El Tratado Cobden-Chevalier y la Transformación Económica Europea del Siglo XIX
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El Tratado de Cobden-Chevalier y el Auge del Librecambismo en el Siglo XIX
Contexto en Reino Unido y la Expansión del Librecambismo
El Tratado de Cobden-Chevalier (1860) entre Reino Unido y Francia inaugura el periodo del librecambismo, que posteriormente se extiende a otros países.
En Inglaterra, se produce un cambio estructural significativo, con el predominio del sector industrial y de servicios. La formación de capital se vio impulsada por:
- Desarrollo de la banca y aparición de bancos industriales.
- Implementación de la Ley de Sociedades Anónimas por acciones.
- Consolidación de Londres como el centro financiero mundial.
El papel del Estado en la economía produce un aumento de la renta, aunque su distribución es desigual, concentrándose inicialmente en la clase burguesa. Posteriormente, se observa una tendencia a la mejora debido a la intervención estatal, que comienza a regular aspectos como las jornadas de trabajo, la seguridad social, etcétera. Se establece el patrón oro, con la libra esterlina como moneda de referencia mundial en el comercio. Finalmente, se produce un notable desarrollo del liberalismo económico (Laissez faire), reduciéndose el papel del Estado y desmontándose el viejo aparato regulador del mercantilismo. Los autores principales de esta corriente son Adam Smith y John Stuart Mill.
La Industrialización Pionera de Bélgica
Bélgica, como país independiente desde 1830, fue el primero en adoptar plenamente el modelo de la Revolución Industrial británica. Los factores que contribuyeron a su temprana industrialización fueron:
- La proximidad a Inglaterra y Francia, lo que le permitió intensificar el comercio.
- Su larga tradición industrial: Brujas y Amberes se caracterizaban por sus avanzadas técnicas comerciales y financieras.
- Abundantes recursos naturales, especialmente carbón, que se encontraban en la superficie, facilitando su extracción. Además, contaban con minas de hierro y plomo.
- Una situación geográfica favorable, que atrajo tecnología, empresas y capital extranjero. Adicionalmente, gozaba de una posición privilegiada en los mercados internacionales, ya que Francia compraba una parte importante de su producción de carbón.
El desarrollo del ferrocarril fue el motor de la industrialización, y un sistema financiero ágil y eficaz también contribuyó significativamente.
En 1840, Bélgica era el país más industrializado de Europa continental y en 1914 seguía siéndolo en términos relativos. Su desarrollo se basó en gran medida en las exportaciones, que representaban el 50% de su Producto Nacional Bruto (PNB).
El Particular Modelo de Industrialización en Francia
Francia tuvo un modelo de industrialización distinto al británico y belga. Los factores que influyeron en dicho proceso fueron:
- Lento crecimiento de la población durante el siglo XIX, lo que impidió un desarrollo económico rápido.
- Recursos mineros escasos (carbón de mala calidad y difícil de extraer), lo que elevaba su coste.
- Alto nivel de conocimiento tecnológico, pero bajo nivel de aplicación práctica. En Francia existían los conocimientos teóricos, pero había dificultades para desarrollarlos industrialmente.
La Revolución Industrial en Francia fue dificultada por las consecuencias de la Revolución Francesa (1789-1799), que provocó un elevado número de muertes y una fractura demográfica, perjudicando a la economía. Por otra parte, la Revolución Francesa consolidó una estructura agraria dominada por campesinos de clase media y no se produjo un éxodo masivo del campo a la ciudad, como en Inglaterra.
Su balanza de pagos se caracterizó por el superávit, que se invirtió en otros países como Alemania, Rusia o España, donde el potencial de rentabilidad económica se percibía como mayor. En Francia, la inversión interna no siempre resultaba tan atractiva, y el capital buscaba la máxima rentabilidad. Este flujo de capitales al exterior fue apoyado por una serie de leyes liberalizantes que permitían invertir en cualquier territorio.
En 1882, la economía francesa entró en crisis debido a varios factores:
- La filoxera (un hongo que pudre las viñas), afectando gravemente la producción vinícola.
- Pérdida de inversiones en el extranjero.
- Quiebra en el sector del ferrocarril.
- Retorno a políticas proteccionistas y pérdida de mercados exteriores.
Francia no experimentó una industrialización profunda hasta la Segunda Revolución Industrial. Inicialmente, la industria francesa dependió en gran medida de la energía hidráulica, aunque posteriormente la máquina de vapor permitió aumentar la producción. Sus productos tendían a ser caros y, por tanto, poco competitivos en el mercado internacional.