La Unificación de Italia: Proceso Histórico y Desafíos (1859-1870)

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Contexto Histórico de la Unificación Italiana (1859-1870)

La idea de nación surge cuando Napoleón invade Italia y resurge con la Restauración, cuando Austria ocupa los estados del norte. En 1830, surge un movimiento intelectual, el Risorgimento, de afirmación nacional, y la Joven Italia, organizada por Mazzini (republicano), que pretendían unir la península bajo la forma de una república mediante una insurrección popular. En las Revoluciones del siglo XIX (en 1830 se intentó, y en 1848 se intentó de nuevo) se produjeron revueltas nacionalistas, pero no tuvieron éxito.

Antes de la Unificación: Un Mosaico de Estados

La península italiana había permanecido dividida en diversos estados. En el siglo XIX, algunas zonas de Italia estaban incluso bajo dominación extranjera:

  • Piamonte y Cerdeña: Reinos italianos.
  • Lombardía y Véneto: Posesión de Austria.
  • Ducados de Parma, Módena y Toscana: Bajo control austriaco.
  • Reino de las Dos Sicilias: Bajo el poder de los Borbones (España).
  • Estados Pontificios: Bajo el poder del Papa.

En 1859, la iniciativa de la Unificación partió del Reino de Piamonte-Cerdeña (el único que tenía una monarquía constitucional italiana, con Víctor Manuel II de la Casa de Saboya), en especial de su primer ministro Cavour, quien logró que el emperador francés Napoleón III le apoyara con su ejército.

Inicio del Proceso de Unificación

El proceso de unificación de Italia fue de carácter militar. En 1859, la armada franco-piamontesa derrotó en las batallas de Magenta y Solferino a los austriacos, que cedieron Lombardía a Piamonte. A cambio, Piamonte cedió a Francia Niza y Saboya. Los Ducados de Parma, Módena y Toscana dejaron de ser controlados por Austria y se incorporaron a Piamonte.

El republicano Garibaldi, encabezando un ejército de voluntarios, los Camisas Rojas, conquistó los estados del sur. Entonces, las tropas de Piamonte ocuparon la Italia central, fueron a su encuentro y Garibaldi entregó los territorios a Cavour en pro de la unificación (para no dividir el movimiento nacionalista). Por lo que el Reino de las Dos Sicilias pasó a Piamonte.

En 1861, representantes de todos los estados incorporados formaron un parlamento en Turín en el que se proclamó el Reino de Italia, cuyo rey fue Víctor Manuel II. Solo Venecia y los Estados Pontificios quedaban fuera del reino, a los que se incorporaron en 1866 y 1870 respectivamente.

Desafíos Post-Unificación

El nuevo Estado italiano, después de 1870 (cuando ya tenían incorporados Véneto y los Estados Pontificios), tuvo que enfrentarse a dos problemas principales:

  1. El Papa no aceptó la unificación (la Cuestión Romana quedó pendiente), quedando limitado a la Ciudad del Vaticano.
  2. La unificación estaba incompleta: Trento e Istria siguieron bajo dominio austriaco hasta 1920.

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