Transformaciones Artísticas y el Auge del Cartel Publicitario Moderno
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Periodos Artísticos Clave
Periodo Clásico (1917-1927)
En esta etapa, el artista vuelve a sorprender al mundo al decidir representar figuras realistas, como desnudos clásicos y retratos, que contrastaban notablemente con su anterior fase cubista.
Periodo Surrealista (1927-1932)
Con respecto a la etapa anterior, el estilo cambia nuevamente. En este periodo, la obra se conforma a través de formas distorsionadas que hacen referencia a monstruos o seres mitológicos. Un ejemplo destacado es Bañista al borde del mar.
Periodo Expresionista
Aunque sin abandonar por completo el Cubismo, en esta etapa se aprecian pinceladas que conducen al expresionismo. Esto se manifiesta en uno de sus cuadros más prestigiosos: El Guernica, inspirado en el bombardeo alemán de esa ciudad, donde el artista expresa el miedo y la angustia de forma abstracta.
Periodo de Vallauris
Esta es su última etapa, en la que se dedica por completo a la cerámica y la escultura. Una de las obras más representativas es el homenaje a Las Meninas de Velázquez.
El Cartel Publicitario: Nacimiento y Evolución
Orígenes del Cartel Moderno
A principios del siglo XIX, gracias a la industrialización, que generó una necesidad de publicidad, y a un nuevo método de impresión, la litografía (la cual facilitaba la ilustración en color), tuvo lugar el nacimiento de la era moderna del cartel. Durante los primeros años, el cartel vivió su mayor auge, siendo utilizado para anunciar diversos productos y servicios. Además, nació el cartel teatral, que anunciaba óperas o espectáculos a través de ilustraciones realistas. El objetivo de su creación era «ser reproducido en masa» para ser visto por el mayor número de personas posible. Su impacto fue tal que atrajo a artistas de la talla de Toulouse-Lautrec a su producción.
Pioneros y Maestros del Cartel
Alphonse Mucha (1860-1939): El Modernista
El centro de su actividad se desarrolló en París, destacando sus carteles para la actriz Sarah Bernhardt. Sus diseños artísticos innovadores, con influencias bizantinas y simbolistas, buscaban atraer la atención del público. Sin embargo, el sello que lo distingue de sus contemporáneos es la figura idealizada de la mujer, hermosa y joven, enmarcada por flores y motivos árabes. Su producción abarcaba pinturas, ilustraciones, carteles, empapelados y litografías, entre otros.
Leonetto Cappiello: Continuador del Modernismo
Fue el cartelista que transformó el modelo de cartel fundado por Chéret en uno más moderno. A pesar de su estilo que imitaba al de este último, Cappiello introdujo particularidades como el diseño de caricaturas y el uso del arabesco, es decir, motivos decorativos que ayudaban a que la idea permaneciera en la memoria del observador. Esta particularidad le otorgó un gran poder comunicativo.
Jules Chéret (1863-1933): El Padre del Cartel Moderno
Considerado el padre del cartel publicitario moderno, Chéret fue pintor, litógrafo y cartelista. Su carrera profesional comenzó a los 13 años en un taller litográfico. Más tarde, perfeccionó su técnica de dibujo matriculándose en Bellas Artes. En otra etapa, fundó su propio taller de carteles, entre los que destacan las representaciones de la figura femenina: joven y bella, utilizada como reclamo publicitario para atraer al público. Con él surge un nuevo lenguaje: mensajes sencillos y directos que permiten crear un vínculo con el espectador.
Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901): El Cronista del Espectáculo
Artista que formó parte del grupo postimpresionista, Toulouse-Lautrec, como pintor, abordaba temas de cabaret, circo y espectáculos, captando el movimiento de modo inigualable. Fue famoso también por sus imágenes de bailarinas del Moulin Rouge. Su obra alcanzó un gran valor con la serie de carteles para la cantante Jane Avril. Además, realizó litografías donde plasmaba el mundo del cabaret, la danza y figuras silueteadas. Gracias a él, la técnica de la litografía fue considerada un arte. Incansable, Lautrec montó su propio estudio, situado en un barrio de ocio nocturno, y los locales de este tipo se convirtieron en puntos clave de su obra, ya que le servían como refugio y le daban rienda suelta a su creatividad.