Consiguió emplear la luz representando de forma magnífica la perspectiva aérea, creando la sensación de atmósfera.

Las meninas (1656) es, en realidad, un complejo retrato de la familia de Felipe IV. Velázquez se autorretrata pintando un lienzo (posiblemente a los reyes Felipe IV y Mariana de Austria, quienes aparecen reflejados en el espejo del fondo). Se representa la irrupción en el taller de la Infanta Margarita, acompañada de su pequeña corte de damas de honor (meninas), enanos y un perro. La iluminación, que entra por la derecha y desde el fondo, se distribuye a tramos, y la alternancia de luces y sombras crea una atmósfera donde la luz parece casi palpable, vaporosa.

Las hilanderas o la fábula de Aracne (h. 1657)

Se trata de un lienzo donde se superponen varias escenas y niveles de realidad:

  • En un primer plano, en penumbra, dentro de la Real Fábrica de Tapices de Santa Isabel, unas hilanderas trabajan. Se interpreta como una representación de la competición mitológica entre Atenea (la mujer de la rueca, a la izquierda, vestida como una anciana) y la joven Aracne (a la derecha, de espaldas, recogiendo hilo).
  • En el segundo plano, iluminado, unas figuras femeninas elegantemente vestidas observan un tapiz. Tras ellas, el tapiz colgado representa el tema del concurso: el Rapto de Europa por parte de Zeus (una de las escenas que Aracne tejió, desafiando a los dioses).

Las escenas se comunican visualmente, especialmente por las miradas de los personajes. La obra está realizada en óleo sobre lienzo. Se utiliza la luz como elemento fundamental para lograr la profundidad y la perspectiva aérea. Se busca la teatralidad en el tema y en la composición dinámica. La pincelada es muy suelta y vibrante. Se emplean colores cálidos en el primer plano y más fríos y luminosos al fondo, añadiendo el rico cromatismo de influencia veneciana, aplicado en los elementos de colores vivos y fogosos. Se buscan las diagonales compositivas. Los personajes mitológicos y humanos son representados con la misma naturalidad, sin idealización jerárquica. Se busca el claroscuro, pero matizado y difuminado por la magistral perspectiva aérea.

Entradas relacionadas: