Vanguardias, Neotrobadorismo y Figuras Clave de la Literatura Gallega: Manuel Antonio, Luis Amado Carballo, Fermín Bouza Brey y Ramón Cabanillas

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Creacionismo y Manuel Antonio

El creacionismo busca un arte que no imite la realidad. Para ello, se vale de la fuerza de imágenes y metáforas, de la presencia de elementos del mundo mecanizado, de las rupturas temporales, entre otros recursos.

El poeta creacionista gallego más importante fue Manuel Antonio (Rianxo, 1900-1930), quien encaja perfectamente con la figura del artista de vanguardia: rebelde e innovador. Esta actitud rompedora con la tradición poética anterior quedó reflejada en su manifiesto titulado Máis alá (1922). De catro a catro (1928) es su libro más representativo: se compone de diecinueve poemas escritos durante un viaje en barco y presentados, según se indica en el subtítulo de la obra, como unas "follas sin data dun diario de abordo", es decir, como un diario sentimental de una travesía marina que es una alegoría de una travesía a través de la vida.

Elementos recurrentes en De catro a catro

  • El mar (preferentemente nocturno o crepuscular) y los elementos asociados a él (estrellas, luna, faros, estelas, barcos...).
  • El tiempo, que se manifiesta en abundantes referencias a su transcurrir y a los elementos que lo miden (relojes, almanaques...) y, otras veces, a la ausencia del paso del tiempo, marcada por una fuerte sensación de estatismo.
  • La soledad.

Rasgos vanguardistas de la obra

  • Novedades formales, como el empleo del verso libre, la disposición original de los versos, la importancia de los espacios en blanco, la supresión de los signos de puntuación...
  • Abundancia de imágenes rompedoras e inéditas hasta el momento en la poesía gallega.
  • Renovación del lenguaje mediante la introducción de neologismos, de tecnicismos propios del mundo de la navegación (morse, SOS...), de palabras prestadas de otras lenguas, principalmente anglicismos (leit-motivs, stock, navy bar...), y de hipergalleguismos, que tenían el objetivo de crear un lenguaje literario culto (hourizontes, primaveiras, oucéanos...).

Hiloismo (o Imaginismo) y Luis Amado Carballo

El hiloismo (también denominado imaginismo) se caracteriza por la presentación humanizada de la naturaleza. Este movimiento se basa en la combinación de recursos metafóricos propios de las vanguardias con las formas tradicionales de la poesía gallega (verso corto, con predominio del octosílabo, rima asonante...). El máximo representante de este movimiento fue Luis Amado Carballo.

Luis Amado Carballo (Pontevedra, 1901-1927) cultivó una poesía dominada por la constante animación o humanización de la naturaleza. Así, el paisaje de las tierras del Lérez y de las costas pontevedresas donde se crio se convierten en el tema central de su obra. En lo tocante a la métrica, se muestra relativamente conservador con estrofas y ritmos de tipo popular (arte menor, rima asonante...); sin embargo, los modos de expresión, a partir de sucesiones de imágenes y de recursos metafóricos, están muy próximos a la expresión vanguardista. Es de destacar también el uso constante de la personificación para describir los elementos de la naturaleza como dotados de humanidad. Sus obras más representativas son Proel (1927) y O galo (1928).

Neotrobadorismo: Fermín Bouza Brey y Álvaro Cunqueiro

El neotrobadorismo surge a raíz de la publicación de las cantigas medievales (desconocidas durante siglos). Muchos poetas jóvenes, maravillados por su belleza y perfección, introdujeron en sus poemas elementos temáticos y formales de la lírica de los trovadores. Se puede decir que estos poemas son recreaciones de la lírica medieval gallego-portuguesa, fundamentalmente en los esquemas formales (los recursos paralelísticos, el leixaprén y el refrán), en la ambientación e incluso en el léxico propio de la cantiga de amigo. Esta corriente fue cultivada, principalmente, por Fermín Bouza Brey y Álvaro Cunqueiro.

Fermín Bouza Brey (Ponteareas, 1901 - Santiago de Compostela, 1973) publicó dos libros de poemas: Nao senlleira (1933) y Seitura (1955). En estas obras combina temas y recursos trovadorescos (tema: el amor; recursos formales: refrán, paralelismo, leixaprén...) con estrofas de la tradición popular gallega (pareados, tercetillas...); de este modo, consigue unos versos llenos de plasticidad.

Ramón Cabanillas: El "Poeta da Raza"

Ramón Cabanillas (Cambados, 1876-1959) es el poeta más representativo de la época, en la que es conocido como el "Poeta da Raza". Se le consideró la síntesis y la superación del Rexurdimento: del siglo XIX sigue la poesía social de Curros, la intimista de Rosalía y el tono épico de Pondal; pero también es el poeta más sobresaliente de la época por renovar la poesía impregnándola de influencias modernistas, saudosistas y simbolistas, y alejándose de la simple poesía realista. El poeta cambadés es autor de una amplia obra poética, que suele agruparse en dos modalidades: la poesía lírica y la narrativa.

Poesía lírica de Cabanillas

En la poesía lírica del autor cambadés podemos encuadrar obras como Vento mareiro (1915), Da terra asoballada (1917) o A rosa de cen follas (1927). En estas obras predominan tres orientaciones o líneas temáticas: la línea costumbrista, la intimista y la cívica.

  • Poesía costumbrista: Ofrece una temática paisajista, de descripción de momentos de la vida de aldea y de costumbres y personajes típicos.
  • Poesía intimista: Cabanillas compuso muchos versos en los que afloran los sentimientos más personales: la vivencia del amor, la emoción ante la naturaleza, la angustia vital...
  • Poesía cívica: Aunque no es la más abundante, la temática cívica es sin duda la más representativa de este autor. Entroncando directamente con la poesía reivindicativa de Curros Enríquez, Cabanillas se muestra como un escritor comprometido con la realidad del país para criticar con un extraordinario radicalismo las injusticias sociales. Denuncia la opresión del campesinado por los comportamientos caciquiles de la época, representando los postulados del movimiento agrarista, dirigido por organizaciones como Acción Gallega, liderada por Basilio Álvarez, que realiza una lucha radical por la abolición de los foros (contratos que obligaban a los campesinos a pagar unas rentas abusivas por el usufructo de las tierras). También realiza una importante reivindicación de la identidad nacional de Galicia frente al poder sometedor de Castilla. A nivel formal, esta poesía se caracteriza por presentar un estilo directo y coloquial y un ritmo muy marcado y regular que la aproximan al tono de las proclamas políticas.

Poesía narrativa de Cabanillas

La poesía narrativa de Cabanillas es muy diferente de la lírica, tanto a nivel temático como formal. La gran obra de esta modalidad es Na noite estrelecida (1926), que pasa por ser el mejor poema narrativo de la literatura gallega. Se inscribe dentro de la temática de la denominada "materia de Bretaña", ofreciendo una versión galleguizada de la mítica leyenda de los caballeros del rey Arturo, en la que algunos de los episodios más relevantes de la obra, como la aparición de la espada Excalibur o el encuentro del santo Grial, aparecen localizados en Galicia. Defiende, como en la poesía cívica, la identidad nacional del pueblo gallego, que aparece caracterizado como un pueblo celta de ilustre pasado. El libro se compone de tres sagas o partes, denominadas "A espada Escalibor", "O cabaleiro do Santo Grial" y "O soño do Rei Artur". Una de las novedades principales de la obra es la introducción de elementos modernistas, poco frecuentes en la literatura gallega y que se manifiestan, entre otras cosas, por el empleo del verso alejandrino (verso de 14 sílabas). A nivel formal, este libro destaca por su gran elaboración, por su léxico culto, por su sintaxis compleja y por la abundancia de recursos retóricos; en cuanto a la métrica, se alternan los versos alejandrinos con los octosílabos.

El proceso de normativización del gallego moderno

El gallego, sometido desde el siglo XVI a una situación diglósica que lo redujo al ámbito oral, experimentó un proceso de deterioro de su sistema lingüístico, alterado por las interferencias del castellano al carecer de una norma culta que sirviese como modelo o elemento uniformizador. Cuando, en el siglo XIX, gana de nuevo espacio escrito, los escritores se encuentran con un idioma limitado, que seguía el modelo del castellano. Consagran así la fala dialectal y castellanizada de sus respectivas comarcas a nivel literario, en la fase denominada dialectalismo (empleo en la escritura de la variedad lingüística propia de la fala de la zona de procedencia de cada escritor, reflejando, por tanto, los dialectalismos propios de la comarca, así como numerosos vulgarismos y castellanismos presentes en la lengua oral).

Aunque sobre el gallego del siglo XIX domina el criterio lingüístico dialectal, la conciencia de la necesidad de un idioma unificado en la escritura comienza a ser sentida por un cierto número de escritores. El medio de superar esa excesiva dependencia localista será el interdialectalismo, esto es, la mezcla indiscriminada y carente de coherencia de elementos procedentes de las diferentes variantes dialectales del gallego. Los escritores, a medida que van conociendo otras variedades dialectales (por la lectura o por el conocimiento directo de la fala de otras zonas), comienzan a emplear, de modo incoherente y poco sistemático, formas dialectales propias de otras comarcas.

La anarquía y la diversidad en la que se mueve la lengua lleva a escritores y estudiosos a reclamar, ya desde la mitad del siglo XIX, la necesidad de elaborar un criterio unificador y unas pautas ortográficas, iniciándose una fase denominada supradialectalismo, que pretende la consecución de un gallego culto y unificado que supere los localismos y esté depurado de vulgarismos y castellanismos. Este gallego común (y literario) no debe ajustarse a ninguna variedad dialectal particular, pero deberá basearse en todas las variedades existentes.

Etapas del proceso de normativización (según Henrique Monteagudo)

Para el lingüista Henrique Monteagudo, dialectalismo, interdialectalismo y supradialectalismo no serían tanto fases sucesivas del proceso normativizador como tendencias que coexisten en diferentes momentos de la historia del gallego moderno. Las etapas sucesivas que propone son:

  1. Gallego popularizante (siglo XIX): Se caracteriza por tener como fuente y referencia principal el gallego oral, con todos los problemas que esto representa (dialectalismos, vulgarismos, castellanismos).
  2. Gallego "enxebrizante" o diferencialista (comienzos del siglo XX hasta 1936): Domina el criterio purista (gallego "enxebre") y la tendencia diferencialista con relación al castellano. Los escritores comienzan a sentir la necesidad de crear un modelo único de lengua escrita, pero introducen numerosos hipergalleguismos (brilo, estrano...), arcaísmos (cibdá, tidoo...) y vulgarismos.
  3. Gallego protoestándar (1936-1982): Se caracteriza por la simplificación ortográfica (eliminación de apóstrofos, guiones, acentos circunflejos y graves, que con tanta profusión se emplearan hasta entonces) y por la depuración de los castellanismos.
  4. Gallego estándar (1982-actualidad): Se caracteriza por la búsqueda de un gallego supradialectal que se manifiesta en la consecución y difusión de una normativa unificadora común para los usos cultos: Normas ortográficas e morfolóxicas do idioma galego, de la RAG-ILG de 1982 (revisadas en el año 2003).

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