Valores y Percepciones Sociales hacia el Medio Ambiente
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Los estudios cuantitativos muestran que los objetivos relacionados con la protección del medio ambiente ocupan una posición relativamente subordinada en la escala de prioridades, tras los relacionados con la seguridad, la salud, la prosperidad económica y la redistribución. Sin embargo, las poblaciones consideran mayoritariamente que se trata de un problema serio que debe ser acometido con urgencia.
Dimensiones de la Percepción Social
Los estudios sociológicos acostumbran a examinar tres dimensiones en la percepción social de los problemas medioambientales:
- Gravedad y urgencia: si la cuestión ecológica se considera o no grave y urgente.
- Valoraciones: declaraciones positivas o negativas respecto a determinados comportamientos o la actuación en ámbitos deteriorados.
- Integración de valores: imbricación de la protección del medio ambiente con otros valores, a su presencia en la visión del mundo y del futuro, etc.
Todas ellas deben tenerse en cuenta cuando nos preguntamos por comportamientos individuales o por la acción social.
Rasgos del Discurso sobre el Medio Ambiente
En la sociología ecológica o medio ambiental, la investigación cualitativa no se ha desarrollado tanto como la cuantitativa. Algunos rasgos característicos del discurso sobre el medio ambiente parecen ser los siguientes:
- Dislocación: la percepción de los problemas ecológicos aparece vinculada al conjunto de procesos económicos, políticos y culturales que suelen denominarse con el término de "globalización".
- Contaminación: dos tipos de problemas, cuyo origen se atribuye ya a trastornos en la naturaleza, ya al contacto con quienes padecen dichos efectos.
- Culpa: la población de las sociedades industriales evalúa su propia situación como relativamente privilegiada y se siente parcialmente responsable del deterioro.
Variables Sociológicas
Algunas encuestas han detectado que las opiniones proambientalistas están ligeramente más presentes entre los integrantes de las llamadas "nuevas clases medias": personas relativamente jóvenes, urbanas y con mucha instrucción escolar. Por otra parte, cuando se han estudiado los comportamientos en lugar de las opiniones, los matices son a veces de signo contrario: en los estilos de consumo, por ejemplo, las nuevas clases medias son más adictas a las prácticas ambientalmente más costosas que los otros grupos sociales.
Las investigaciones no suelen reflejar diferencias sustanciales entre hombres y mujeres en cuanto a sus declaraciones sobre el medio ambiente. En el caso de las mujeres, la actitud favorable hacia comportamientos ecológicamente responsables en la esfera del consumo o de actividades cotidianas de la vivienda se expresa con algo más de fuerza. Por el contrario, los varones se declaran ligeramente más predispuestos a cosas como la participación en manifestaciones o campañas ambientalistas o la afiliación a asociaciones ecologistas.
Los resultados de los estudios sobre la opinión acerca de los problemas medioambientales señalan que ésta parece distribuirse en los diversos estratos sociales homogéneamente. Los estratos medios se muestran ligeramente más favorables a proteger el medio ambiente que los más altos y los más bajos. En los extremos de la pirámide social aparecen algunos matices significativos. Los estratos más ricos se muestran algo más favorables que el resto de la población a aceptar la degradación del medio ambiente como precio a pagar por la expansión económica, siempre que eso no afecte al propio lugar de residencia. Los estratos inferiores se muestran algo más favorables que el resto de la población a aceptar la degradación del medio ambiente local como precio a pagar por más oportunidades accesibles de trabajo e ingresos.
Numerosos estudios han detectado una relación significativa entre el nivel de estudios y las opiniones favorables a la protección del medio ambiente. Mayor presencia de actitudes ambientalistas entre personas con ocupaciones técnicas y profesionales que en otros grupos ocupacionales. Aunque las nuevas clases medias han consumido mucha instrucción escolar, la mayoría de sus miembros están entrenados en conceptos y soluciones, en recetas profesionales que no tienen en cuenta los costes ambientales.
Prioridad del Medio Ambiente y Crecimiento Económico
En muchas sociedades del mundo, en diversos contextos culturales y con independencia de su grado de riqueza, de su estructura social o de su orientación política, la idea de que la protección del medio ambiente debería primar sobre la expansión económica goza de un amplio respaldo. En cambio, el crecimiento económico es como un medio que únicamente se justifica si sirve para realizar otros valores.
Por tanto, cuando se trata de opiniones, la prioridad otorgada al medio ambiente es justamente lo que cabría esperar. El comportamiento, en cambio, tanto individual como colectivo, no depende sólo de los valores de referencia, sino también de intereses y deseos, de compromisos con otros intereses en conflicto, etc. Hay un amplio y complejo debate sobre si está produciéndose (o no) un cambio social caracterizado por la difusión de comportamientos individuales y colectivos más orientados hacia la defensa del medio ambiente. En algunos casos, la emergencia de ciertos fenómenos culturales se considera el punto de partida para la difusión en la sociedad de creencias, prácticas, relaciones y cambios institucionales. En otros casos, el punto de partida es más bien el inverso: los conflictos sociales relativos al acceso de los recursos o al impacto de la contaminación impulsan la movilización de los grupos más negativamente afectados.
Teorías Explicativas del Cambio Cultural
Según otro punto de vista, también bastante difundido, la preocupación por el medio ambiente es una parte del nuevo interés por una mejor calidad de vida. Con un bienestar material consolidado y percibido como seguro, la gente comenzaría a interesarse por la conservación de su entorno. En este marco, la preocupación por el medio ambiente sería dependiente de la difusión de valores postmaterialistas. El origen del ecologismo, entonces, debería buscarse, por una parte, en las posibilidades abiertas por las condiciones de vida en las sociedades postindustriales y, por otra, en la experiencia del deterioro en la calidad de los ambientes naturales locales.
Si dado que, en general, el nivel de riqueza se corresponde con el de la escolarización, cabría esperar que la preocupación por el medio ambiente fuese mayor en los países más desarrollados, lo que tampoco parece ser el caso.
- Mucha gente considera deseable la estabilización demográfica debido a que se han dado cuenta de la sobrepoblación actual. Pero casi nadie considera que una expansión demográfica galopante sea algo deseable, porque da lugar al "colapso malthusiano".
- Puede estar produciéndose un cambio social caracterizado por la difusión de comportamientos individuales y colectivos orientados a la defensa del medio ambiente.
- Y, por último, la preocupación por el medio ambiente forma parte del interés por una mejor calidad de vida.