Unidad Funcional y Física: Claves del Análisis de Ciclo de Vida (ACV)

Fases Clave en el Análisis de Ciclo de Vida (ACV)

El Análisis del Ciclo de Vida (ACV) es una metodología estructurada en varias fases. A continuación, se detallan las etapas fundamentales del proceso.

Fase 1: Definición de Objetivos y Alcance

En la fase inicial de objetivo y alcance del estudio, es crucial establecer una unidad funcional. Esta unidad sirve como base de comparación y cuantifica la función del sistema estudiado. Puede ser de dos tipos:

• Unidad Física: Se refiere a una cantidad de producto. Por ejemplo, el impacto de escribir en 1000 folios.
• Unidad Funcional: Describe el servicio o la función que cumple el producto. Por ejemplo, el impacto asociado a la actividad realizada durante un curso académico.

También es importante establecer los límites del ciclo de vida para evitar que el estudio sea infinito. Se deben tener en cuenta los flujos de materia y energía en el proceso principal, incluyendo:

• El transporte (considerando solo el combustible utilizado).
• El uso del producto.
• El destino final del producto.

Fase 2: Análisis del Inventario del Ciclo de Vida (AICV)

Esta fase consiste en realizar un balance de materia y energía del sistema. Aunque su foco principal son las entradas y salidas, también puede incluir otros aspectos como la utilización del suelo, las radiaciones, el ruido, etc.

Antiguamente, la recopilación de datos se realizaba directamente en las empresas, pero actualmente está más estandarizado el uso de bases de datos. Puede ser una tarea larga, ya que se deben considerar múltiples cuestiones, como la tecnología utilizada y la geografía. Por ejemplo, el consumo de energía eléctrica varía significativamente: en Francia, la energía nuclear tiene más importancia que en otros lugares.

En resumen, el inventario se compone de:

• Entradas medioambientales: Materia prima y energía primaria (ej. petróleo).
• Entradas de la tecnosfera: Productos y energía eléctrica que son la salida de otros procesos.
• Salidas medioambientales: Emisiones y todos los residuos generados. Esta es la parte fundamental.
• Salidas de productos y energía: La energía entendida como un producto final.
• Salidas económicas.

Fase 3: Evaluación de Impactos del Ciclo de Vida (EICV)

Esta etapa es crucial y se divide en varios pasos para traducir los datos del inventario en impactos ambientales potenciales.

Clasificación y Caracterización

El proceso comienza con dos pasos iniciales:

1. Determinación de las categorías de impacto: Se definen los tipos de daño ambiental que se van a evaluar (ej. calentamiento global, acidificación, etc.).
2. Reparto de las cargas ambientales: Los datos del inventario (emisiones, consumo de recursos) se asignan a las distintas categorías de impacto a las que contribuyen.

Normalización de Indicadores Ambientales

La normalización es un proceso que se incluye en la etapa de caracterización de la EICV. Consiste en que los indicadores obtenidos se dividen por una magnitud de referencia, que puede ser real o predicha, correspondiente a un área geográfica y/o tiempo determinados. Por ejemplo, una referencia común son las emisiones totales de un europeo medio en un año (lo que emite un europeo de CO₂ en un año).

Este paso se realiza para poder comparar unos indicadores con otros, ya que no es lo mismo hablar de kg de CO₂ emitido que de kg de O₃ emitido. Una vez normalizados, obtenemos los perfiles ambientales.

Valoración

El objetivo de la valoración es ponderar cuantitativa o cualitativamente la importancia relativa de las distintas categorías de impacto. Si la valoración es cuantitativa, supone un proceso similar al de caracterización, utilizando factores de valoración basados en:

• Criterios socioeconómicos: Basados en factores monetarios como el coste del daño ambiental o el coste de prevención de emisiones.
• Estándares fijados por autoridades: Con criterios de sostenibilidad o políticos.
• Criterios establecidos por un panel de expertos.