El Turnismo y Caciquismo en la Restauración Borbónica Española
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Reconocimiento formal de derechos y libertades individuales, la religión católica es definida como la religión oficial del Estado, y relación entre poderes.
Partidos Turnantes de la Restauración
Los partidos turnantes eran: El Partido Conservador canovista, heredero ideológico de los liberales moderados y el centro del periodo isabelino. La militancia de este partido de cuadros la formaron la aristocracia y los grandes propietarios. Y el Partido Liberal, con raíces en el partido liberal progresista y dirigido por Práxedes Mateo Sagasta. Era la suma de una serie de grupos unidos por la personalidad de Sagasta. Entre estos partidos había escasas diferencias ideológicas; ambos eran monárquicos y se declaraban a favor del mantenimiento del modelo económico capitalista y liberal.
El Sistema del Turnismo
El turnismo fue un artificio cuyo objetivo era impedir que otros partidos, que no fueran conservadores y liberales, pudieran alcanzar el poder. De este modo, el sistema parlamentario y las elecciones quedaron convertidos en una pura ficción. El rey encargaba alternativamente la formación de gobierno a uno de los partidos, que así se relevaban y se repartían el poder de manera acordada.
Falseamiento Electoral y Caciquismo
El falseamiento electoral fue el primer problema que puso en evidencia la fragilidad de la Restauración. Las elecciones se vieron adulteradas por la repetición de las fórmulas ya empleadas durante la época isabelina. Se practicaron toda clase de fraudes que aseguraban la elección de los candidatos pactados previamente entre los partidos dinásticos. La manipulación electoral permitía otorgar al nuevo gobierno la mayoría necesaria. El régimen canovista construía una democracia al revés. El partido en el gobierno fijaba los resultados electorales siguiendo la estrategia turnista. Esta práctica recibía el nombre de "encasillado". Los "caciques" eran los encargados de llevar a la práctica los resultados electorales acordados por las élites de los partidos. Los caciques eran personajes ricos, poderosos y muy influyentes en la España rural. Los métodos desplegados por los caciques para controlar las elecciones en su localidad fueron muy variados. La regla del cacique era: "para los enemigos la ley, para los amigos el favor". Los factores que propiciaron el régimen caciquil fueron: el bipartidismo entre partidos de cuadros, las reglas constitucionales que concedían al Rey importantes prerrogativas y la arcaica estructura social de España. El caciquismo impidió consolidar el modelo liberal que recogía la Constitución de 1876.
Conclusión: Legado y Crisis de la Restauración
Tras el fallido intento de instaurar un régimen democrático durante el Sexenio (1868-1874), se restauró la monarquía borbónica y España volvió al liberalismo censitario. El nuevo sistema político ideado por Cánovas del Castillo se fundamentó en la alternancia en el poder de dos grandes partidos: el Conservador y el Liberal. La Restauración duró más de cincuenta años, desde el pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 hasta la proclamación de la Segunda República en 1931. Durante este largo periodo, que abarca los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII, con el interregno de la regencia de María Cristina, se consolidó un régimen constitucional y parlamentario. Con el tiempo, los dos partidos hegemónicos se fueron descomponiendo y no fueron capaces de dar entrada a las nuevas fuerzas emergentes, como el republicanismo y el obrerismo, para ensanchar la base social del régimen y darle estabilidad. En 1898, la pérdida de las últimas colonias españolas, Cuba y Filipinas, sumió a la Restauración en una gran crisis política y moral, conocida como el "Desastre del 98", que resquebrajó los fundamentos del sistema y planteó la necesidad de iniciar un proceso de reformas sociales, políticas y económicas en el país ("el regeneracionismo").