Transformaciones Políticas en Hispanoamérica: Efervescencia Ideológica y Legado Europeo

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Transformaciones Políticas en Hispanoamérica: La Efervescencia Ideológica y la Influencia Europea

El siglo XIX en Hispanoamérica fue testigo de profundos deseos de cambio, manifestados en una fragmentación ideológica. Esta estuvo protagonizada por grupos minoritarios de intelectuales hispanoamericanos, fuertemente motivados e influenciados por las transformaciones que se producían en Europa, como las Revoluciones de 1848 (que posteriormente darían paso a las de 1868). Estos grupos propiciaron y defendieron la absoluta necesidad de una reforma política, pues, aunque con un retraso lógico, se observaban ya esos anhelos y ciertos comportamientos transformadores.

Intervención Europea y sus Motivaciones

Junto a la fragmentación ideológica, se observó también una fuerte intervención militar europea, que surgió de causas muy claras:

  • La amenaza de la inestabilidad política sobre las inversiones europeas: El capital es inherentemente conservador. La inestabilidad política en un país provoca la huida del dinero, ya que la viabilidad de las inversiones se vuelve incierta.
  • La propia dinámica del nuevo colonialismo europeo: Esta época marcó un intento de expansión colonial que, en América, fracasó rotundamente. Este fracaso impulsó el traslado del colonialismo a otras áreas, principalmente África y Asia.
  • La "política de prestigio" de ciertos países: Determinadas naciones se sintieron en la "obligación moral" de imponer el orden en zonas donde, supuestamente, este no existía. Ejemplos claros de esta política se vieron en Francia con Napoleón III o en España, que se sentía herida en su honor.

La Efervescencia Ideológica y el Positivismo

En lo que se refiere a la efervescencia ideológica, es crucial entender que fue un proceso lento. En el caso hispanoamericano, estuvo protagonizado por una generación de hombres nacidos después de la Independencia (con edades entre 30 y 40 años). Estos individuos se educaron en Europa, y el impacto de la Revolución de 1848 los impregnó profundamente, convirtiéndolos en seguidores de los dos grandes ideólogos de la época: Herbert Spencer y Auguste Comte, ambos creadores e impulsores de la Teoría del Positivismo.

Principios y Objetivos del Positivismo en América

Este pensamiento positivista se materializó en una oposición absoluta a las dictaduras, consideradas la negación de las ideas democráticas. Siguiendo a Spencer y Comte, estos grupos minoritarios manifestaron una profunda insatisfacción con la realidad política del mundo hispanoamericano. Ellos proyectaron la creación de Estados de Derecho: liberales y democráticos. Para lograrlo, consideraban fundamental eliminar dos grandes lacras: el Militarismo y el Clericalismo, buscando así establecer Estados verdaderamente democráticos y laicos.

La consecución de estos Estados de Derecho se veía como el camino hacia la estabilidad política, la cual, a su vez, favorecería el desarrollo económico. ¿Cómo lograr este desarrollo? Fundamentalmente, abriendo las puertas de estos países a la inmigración y favoreciendo la entrada de capital extranjero para la inversión.

La Faceta Controversial: El Antiespañolismo Positivista

Quizás la parte menos brillante de la aplicación del Positivismo en América durante estos años fue una posición visceral frente a España. Como resultado de la teoría positivista, se le acusó de todos los males que padecía el mundo latino, incluyendo:

  • Anarquía
  • Sectarismo religioso
  • Incultura
  • Mentalidad feudal
  • Desprecio al trabajo
  • Etcétera

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