La Unificación de Italia: Historia y Claves del Risorgimento
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La Unificación Italiana: Un Proceso Histórico Clave
El territorio italiano se hallaba dividido en varios estados. En 1815, tras el Congreso de Viena, quedó fragmentado en ocho países distribuidos en tres zonas principales:
- El Norte: Incluía el Reino del Piamonte-Cerdeña (o Reino Sardo) y el de Lombardía-Véneto (este último bajo dominio austríaco).
- El Centro: Comprendía los cuatro ducados (Módena, Parma, Toscana y Lucca) y los Estados Pontificios, gobernados por el papa.
- El Sur: Estaba formado por el Reino de las Dos Sicilias o de Nápoles.
El Risorgimento y las Posturas Nacionalistas
Hacia mediados del siglo XIX, la burguesía italiana, influenciada por el nacionalismo, actuó en la clandestinidad. Simultáneamente, surgió una corriente cultural moderada formada por intelectuales de la burguesía: el Risorgimento. Este fue un movimiento integrado por historiadores, escritores y músicos que compartían un profundo interés por el pasado histórico italiano y un ferviente deseo de independizarse del dominio austríaco.
A raíz de las revoluciones de 1848, se manifestaron tres posturas nacionalistas principales:
- Algunos defendían la creación de una república democrática, unitaria y centralista.
- Otros eran partidarios de una federación de estados italianos liderados por el papa.
- Finalmente, otros pensaban que la unificación italiana debía realizarse en torno al Reino del Piamonte, bajo la dirección de la Casa de Saboya.
Fue esta última idea la que, en última instancia, se impuso.
Etapas Clave de la Unificación Italiana
1. Creación del Reino de Italia (1859-1861)
El Rey Víctor Manuel II de Saboya, junto con su primer ministro Cavour, solicitó ayuda a Napoleón III para luchar contra el ejército austríaco. La campaña militar resultó en la victoria de las fuerzas franco-sardas. Sin embargo, Napoleón III firmó por separado y de forma inesperada un armisticio con Austria, por el cual Lombardía pasó a poder de Víctor Manuel II, aunque Venecia permaneció bajo dominación austríaca. Francia, por su parte, obtuvo las regiones italianas de Saboya y Niza.
La victoria sobre Austria despertó un fuerte sentimiento nacionalista entre los estados de Italia Central. Un plebiscito realizado en 1860 determinó la incorporación de los ducados de Parma, Módena y Toscana al Reino de Cerdeña, que serviría como base para la futura Italia.
Por otro lado, Giuseppe Garibaldi, con el apoyo secreto de Cavour, desembarcó en Sicilia y se apoderó de la isla, ocupando poco después el Reino de Nápoles. El ejército sardo, al mando del propio Víctor Manuel II, después de conquistar los Estados de la Iglesia (excepto la ciudad de Roma), se unió a Garibaldi en Nápoles. Las Dos Sicilias declararon su unión al Reino de Cerdeña. Finalmente, el primer parlamento nacional proclamó a Víctor Manuel II Rey de Italia.
2. La Incorporación del Véneto (1866)
El Véneto se encontraba bajo dominio austríaco. Para lograr su incorporación, Víctor Manuel II estableció una alianza con Prusia, rival de Austria. Tras el estallido de la contienda, la victoria favoreció a Prusia, lo que obligó a Austria a ceder Venecia a Italia.
3. La Anexión de Roma (1870) y la Cuestión Romana
Mediante un plebiscito, los Estados Pontificios se integraron a Italia y Roma fue proclamada capital del nuevo Estado. Sin embargo, el papa Pío IX no reconoció esta anexión, lo que inició un conflicto entre el recién formado Estado italiano y el Vaticano. Este conflicto, conocido como la Cuestión Romana, no se resolvería hasta comienzos del siglo XX.