Unificación y Consolidación del Estado Moderno en España: Reyes Católicos y Carlos I
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Los Reyes Católicos: Unificación y Política Interior
A finales de la Edad Media, la península ibérica estaba dividida en cinco reinos: Castilla, Aragón, Navarra, Portugal y Granada. Los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, llevaron a cabo la unificación de todos ellos, con la excepción de Portugal.
a) La Unión Dinástica entre Castilla y Aragón
Los Reyes Católicos utilizaron la política matrimonial para alcanzar sus objetivos. El matrimonio de Fernando e Isabel en 1469 se celebró en secreto, ya que la relación entre ambos reinos era tensa. Al conocer la noticia, el rey Enrique IV, hermano de Isabel, revocó su testamento a favor de su hija Juana. A la muerte del rey, se inició una guerra dinástica entre los partidarios de doña Juana, apoyada por Alfonso V de Portugal, y los de Isabel, apoyados por Aragón. El desenlace tuvo lugar en la batalla de Toro en 1476, que consolidó a Isabel como reina, quien ya había sido proclamada como tal en 1474. Esta batalla marcó la unión personal de los dos reinos más importantes de la península.
b) La Conquista de Granada
Desde 1236, el reino de Granada se había mantenido independiente gracias a los tributos que pagaba a Castilla. Cuando la monarquía recuperó el poder político con los Reyes Católicos, estos se sintieron con la fuerza suficiente para concluir la Reconquista. La primera fase consistió en una guerra de guerrillas, pero en 1487 se adoptó una estrategia de toma de ciudades. En 1488 cayó Baza. Granada fue sitiada entre 1489 y 1492. En los últimos momentos, estalló una guerra civil en Granada entre el sultán Muley Hacén y su hijo Boabdil. Fernando maniobró hábilmente entre ambos y consiguió la entrega de la ciudad el 2 de enero de 1492.
c) El Rosellón y la Cerdaña
Estos dos condados del Pirineo catalán habían sido entregados por Juan II, padre de Fernando, a Luis XI de Francia para comprar la paz durante la guerra civil catalana. La habilidad diplomática de Fernando, considerado el prototipo de gobernante descrito por Maquiavelo, hizo que por el Tratado de Barcelona en 1493 se reintegraran estos territorios a la Corona de Aragón. A cambio, Fernando se comprometía a dejar vía libre a los franceses en Italia, compromiso que no cumpliría.
d) La Ocupación Definitiva de las Islas Canarias
La conquista de las Islas Canarias había comenzado bajo el reinado de Enrique III de Castilla. Se finalizó la empresa con la conquista de Gran Canaria, tras una dura lucha con la población indígena (guanches). Se conquistó La Palma en 1492 y Tenerife en 1496.
e) La Conquista de Navarra
A la muerte de Juan II, padre de Fernando, se instauró en Navarra una dinastía francesa. Fernando no podía tolerar la presencia de Francia en la península, por lo que organizó una campaña dirigida por el duque de Alba que, en 1512, tomó Navarra.
f) Portugal
Isabel y Fernando intentaron también la unión con Portugal a través de su arma favorita: la política matrimonial. Casaron a su hija Isabel con el rey de Portugal, Manuel el Afortunado. El hijo de ambos, el príncipe Miguel, habría sido heredero de toda la península, pero murió a los pocos años. Más tarde, casaron a su hija María con el mismo rey, pero ella no era la heredera de la corona. Esta unión se materializaría finalmente en 1580 con Felipe II y duraría hasta 1640.
La Creación del Estado Moderno
Los Reyes Católicos zanjaron definitivamente el conflicto entre la nobleza y la monarquía. La nobleza perdió poder político, pero no económico.
a) Sometimiento de la Nobleza, el Clero y los Burgueses
La nobleza fue atraída a la corte, donde era más fácil controlarla. Los nobles que se opusieron fueron vencidos militarmente. El clero, que conservaba cierto grado de independencia, fue sometido por Fernando a través de un acuerdo con el Papa: el Patronato Regio. La burguesía, que gozaba de un alto grado de autonomía, fue controlada mediante la figura del corregidor, un representante del rey en el gobierno urbano, cuya misión era asegurar que los acuerdos aprobados no atentaran contra los intereses y las leyes de la monarquía. Para acabar con los desórdenes públicos, se creó la Santa Hermandad, una especie de policía contra el bandolerismo.
b) La Creación de Organismos de Poder
Los reyes concentraron todo el poder en su persona y se dedicaron a crear instituciones en las que apoyarse:
- Consejo Real: Asesoraba al monarca. Estaba compuesto principalmente por letrados y burgueses, en detrimento de la nobleza.
- Audiencia o Chancillería: Eran instituciones judiciales que abarcaban todo el Estado. Los reyes eran los jueces supremos. El fortalecimiento de la justicia real supuso un duro golpe para la nobleza.
- Ejército Permanente: Con los bienes procedentes de las órdenes militares, los reyes financiaron un ejército que estaba operativo permanentemente, a diferencia de los ejércitos medievales, que se formaban solo en caso de guerra.
- Unidad Religiosa: En los reinos medievales coexistían tres religiones: musulmana, judía y cristiana. Los Reyes Católicos consideraron conveniente que solo existiera una y actuaron duramente contra las otras dos. En 1478 se creó la Inquisición, cuyo objetivo no era perseguir a musulmanes o judíos, sino a los falsos conversos al cristianismo. En 1492 se emitió el decreto de expulsión de los judíos, una medida que tendría graves consecuencias económicas.
El Reinado de Carlos I (1517-1556)
La Herencia Recibida por Carlos I
Con Carlos I se instauró en España la dinastía austriaca de los Habsburgo, convirtiéndose nuestro país en el eje de la política mundial. De sus abuelos maternos, Isabel y Fernando, recibió la herencia hispánica y la parte americana. De María de Borgoña, su abuela paterna, recibió los Países Bajos y el Franco Condado. De Maximiliano de Austria, su abuelo paterno, las posesiones austriacas. En 1519, Carlos I fue elegido emperador de Alemania. España, y en especial Castilla, se convirtió en la pieza fundamental y la que más contribuyó a la política internacional de Carlos I, haciendo de nuestro país la potencia más poderosa de Europa.
La Política Interior: Las Comunidades y las Germanías
Carlos I, que no hablaba castellano y desconocía las costumbres del país, causó una pésima impresión entre la población castellana. En las Cortes de Valladolid de 1518, los procuradores aprovecharon la ocasión para protestar y exigieron al rey que no otorgase cargos a extranjeros y que prohibiese la salida de oro y plata del reino. Antes de su elección como emperador, Carlos estaba deseoso de marchar a Alemania para recibir la investidura imperial. En mayo de 1520, Carlos partió, dejando como regente al cardenal Adriano de Utrecht. Para dar unidad al movimiento, representantes de las ciudades se reunieron en la Junta Santa de Ávila y elaboraron un programa donde quedaban recogidas sus peticiones. Se protestaba por una forma de gobernar que no tenía en cuenta las peticiones del reino. La aristocracia, que inicialmente se mantuvo al margen, terminó apoyando la decisión de la corona. El 23 de abril de 1521, los ejércitos real y comunero se enfrentaron en las proximidades de Villalar. Los comuneros fueron derrotados y sus tres jefes, Padilla, Bravo y Maldonado, capturados, juzgados y decapitados. De manera simultánea al movimiento comunero, estallaron las Germanías en Valencia y Mallorca. Los agermanados se hicieron con el control de la ciudad de Valencia en 1519 y extendieron su poder por la comarca. Entre 1521 y 1522, las tropas reales restablecieron la situación en Valencia y su comarca, y en 1523 en Mallorca.