Traumatismo Espinal y Hemorragias: Protocolo de Primeros Auxilios

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Traumatismo Espinal: Identificación y Actuación

La gravedad de un traumatismo espinal está determinada por las lesiones que puedan sufrir las vértebras y la posible compresión y/o sección de la médula espinal. Esto puede comprometer las funciones tanto motoras como sensitivas en las zonas del cuerpo que se corresponden con las raíces nerviosas afectadas.

Síntomas y Señales de Alerta

Se debe sospechar de este tipo de lesión siempre que nos encontremos ante una persona que ha sufrido un accidente por:

  • Caída desde una gran altura.
  • Impacto a alta velocidad.
  • Ahogamiento por zambullida.
  • Otros traumatismos severos.

Además, se deben buscar los siguientes síntomas:

Propios de la fractura vertebral:

  • Dolor en la zona o zonas afectadas.
  • Inflamación.
  • Equimosis o hematoma.
  • Dificultad de movimiento con dolor intenso.

Propios de la lesión medular:

  • Disminución o pérdida de sensibilidad en diferentes partes del cuerpo.
  • Hormigueo.
  • Imposibilidad para mover brazos y/o piernas.
  • Parálisis.
  • Dificultad respiratoria.

Protocolo de Actuación

  1. Valoración inicial: Evaluar el estado de consciencia y las funciones vitales (protocolo ABC: Vía Aérea, Buena ventilación, Circulación).
  2. Principio de precaución: Ante la más mínima duda, actuar siempre como si existiese una lesión espinal.
  3. Alertar a los servicios de emergencia: Llamar inmediatamente a los servicios sanitarios.
  4. Inmovilización: Un paciente con posible lesión medular NUNCA debe ser movilizado por personal no experto o sin el material adecuado. Hacerlo puede poner en grave riesgo su vida. Si la movilización es estrictamente necesaria y se cuenta con la formación adecuada, se deben realizar las siguientes maniobras:
    • Realizar maniobras de movilización controlada de la columna vertebral.
    • Mantener el control cervical, conservando el eje cabeza-cuello-columna alineado en todo momento.
    • Colocar un collarín cervical si se dispone de él y se sabe cómo hacerlo.
    • Si la víctima lleva casco, realizar su extracción siguiendo la técnica correspondiente por personal entrenado.
  5. Manejo de la vía aérea:
    • Garantizar la permeabilidad de la vía aérea sin hiperextender el cuello.
    • Introducir una cánula orofaríngea si la víctima está inconsciente, sin forzar su introducción si la rechaza o si recobra la consciencia.
    • En caso de vómito, lateralizar al paciente en bloque, manteniendo siempre el control cervical y el eje cabeza-cuello-columna.
  6. Traslado: Si es imprescindible trasladar a la víctima, debe hacerse sobre una superficie rígida (camilla de cuchara, tablero espinal, etc.) que garantice la inmovilización completa.

Actuación ante Hemorragias

Hemorragia Externa

Es aquella en la que podemos observar la cantidad de sangre y la velocidad con la que se produce la pérdida.

Actitud a seguir:

  1. Control de constantes vitales (ABC).
  2. Alertar a los servicios de emergencia.
  3. Posición: Acostar a la persona y, si es posible, elevar el miembro sangrante por encima del nivel del corazón.
  4. Compresión directa: Realizar una compresión externa mantenida sobre el punto sangrante, ya sea directamente con las manos (protegidas con guantes) o mediante un vendaje compresivo.
  5. Compresión arterial: Si la compresión directa no es posible por las características del traumatismo o de la herida, realizar compresión sobre los puntos arteriales correspondientes.
  6. Torniquete (último recurso):
    • Utilizarlo solo como última medida, cuando es imposible controlar la hemorragia de otra forma y existe un riesgo inminente de desangramiento.
    • Colocar una venda ancha o un dispositivo de torniquete comercial por encima del punto sangrante.
    • Apretarlo firmemente de tal forma que impida el paso de sangre a la parte distal, hasta que la hemorragia se detenga.
    • Anotar la hora exacta de la colocación.
    • Aplicar solo en las extremidades (brazos y piernas).
  7. Traslado rápido a un centro sanitario.

Hemorragia Interna

En este caso, la sangre se vierte en cavidades internas del cuerpo. Debemos sospecharla, ya que solo se observarán síntomas derivados de la falta de oxígeno en los tejidos (shock hipovolémico).

Síntomas de sospecha:

  • Palidez.
  • Sudoración fría y pegajosa.
  • Inquietud o ansiedad.
  • Somnolencia o confusión.
  • Palpitaciones (pulso rápido y débil).

Se debe sospechar ante todo traumatizado con fracturas de miembros, contusiones en tórax o abdomen y que presente algunos de los síntomas señalados.

Actitud a seguir:

  1. Alertar a los servicios de emergencia.
  2. Colocar al lesionado tumbado con las piernas elevadas (posición antishock).
  3. Aflojar la ropa y tranquilizar a la víctima.
  4. No dar de comer ni de beber.
  5. Evitar el enfriamiento, cubriendo a la víctima con una manta.
  6. Vigilar constantemente el estado general y las constantes vitales.
  7. Si pierde la consciencia, aplicar la secuencia ABC.

Hemorragia Exteriorizada

Es una hemorragia interna que fluye al exterior a través de un orificio natural del cuerpo (nariz, oídos, boca, etc.).

Actitud a seguir:

La actitud general es la misma que en las hemorragias internas, con la salvedad de que podemos observar la pérdida de sangre, lo que nos da una idea de la gravedad del caso. Un caso frecuente es:

Hemorragias nasales (Epistaxis)
  1. Sentar a la víctima.
  2. Inclinar la cabeza ligeramente hacia adelante para evitar que la sangre sea tragada.
  3. Comprimir la parte blanda de la nariz con los dedos durante al menos 10 minutos.

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