Vanguardias Históricas del Siglo XX: Fauvismo, Cubismo, Expresionismo, Abstracción, Dadaísmo y Surrealismo
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Las Vanguardias Históricas del Siglo XX
El siglo XX fue un período excepcional dentro de la revolución histórica del arte. Con las vanguardias se produjo una ruptura total respecto a todo lo anterior y comenzó una sucesión de tendencias: Fauvismo, Cubismo, Expresionismo, Abstracción, Dadaísmo, Surrealismo, entre otras. El contexto histórico estuvo marcado por la Primera Guerra Mundial, la Revolución Soviética, el crack de la bolsa de Nueva York de 1929, la Segunda Guerra Mundial y la posguerra. Ante este panorama, el objetivo de las vanguardias fue crear nuevos medios de expresión artística, un nuevo lenguaje del arte.
Características de las Vanguardias
Una de las características visibles de las vanguardias fue la actitud provocadora, la lucha contra las tradiciones, procurando el ejercicio de la libertad individual y la innovación: la libre utilización del color, la luz, las formas o los materiales. El arte también tuvo una función de denuncia y crítica social y política.
Fauvismo (1904-1908)
El Fauvismo es considerado el primer movimiento de vanguardia. Fue un movimiento pictórico francés de escasa duración. Se caracteriza por la aplicación violenta de los colores sobre la tela, la autonomía del color sobre la forma. Los artistas fauvistas creían que a través de los colores podían expresar sentimientos. Renunciaron a la perspectiva clásica, al claroscuro y al modelado de los volúmenes. Sus precedentes se encuentran en las obras de Cézanne, Van Gogh y Gauguin. Sus temas principales son retratos, naturalezas muertas y paisajes. Entre sus autores destacan Matisse y Derain.
Cubismo
El Cubismo es otra gran vanguardia del siglo XX, desarrollado principalmente por el español Picasso y el francés Braque. Sus fuentes de inspiración son Cézanne, las máscaras africanas, la pintura románica y el arte ibérico. Se caracteriza por romper con la óptica renacentista como único punto de vista. Es capaz de representar varios puntos de vista a la vez en una misma imagen, superando así a la fotografía. Niega la luz impresionista y utiliza tonos neutros y pardos en pequeños planos de color superpuesto. El artista crea, a partir de la realidad, una imagen propia, nueva. Entre las obras de Picasso destacan Las señoritas de Avignon y el Guernica.
Expresionismo
El Expresionismo es un movimiento artístico surgido a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Reflejó circunstancias como la Primera Guerra Mundial y el período de entreguerras. Pretende dar una visión de los sentimientos del artista. Es una pintura subjetiva que deforma y exagera, revelando el lado pesimista de la vida. Los colores son violentos, las figuras tienen rostros esqueléticos y están en situaciones angustiosas. Sus precursores son Goya, El Greco y Van Gogh.
Dadaísmo
El Dadaísmo es el más radical de las corrientes artísticas de principios de siglo. Fue una vanguardia anarquista que busca provocar a través de lo absurdo. Su principal representante fue el artista francés Marcel Duchamp, quien a través de objetos sin valor (y que llamó arte por el hecho de exponerlos en un museo), trató de ridiculizar al artista burgués y a su arte.
Abstracción
La Abstracción engloba una serie de movimientos que tienen en común la eliminación de las referencias directas a la Naturaleza. En sus obras no hay figuras ni objetos reconocibles, solo manchas, líneas y colores. El arte debe basarse en un lenguaje de color, y Kandinsky da las pautas sobre las propiedades emocionales de cada color, que debe transmitir emociones y sentimientos. Una de sus obras más conocidas es Amarillo, rojo, azul.
Surrealismo
Por último, el Surrealismo comienza con un manifiesto escrito por el poeta André Breton. Se desarrolla esencialmente en el período de entreguerras y posguerra, en el que los intelectuales tratan de comprender la profundidad psíquica del hombre: los sueños, lo inconsciente. Los escritos y teorías del psicoanálisis de Freud aportaron base científica e ideológica. Hay dos grandes grupos de pintores surrealistas: por un lado, el Surrealismo figurativo de Dalí, que no abandona la referencia real de los objetos; y por otro, el Surrealismo abstracto representado por la obra de Joan Miró, con su universo personal de color y de símbolos. Los precedentes del Surrealismo los encontraríamos en la pintura de El Bosco y en el Goya de los Caprichos.