Unificación Alemana e Italiana: Dos Procesos Históricos del Siglo XIX
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Unificación Alemana (1871): Proceso y Consolidación del Imperio
La Unificación de Alemania fue un proceso político clave de finales del siglo XIX, culminando con la creación del Imperio Alemán el 18 de enero de 1871. Este evento transformó el mapa político de Europa.
Antecedentes: Fragmentación Política y el Zollverein
Antes de la unificación, el territorio de la actual Alemania estaba fragmentado en más de 38 estados. Entre estos, Austria y Prusia destacaban por su poder económico y político. A principios del siglo XIX, comenzó un proceso gradual de organización hacia un Estado nacional. La formación de un mercado único, impulsado por los junkers (aristocracia terrateniente) de Prusia y la burguesía industrial de la cuenca del Ruhr, fue un paso crucial. El establecimiento de la unión aduanera, conocida como Zollverein, en 1834 integró el territorio prusiano con otras regiones alemanas, sentando las bases económicas para la unificación.
Obstáculos y el Auge del Nacionalismo
Las diferencias políticas entre Austria y Prusia, entre otros factores, impidieron la unificación en la primera mitad del siglo XIX. Sin embargo, a partir de 1848, la actividad política de grupos nacionalistas que promovían la creación de un único Estado alemán se intensificó, alimentando el deseo de unidad.
Unificación Italiana (Risorgimento): De la División a la Unidad Nacional
La Unificación de Italia, conocida como el Risorgimento, fue un proceso histórico que, a lo largo del siglo XIX, condujo a la unión de los diversos estados en los que estaba dividida la península itálica. Estos estados estaban, en su mayoría, vinculados a dinastías consideradas "no italianas", como los Habsburgo y los Borbones. Este proceso se enmarca en el contexto cultural del Romanticismo y la aplicación de la ideología nacionalista, que busca la identificación de nación y Estado.
El Proceso de Unificación: Fases y Protagonistas
El proceso de unificación italiana puede resumirse en las siguientes fases:
- Inicios del siglo XIX: La península itálica estaba dividida en varios estados, incluyendo Lombardía (bajo dominio austríaco), los Estados Pontificios, el reino de Piamonte y el reino de las Dos Sicilias. Esta configuración respondía a una concepción feudal del territorio, alejada de un proyecto de estado liberal burgués.
- Intentos fallidos (1830-1848): Diversos intentos de unificación fueron reprimidos por el gobierno austríaco.
- La Política de Cavour y la Alianza con Francia: El Conde de Cavour, ministro del reino de Piamonte, logró involucrar a Napoleón III, emperador francés, en el proyecto de unificación. El plan consistía en expulsar a los austríacos del norte y crear una confederación italiana.
- Guerra y Anexiones: A pesar de la derrota austríaca, el acuerdo inicial no se cumplió completamente debido a las preocupaciones de Napoleón III sobre la reacción de los católicos franceses. Sin embargo, Lombardía fue cedida a Piamonte. Las insurrecciones en los ducados del norte durante la guerra llevaron a su posterior anexión a Piamonte, marcando la primera fase de la unificación.