La Transición Española: De la Dictadura a la Democracia

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La Transición es el proceso por el cual España pasó de una dictadura a una democracia representativa, iniciado tras la muerte de Franco. Fue un proceso complejo, en el que participaron diversos actores, como el rey Juan Carlos I y la mayoría de las fuerzas políticas y sociales, que buscaron un consenso para establecer un nuevo régimen democrático. A pesar de los avances, la Transición no estuvo exenta de dificultades, como los ataques terroristas, las revueltas sociales, la crisis económica, la resistencia de grupos franquistas y el temor a un golpe de Estado por parte del Ejército. El régimen democrático consolidó sus bases con la aprobación de la Constitución de 1978 y el gobierno de Felipe González (PSOE, 1982). Se iniciaron diversas reformas políticas, sociales y económicas, junto con la alternancia de dos fuerzas políticas (PSOE y PP), que permitieron a España integrarse en la Unión Europea.

1. Gobierno de Arias Navarro (noviembre de 1975-julio 1976)

El 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey de España en las Cortes franquistas. Los primeros discursos del rey ya mostraban indicios aperturistas, por lo que decidió mantener a Arias Navarro como presidente del Gobierno, pero incluyó a ministros reformistas como Manuel Fraga. Sin embargo, Arias Navarro se mostró incapaz de liderar la transición hacia un régimen democrático.

La oposición comenzó a organizarse y se fundaron dos plataformas: la Junta Democrática (liderada por el PCE) y la Plataforma de Convergencia Democrática (liderada por el PSOE).

A comienzos de 1976, la lentitud de las reformas provocó un aumento de la agitación social, con numerosas manifestaciones. Estas manifestaciones fueron reprimidas duramente por las fuerzas del orden público, como en los sucesos de Vitoria y Montejurra. Finalmente, Juan Carlos I presionó a Arias Navarro para que dimitiera en julio de 1976, con el objetivo de avanzar hacia la democracia.

2. Gobierno de Adolfo Suárez (julio 1976-julio 1977)

El rey nombró como presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, miembro de la Falange, aunque pertenecía al sector reformista del franquismo. El presidente no contaba con el apoyo ni de la oposición ni de los políticos franquistas más importantes. No obstante, contaba con el apoyo del rey y estaba decidido a instaurar la democracia.

Con el apoyo del rey y de Torcuato Fernández Miranda (presidente de las Cortes franquistas), formó un gabinete con una mayoría de políticos jóvenes reformistas. Inició conversaciones con la oposición (Felipe González y Santiago Carrillo) y con los procuradores de las Cortes franquistas, con el objetivo de legalizar los partidos políticos y lograr su apoyo, respectivamente, para la aprobación de la Ley para la Reforma Política (LRP).

La Ley para la Reforma Política proclamaba la democracia como forma de gobierno y suponía la sustitución de las Cortes franquistas por un Congreso y un Senado, elegidos por sufragio universal. Suárez prometió a las Cortes franquistas que no habría represalias políticas contra ellos y que no permitiría al PCE presentarse a las elecciones. La ley fue aprobada con una clara victoria del sí.

Además, Suárez promulgó una serie de decretos que:

  • Permitían la libertad sindical.
  • Ampliaban la libertad de prensa.
  • Disolvían el Movimiento Nacional.
  • Legalizaban los partidos políticos (excepto el PCE).
  • Aprobaban la Ley de Amnistía Política para los crímenes políticos cometidos hasta la fecha.

Tras la aprobación de la Ley para la Reforma Política, se vivieron meses muy duros debido a las actividades terroristas de grupos de corte nacionalista (ETA), de extrema izquierda (GRAPO) y de extrema derecha (como Nuevo Horizonte), que provocaron una serie de asesinatos. El más conocido fue el asesinato de cinco abogados pertenecientes a Comisiones Obreras y al PCE en Atocha, por parte de pistoleros de extrema derecha. Este crimen generó una ola de solidaridad popular hacia el PCE, dirigido por Santiago Carrillo, lo que llevó a Suárez a legalizar el partido en abril de 1977. A cambio, Carrillo aceptó la monarquía y la bandera bicolor. Tras la legalización del PCE, se convocaron elecciones para el 15 de junio de 1977.

3. Elecciones de 1977 y gobierno de la UCD (julio 1977-marzo 1979)

Estas elecciones fueron las primeras libres desde la Segunda República. Los principales partidos fueron:

  • Alianza Popular (AP): partido de antiguos franquistas reformistas, liderado por Manuel Fraga.
  • Unión de Centro Democrático (UCD): liderado por Adolfo Suárez.
  • Partido Socialista Obrero Español (PSOE): partido de centro-izquierda, liderado por Felipe González, en proceso de moderación.
  • Partido Comunista Español (PCE): liderado por Santiago Carrillo, en proceso de moderación.
  • En Cataluña, se agrupó en torno a Jordi Pujol y su Pacto Democrático por Catalunya, posteriormente Convergència Democràtica de Catalunya.
  • En el País Vasco, dominaba el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y también Euskadiko Esquerra, nacido de ETA.

Las elecciones dieron la victoria a la UCD de Adolfo Suárez, seguida del PSOE. AP y el PCE obtuvieron pocos votos. El PNV y Convergència Democràtica de Catalunya se convirtieron en las fuerzas nacionalistas más importantes. La extrema izquierda y la extrema derecha franquista no obtuvieron representación parlamentaria.

Las reformas de la UCD continuaron con la solicitud de ingreso en la CEE y una nueva ley de amnistía. El nuevo gobierno tuvo que hacer frente al terrorismo, al peligro golpista, a la grave crisis económica y a la elaboración de una nueva Constitución.

Uno de los principales problemas fue la crisis del petróleo de 1973. Para estabilizar la situación económica, el Gobierno llegó a acuerdos con las principales fuerzas políticas, los llamados Pactos de la Moncloa. Las medidas políticas fueron:

  • Supresión de la censura previa.
  • Modificación de la legislación sobre secretos oficiales, permitiendo a la oposición acceder a información.
  • Aprobación de los derechos de reunión, asociación y libertad de expresión.
  • Creación del delito de tortura y despenalización del adulterio y el amancebamiento.

Las medidas económicas fueron:

  • Devaluación de la peseta.
  • Incremento de los salarios.
  • Reconocimiento del despido libre.
  • Aprobación del derecho de asociación sindical.
  • Medidas de control financiero a través del Gobierno y el Banco de España.

4. La Constitución de 1978

Para elaborar la Constitución se formó una comisión de siete diputados representantes de los principales partidos (UCD, AP, PSOE, PCE y nacionalistas catalanes). Finalmente, el 6 de diciembre de 1978, la Constitución fue aprobada por los españoles con un 88% de votos a favor en referéndum.

La Constitución de 1978 tiene un carácter consensuado, a diferencia de las anteriores. Es fruto de la influencia de varias constituciones y destaca por su carácter rígido para su reforma.

Se articula en 169 artículos, repartidos en 11 títulos (un título preliminar y diez restantes). Destacan:

  • Título I (Derechos y libertades): Estado aconfesional, aunque se reconoce la influencia de la Iglesia católica; amplia declaración de derechos y libertades.
  • Título II (La Corona): Monarquía parlamentaria, moderadora y arbitral; sus funciones son representativas y simbólicas.
  • Título III (Las Cortes Generales): Poder Legislativo bicameral: Congreso y Senado.
  • Título VIII (De la Organización Territorial del Estado): Estado unitario, con la posibilidad de crear comunidades autónomas (Cataluña y País Vasco en el artículo 151 y el resto en el artículo 143). Se inició el desarrollo autonómico para dichas comunidades con ciertas competencias exclusivas, llegando a un total de 17 comunidades autónomas y 2 ciudades autónomas.

En los últimos años, han surgido voces que plantean la necesidad de reformar ciertos aspectos de la Constitución, como la sucesión en la Corona o el Senado.

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