Transición del Feudalismo al Autoritarismo Monárquico en la Península Ibérica
Enviado por Chuletator online y clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 4,43 KB
Nos encontramos ante un tema extenso y complejo, el cual, va a estar protagonizado por las relaciones entre las distintas clases sociales, dentro de un contexto de crisis y de transición de una monarquía feudal a una monarquía autoritaria.
Paso de la monarquía feudal a la monarquía autoritaria
Esta transición comenzó en el siglo XII, donde la monarquía feudal estaba totalmente establecida en todos los reinos y por lo tanto el rey apenas tenía poder, solo dentro de las tierras de realengo las cuales le pertenecían. El resto de tierras, de abandengo y de señorío, tenían una administración y una legislación propia, distinta de las del resto del reino. No fue hasta el siglo XIII, cuando los monarcas comenzaron a propagar las teorías del Derecho Romano, las cuales empezaron a expandirse por toda Europa desde la universidad de Bolonia. Junto a esto, la monarquía intentó aliarse con parte de la nobleza y la burguesía, dando lugar a la creación de los señoríos jurisdiccionales, tierras de señorío, pero por las cuales el rey cobraba a los dueños de estas. Poco a poco la monarquía fue tomando poder, hasta que en el siglo XIV, se propuso crear una serie de instituciones y hacer una serie de reformas para así centralizar el poder del reino, estas eran:
- Conseguir uniformidad legislativa en todo el reino y recuperar la supremacía del poder judicial.
- Centralizar la administración.
- Perfeccionar la Hacienda.
- Tener un ejército permanente.
- Controlar los municipios urbanos.
- Limitar el poder de las Cortes.
Pero este cambio no sería tan sencillo ya que la nobleza se oponía totalmente a este cambio de monarquía; esto, sumado a la llegada de una crisis agraria que facilitó la llegada de epidemias como la Peste Negra, trajeron una crisis económica y demográfica importante. La crisis demográfica provocó que los señores feudales (nobles) endurecieran sus reinados y comenzaran a tomar posesión de las tierras de realengo. Esto desembocó en el establecimiento por parte de la monarquía de los “mayorazgos”, lo que permitiría a la nobleza consolidar su riqueza en un solo linaje. Pese a estas guerras continuas entre nobles y monarcas, este último sector fue consiguiendo y centralizando poco a poco su poder hasta el siglo XV. Este proceso de transición de monarquía feudal a monarquía autoritaria y todas las consecuencias que este conllevó, se produjo en todos los reinos de la península, pero los más destacados son el Reino de Castilla y el Reino de Aragón.
Corona de Castilla
En el Reino de Castilla la monarquía tuvo menos problemas con la nobleza ya que limitó más su poder, un ejemplo de esto son las Cortes, las cuáles en Castilla eran de carácter consultivo y para aprobar impuestos únicamente; por lo tanto, la autoridad del rey va a depender del carácter personal del mismo. Los enfrentamientos entre nobleza y monarquía comienzan con Alfonso X, continúan durante la minoría de edad de Fernando IV y Alfonso XI donde la nobleza aparenta tener más poder. Pero una vez alcanzada la mayoría de edad y apoyándose en las Hermandades, Alfonso XI, se impondrá sobre la nobleza y redactará el “Ordenamiento de Alcalá” donde se establecía un Código de leyes único para toda Castilla. Ya con Pedro I en el trono, quién había impuesto el centralismo administrativo y con la llegada de la crisis del siglo XIV, la nobleza quería recuperar su poder, por lo que se impondrá a la monarquía llevando al trono al hermano del actual monarca, Enrique de Trastámara. Esta guerra civil entre ambos bandos adquiere un carácter internacional y termina con el asesinato de Pedro I a manos de Enrique II en Montiel. La llegada de Enrique II al trono está protagonizada por todos los favores que este tiene que devolver a la nobleza por llevarlo al trono. Ya con Enrique IV, la monarquía vuelve a recuperar su poder con algunos apoyos, por lo que otra vez más la nobleza trata de arrebatarle este poder a la monarquía coronando a otro rey. Primero piensan en el hermanastro del rey, Alfonso, pero al morir este deciden apoyar a su hermanastra Isabel. Esta conseguirá subir al trono gracias a la ilegitimidad de la hija de Enrique IV para heredar la corona de castilla. Ya una vez Isabel establecida como reina, esta se casará con Fernando de Aragón y derrotará a la nobleza que se revela contra ella para establecer una monarquía totalmente autoritaria.