Travesías Transoceánicas Históricas: De la Antigüedad a la Exploración Moderna
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Thor Heyerdahl saltó a la fama mundial con el viaje de la balsa Kon-Tiki en 1947. Partió de El Callao, Perú, y navegó 8000 km en 101 días, hasta llegar a la Polinesia, probando la factibilidad de tales traslados. La Kon-Tiki estaba construida con ocho troncos de árboles de balsa.
En 1969 inició un viaje parecido en la balsa Ra I, hecha con papiro egipcio, saliendo de Marruecos hacia América, pero naufragó dos meses después (la embarcación se deshizo), antes de llegar al Caribe.
En 1970 construyó la balsa Ra II, con papiro egipcio y técnicas de construcción de los indígenas del Lago Titicaca (Perú-Bolivia). Siguiendo la corriente de las Islas Canarias llegó a Barbados, en el Caribe. Había recorrido 6000 km en 57 días, probando la factibilidad de viajes de África a América, hechos con técnicas de navegación de hace 2600 años.
La Travesía de Amyr Klink
Amyr Klink (1955-), economista y deportista brasileño, en 1984 atravesó el Océano Atlántico Sur en un bote de remos. Viajó en solitario durante 102 días. Comprobó, además de Heyerdahl, la posibilidad de traslados desde África hasta América, valiéndose de las corrientes marinas y la tracción humana (remo). Partió el 10 de junio de 1984 de Lüderitz, Namibia. Llegó a Salvador (Bahía), en Brasil, el 19 de septiembre. Navegó 7000 km. Sorteó olas de ocho metros, durante una tormenta que duró siete días. Siguió las corrientes de Benguela y la Sur-Ecuatorial, que discurren por Angola-Namibia, isla de Santa Helena, y el norte de Brasil.
Su embarcación fue el “Paraty”, bote de remos de 5.94 metros de eslora, 1.52 m de manga, y 38 cm de borda libre. Su peso total (vacío): 310 kg y 1190 kg (cargado). Si bien contó con equipos de alta tecnología para su comunicación, orientación y alimentación, eso no invalida su viaje que comprueba la factibilidad de atravesar el Atlántico Sur sin valerse de motores o velas.
Teorías sobre las Tribus Perdidas de Israel
Según el Libro de Mormón (1830), de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, tres pueblos del Medio Oriente migraron a América: los Jareditas, Neftitas y Lamanitas. La travesía se efectuó con el auxilio divino. Siendo un libro religioso, hace énfasis en la presencia de Dios como ayuda a los humanos (Ether 6: 1 Nephi 8:18; Omni 1:15-16).
Según la teoría esto sucedió en el S. VII a.C., durante la primera diáspora judía.
También, según esta concepción religiosa, Jesucristo, después de su resurrección vino a América y se reveló a ese grupo de descendientes de judíos.
No existe ninguna base científica para comprobar estas ideas basadas en un libro religioso, pero la iglesia mormona financia investigación arqueológica al respecto.
Sin embargo, los viajes de Thor Heyerdahl (1970) y Amyr Klink (1984) prueban la posibilidad de travesías de África a América, incluso con medios de transporte de hace 2600 años.
Los Viajes de San Brendan
San Brendan de Clonfert, llamado “El Navegante” o “El Viajero” fue un monje irlandés del S. VI, que según crónicas de la época realizó, junto a otros 14 monjes, un viaje de siete años de Irlanda a las Islas Faroe, Islandia, Groenlandia y llegó a América, incluso a las islas del Caribe. Es el santo patrono de los navegantes occidentales, y la Iglesia Ortodoxa también lo venera y considera el primer santo en visitar el Nuevo Mundo. La embarcación utilizada fue la típica curragh irlandesa.
Son naves flexibles y resistentes formadas por costillas de madera recubiertas por cuero de animales e impermeabilizadas con grasa de oveja. Las más grandes podían utilizar una o dos velas.
En 1976 el explorador inglés Tim Severin construyó una curragh de once metros de eslora y dos mástiles, igual a la de San Brendan y realizó un viaje similar al narrado por el santo en el año 516, probando así la factibilidad del mismo.
Recorrió 7200 km en dos meses. Zarpó de Irlanda y llegó, con escalas en las islas mencionadas por Brendan, a Terranova, en América. Fue impulsado por las Corrientes de Groenlandia y de Labrador.