Transformaciones Narrativas en la Novela Española de Posguerra
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Hay que tener en cuenta que los narradores se encuentran sin referentes, ya que no puede serlo la novela deshumanizada o de vanguardia. La censura filtra la producción extranjera y prohíbe la novela social o de denuncia directa. Además, hay muchos novelistas exiliados, como Rosa Chacel, Max Aub, Francisco Ayala o Ramón I. Sender, siendo sus principales temas la rememoración del conflicto bélico y de la España que abandonaron.
Se desarrollan distintas tendencias relacionadas con las transformaciones políticas y sociales.1. La novela de los años 40
Exceptuando algunos autores afines al régimen franquista que escriben novelas de exaltación patriótica y propaganda de sus valores, en la década de los 40, el desarraigo por la penosa situación de posguerra se manifiesta en obras que afrontan la realidad cotidiana a través de un protagonista. La lucha por la supervivencia, el aislamiento exterior y la represión crean una novela pesimista y existencialista en la que predominan los conflictos, dramas y tragedias individuales. Sus personajes, marginales, inadaptados, angustiados y desarraigados, encarnan la frustración y el fracaso. Está llena de tonos sombríos, refleja el ambiente de pueblos y ciudades y muestra el descontento del hombre, el desasosiego y el malestar ante el momento.En La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela, obra tremendista bajo la apariencia de drama rural, el protagonista narra desde la cárcel sus calamidades.En Nada de Carmen Laforet, Andrea llega a Barcelona de posguerra para estudiar con parientes que apenas conoce. Va descubriendo las secuelas, el rencor, los trastornos mentales y la miseria moral que ha dejado la guerra civil. Es una novela intimista de contenidos existenciales, con personajes perdidos en el ambiente de posguerra.En La sombra del ciprés es alargada de Miguel Delibes, se presenta a Pedro, un huérfano que llega a Ávila al hogar sombrío de Don Mateo Lesmes, quien le inculca que para ser feliz hay que evitar toda relación con el mundo y toda emoción. Los acontecimientos le dan la razón, pero el autor deja una pequeña puerta a la esperanza.2. La novela de los años 50
En los años 50, la necesidad de ofrecer un testimonio de la realidad conduce a los escritores a pasar de los conflictos individuales a los sociales, utilizando dos técnicas narrativas.El objetivismo consiste en un narrador que se limita a registrar los hechos y comportamientos sin juicio de valor. Su máxima expresión es el conductismo, que pretende reducir al máximo sus intervenciones.El realismo crítico se interesa por novelar los aspectos duros, sólidos y denunciables de la España de posguerra, sirviendo de denuncia de las injusticias sociales. Estas novelas tienden al personaje colectivo y concentran los hechos en un corto espacio de tiempo.