Usos de la Razón Pura: Teórico y Práctico Según Kant
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Introducción a la Filosofía Crítica de Kant
Immanuel Kant, figura central de la filosofía ilustrada alemana del siglo XVIII, se formó inicialmente en el racionalismo. Sin embargo, como pensador ilustrado, adoptó una postura crítica hacia este. Su filosofía, conocida como "idealismo trascendental", busca superar la dicotomía entre racionalismo y empirismo. Propone un "giro copernicano" en la comprensión de la realidad y el sujeto, afirmando que la realidad es, en esencia, una construcción subjetiva.
La Utilidad de la Crítica de la Razón Pura
Este texto aborda la utilidad de la Crítica de la Razón Pura de Kant. Se destaca que esta crítica posee una doble función:
- Por un lado, delimita las fronteras que el conocimiento humano no puede traspasar.
- Por otro lado, esta limitación sugiere que, además de un uso teórico, la razón pura tiene un uso práctico. Este uso práctico justifica que la razón trascienda los límites del conocimiento teórico para validarse como actividad.
Ideas Principales
- La razón pura se manifiesta en dos usos distintos: el teórico o especulativo y el práctico.
- En su vertiente teórica o especulativa, la razón debe mantenerse dentro de los límites de la experiencia para evitar incursionar en lo desconocido.
- Los principios que la razón alcanza al sobrepasar los límites de la experiencia encuentran su sentido y necesidad en la razón práctica.
- Además de su uso teórico, la razón posee un uso práctico que prevalece sobre el teórico.
Desarrollo de las Ideas
La Crítica de la Razón Pura analiza las condiciones trascendentales a priori del conocimiento. Kant la define como un tratado sobre el método de la filosofía. Este método se centra en el análisis de los contenidos a priori del conocimiento, es decir, lo que el sujeto aporta al proceso cognitivo. Si la metafísica se limita a este análisis, se consolidará de manera similar a como lo han hecho la lógica, las matemáticas y la física.
El texto subraya que la utilidad de la Crítica de la Razón Pura, y por ende de la filosofía, es negativa. Esto implica que la metafísica no proporciona conocimiento directo, sino que establece los límites de todo conocimiento posible. En otras palabras, la filosofía no nos permite conocer algo nuevo, sino que nos indica lo que no podemos conocer. Y lo que no podemos conocer son los principios con los que la razón sobrepasa sus límites: la idea de Dios, la idea de un alma libre e inmortal o la idea de mundo.
El Conocimiento y sus Límites
El conocimiento se restringe a la experiencia. Aunque no podemos conocer el noúmeno científicamente, sí podemos pensarlo de forma práctica. Nuestra forma de conocer nos impide acceder a las cosas en sí, pero al menos podemos concebir su existencia.
Kant ilustra esto con dos ejemplos: la certeza de la existencia de un mundo nouménico y la certeza de la existencia de un "alma libre". No concebir la existencia del mundo en sí sería equivalente a afirmar que conocemos algo inexistente. Kant sostiene que, aunque no podemos conocer estos objetos (del mundo) como cosas en sí mismas, debemos al menos pensarlos.
Algo similar sucede con la libertad. No podemos conocer nuestra alma como algo libre, ya que el conocimiento se limita a los fenómenos, y todo fenómeno está sujeto a leyes naturales. La voluntad puede entenderse de dos maneras: como un fenómeno, en cuyo caso no sería libre y estaría determinada por las leyes de la naturaleza, o desde una perspectiva moral. Dios, alma y mundo se convierten en postulados de la razón práctica, siendo Dios el modelo de perfección y quien nos recompensaría por nuestro esfuerzo de ser mejores.
Conclusión
En este fragmento, Kant destaca que la única restricción que impone su crítica es la de no considerar como "conocimiento" aquello que no lo es (lo nouménico). En la Crítica de la Razón Pura, Kant explica cómo es posible el conocimiento de los hechos (gracias a la conjunción de las impresiones sensibles del exterior y ciertas estructuras a priori que el sujeto impone a estas impresiones: las formas de espacio-tiempo y las categorías o conceptos puros) y hasta dónde es posible el conocimiento de objetos (el conocimiento objetivo solo se da en la aplicación de las categorías a los fenómenos).