La Última Cena: Técnica, Deterioro y el Legado de la Pintura Histórica
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La Última Cena: Una Obra Maestra y su Técnica Singular
La famosa obra La Última Cena de Leonardo da Vinci no puede ser considerada un fresco. Su autor nunca dominó esta técnica, por lo cual empleó una base de arcilla y un aglutinante —elaborado de óleo y barniz— que le permitió corregir la pintura y lograr una riqueza de color y una precisión en el detalle similar a la de un cuadro al óleo. Sin embargo, el desgaste de la pintura es bastante mayor que en el caso de un fresco; en La Última Cena el deterioro comenzó a los pocos meses de terminada la obra.
Detalles Clave de La Última Cena
- Encargante: Duque Ludovico Sforza
- Ubicación: Refectorio de la iglesia dominica de Santa María de las Gracias (Milán)
- Estilo artístico: Renacimiento
- Técnica: Mural ejecutado al temple y óleo sobre dos capas de preparación de yeso extendidas sobre enlucido
- Estado de conservación: Malo
Explorando Técnicas Pictóricas Históricas
La Técnica de la Encáustica
La encáustica, que deriva del griego enkaustikos ('grabar a fuego'), es una técnica de pintura que se caracteriza por el uso de la cera como aglutinante de los pigmentos. La mezcla tiene efectos muy cubrientes y es densa y cremosa. La pintura se aplica con un pincel o con una espátula caliente. El acabado es un pulido que se hace con trapos de lino sobre una capa de cera caliente previamente extendida (que en este caso ya no actúa como aglutinante sino como protección). Esta operación se llama encaustización y está perfectamente descrita por Vitruvio, arquitecto e ingeniero romano (c. 70-25 a. C.), quien describe así:
"Hay que extender una capa de cera caliente sobre la pintura y a continuación hay que pulir con unos trapos de lino bien secos."
La encáustica se utilizó mucho en la antigüedad, sobre todo en Roma, y también se aplicó sobre tablas. Su uso fue común hasta los siglos VI y VII, siendo ejemplos destacados de esta etapa los iconos bizantinos del Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí. Durante los siglos siguientes, a partir del VIII y el IX, esta técnica cayó en desuso hasta que reapareció a comienzos de la Edad Media. Un buen ejemplo de icono pintado a la encáustica es el de la Virgen con Niño Entronizados del Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí, en Egipto.
Volvió a ser ampliamente utilizada en los siglos XVIII y XIX, especialmente en Inglaterra y Francia. El pintor francés Eugène Delacroix (1798-1863) utilizó en muchas de sus obras colores previamente desleídos con cera. En el siglo XX, el pintor, escultor y artista gráfico estadounidense Jasper Johns realizó encáusticas sobre tela en obras que anunciaban ya el Pop Art; asimismo, el pintor mexicano Mauricio Toussaint utiliza esta misma técnica en su obra, dentro del movimiento Neomexicanismo.
Ejemplos Notables de Encáustica
- Ejemplo de encáustica proveniente de Solunto, Sicilia (siglo I a. C., Museo Archeologico Regionale di Palermo).
- Máscara teatral proveniente también de Solunto.
- Retrato de momia de mujer. Encáustica sobre madera. Hawara, Periodo Romano de Egipto, c. 55-70. British Museum.
El Óleo en la Pintura
El óleo se utiliza a partir del Renacimiento y es un elemento generalizado en la Edad Moderna y Contemporánea. Consiste en la disolución del pigmento en aceite de nuez u otro fluido oleico (aceitoso), con el que se obtiene una diversidad cromática considerable y la posibilidad de lograr efectos muy precisos. Puede ser aplicado en una sola capa y de una vez en la técnica denominada "alla prima" (a la primera) o en imprimaciones sucesivas.
Gracias al barniz posterior que se usa para fijar el pigmento, puede durar unos trescientos años, aunque tiene la ventaja de que puede retocarse y repintarse.