Transición al Helenismo: Características y Escuelas Filosóficas
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El Tránsito hacia el Helenismo
La teoría política de Aristóteles representa la culminación del estudio y defensa del modelo de sociedad griego de «polis», que nació en el siglo VIII a. C. Este modelo permitió el nacimiento de la filosofía gracias a los principios de libertad (eleutheria), igualdad ante la ley (isonomía) y la libre expresión de las opiniones (isegoría) que regían las relaciones entre la élite de los ciudadanos.
Pero con el macedonio Filipo II y su hijo Alejandro Magno, alumno de Aristóteles, la polis o ciudad-Estado independiente, es decir, la organización política tradicional de la Grecia clásica, perdió esplendor y autonomía. Ya antes, Atenas había perdido su poder político.
Cronología del Helenismo
Los historiadores suelen enmarcar el helenismo entre dos fechas: 323 a. C., fecha de la muerte de Alejandro Magno, y 30 a. C., cuando, tras la derrota de Marco Antonio y Cleopatra, Octavio incorpora al Imperio Romano el último reino helenístico (Egipto). Sin embargo, desde el punto de vista cultural, el helenismo se prolonga hasta el siglo III d. C.
Aspectos Políticos del Helenismo
La monarquía de Alejandro y luego las monarquías de sus generales macedonios rompieron los límites de las ciudades estado (polis) como marco de organización política. Ahora, el individuo pertenece a una comunidad más amplia, su papel como ciudadano era menos urgente, menos necesario. El ciudadano griego, cuya actitud política se basaba en la participación y la autonomía, tuvo que someterse a las normas macedonias. Ahora el ciudadano es un súbdito. La ciudad había perdido definitivamente su autosuficiencia (autarquía), tanto desde el punto de vista político como económico. Con ello, la solidaridad entre los ciudadanos libres de la ciudad se resquebrajó, al tiempo que aumentaban las luchas entre los pobres, cada vez más abandonados a la miseria, y los ricos, así como la desconfianza general frente a los siervos, los mercenarios y los desposeídos de tierras, fortuna y patria, cada día más numerosos.
En el modelo de polis, se permitía organizar la sociedad en función de las capacidades y necesidades de los ciudadanos y conseguir que se desarrollasen plenamente. Pero ahora el ser humano ya no era un ciudadano que elegía a sus gobernantes, que tomaba decisiones relevantes, ya no era un animal político como teorizaba Aristóteles, más bien era una pieza, un individuo aislado, un "idiotes", según la terminología aristotélica. Este ser aislado se ve inmerso, primero, en un inmenso imperio, y, después, en unos reinos cuyos generales o reyes imponían su voluntad.
Crisis del Modelo de Polis y Surgimiento de las Escuelas Helenísticas
A partir de finales del siglo IV a. C., al mismo tiempo que entra en crisis el modelo de «polis», también entra en crisis el modelo ético y político platónico y aristotélico. Surgen las llamadas escuelas helenísticas que se desarrollarán en los siguientes siglos. Esas escuelas presentan teorías que son la respuesta a un nuevo tipo de sociedad, organizada como un estado (fronteras, gobernadores, provincias, impuestos, burocracia...), en el que al aumentar el número de miembros y al alejarse de ellos el poder, el individuo ya no se siente unido a su comunidad.
Características de las Escuelas Helenísticas
Las escuelas helenísticas son la plasmación filosófica de ese giro antisocial, individualista y práctico:
- El giro antisocial: Las escuelas helenísticas no consideran ni que el individuo se deba a la sociedad, ni que sólo en el seno de la comunidad puedan los individuos conseguir su máximo desarrollo, como pensaban Platón y Aristóteles, sino, más bien, consideran que la sociedad es la que impide el correcto desarrollo del individuo.
- El giro individualista: Si Platón y Aristóteles consideraban que el individuo sólo puede ser entendido como ser social, durante el helenismo, los epicúreos y los escépticos proponen la autonomía del individuo frente a las sociedades. Se puede ser feliz viviendo al margen de la colectividad cívica.
- El giro práctico: Las escuelas helenísticas ya no buscan, como las de Platón y Aristóteles, elaborar sistemas complejos, basados en la ontología, sobre el comportamiento del ser humano y de la sociedad. Ahora el objetivo es mucho más modesto: elaborar sistemas que estén al alcance de cualquier ser humano y que ofrezcan soluciones concretas a los problemas que el nuevo tipo de sociedad presenta.
- Giro cosmopolita: el sabio es un "cosmopolita", un individuo del mundo. Sus deberes no son para tal o cual Estado, sino los propios de cualquier ser humano, miembro de una ciudad sin fronteras, el mundo, sin clases, ni compromisos de grupo.
Las principales escuelas helenísticas (finales del s. IV - s. I a. C.) fueron la epicúrea o hedonista, la estoica y la escéptica.