Universo, Materia, Vida y Espíritu: Diálogos entre Física y Filosofía

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Física y Filosofía: Reflexiones sobre el Universo

Física y filosofía: Si el universo se expande, entonces no es eterno, sino que tuvo un comienzo. Este es claramente un problema no exclusivamente científico, sino también filosófico, e incluso teológico, porque formula el problema de si al haber tenido un comienzo es un universo creado que supone la existencia de un Creador. Otro problema es el de la relación del movimiento del universo con la gravitación. Para Einstein, la gravitación es un efecto de aceleración procedente del espacio curvo. Para la nueva física, no existe un mundo exterior objetivo y separado del observador, y esto abre multitud de perspectivas, de interrogantes y de problemas filosóficos.

Al final del siglo XIX el espacio y el tiempo se consideraban categorías absolutas e inmutables.

Las teorías de Einstein imponen también una reconsideración completa de la relación entre el espacio y el tiempo. La física cuántica obliga a una revisión paralela de las nociones de causa y efecto, y abre la perspectiva del indeterminismo.

Física y filosofía son aventuras fascinantes del espíritu humano que siempre dialogaron entre sí y que deben seguir haciéndolo.

La Materia: Perspectivas Filosóficas y Físicas

La materia alude comúnmente a lo inerte e informe. Los filósofos pensaron la materia durante muchos siglos como el constituyente último de la naturaleza. O sea, la pensaron como sustancia, lo que subsiste a través de los cambios. Actualmente la física moderna estudia las partículas elementales que componen los átomos y da una imagen cada vez más abstracta de la materia.

Para la física moderna las propiedades esenciales de la materia eran la extensión en el espacio, la duración en el tiempo y la masa. El concepto de materia quedó reducido al de densidad de campo. La materia no es más que cierta concentración de energía en un espacio relativamente limitado. Materialista: todo se reduce a materia, no hay ni espíritu ni alma.

La Vida: Entre lo Animado y lo Organizado

La noción de vida designa lo que es animado y se desarrolla. Un ser vivo es un ser organizado. En la antigüedad el alma era la responsable de la vitalidad de los cuerpos, de su calor y de su movimiento. Los filósofos materialistas creen que todo es materia y reacción y leyes físico-químicas.

Vitalistas: la vida es una fuerza metafísica.

El Espíritu: Alma, Pensamiento y Teología

La noción de espíritu se identifica para unos con el alma y para otros con el pensar. En la teología cristiana son entidades totalmente incorpóreas. Para Descartes designa la facultad de pensar.

La biología contemporánea reconoce que la vida organizada tal vez no incluye un espíritu, pero sí una organización. La organización de los elementos es la que determina que haya materia viva.

ARISTÓTELES: 3 tipos de alma: vegetativa, sensitiva e intelectual.

Visiones Filosóficas de la Vida y la Materia

El Hilozoísmo

Según esta doctrina, materia y vida son inseparables porque la materia tiene propiedades vitales o porque la vida tiene su origen en la materia. Los filósofos griegos de la escuela de Mileto (Tales, Anaxímenes) fueron hilozoístas.

Aristóteles identificó la vida con el alma y el principio vital.

El Mecanicismo

Explica la vida por leyes biológicas o leyes físico-químicas. Su propósito es incluir lo viviente en el nivel de lo físico, sin hacer de lo viviente una excepción de la naturaleza.

A partir de su distinción entre sustancia pensante y sustancia extensa, Descartes negó la existencia de alma en los animales, a los que consideraba meras máquinas. El cuerpo vivo como animal-máquina, concebido como un autómata, se generalizó entre los filósofos materialistas del siglo XVIII.

Malpighi concibió el cuerpo como una conjunción de máquinas diminutas interrelacionadas entre sí, siendo el cuerpo total resultante un fenómeno emergente.

El Organicismo

Interpreta el fenómeno de la vida a partir de la idea de organismo. Por lo tanto, comprende el cuerpo viviente como la estructura en la que cada parte se subordina y colabora en el funcionamiento del todo.

Los organicistas niegan el reduccionismo mecanicista que explica el fenómeno vital a partir de las propiedades físico-químicas o bioquímicas de la misma materia.

El organismo vivo se caracteriza por tener un finalismo intrínseco. Un organismo no posee solo la fuerza motora de una máquina, sino que tiene también una fuerza formadora que se comunica a las materias que no la tienen, dándoles una organización.

Los filósofos románticos (Schelling) concebían la naturaleza como un gran ser vivo dinamizado por un elemento espiritual que actúa según niveles y formas diferentes.

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