Transformación Vial en la Región Cantábrica: Historia y Desarrollo de las Carreteras
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Evolución de la Red de Transporte Terrestre en España: El Caso de la Región Cantábrica
Caminos Históricos: Antes del Siglo XIX
Hasta el siglo XIX, los caminos se clasificaban principalmente en dos tipos: carreteros y de herradura. Durante este periodo, la densidad de caminos carreteros era notablemente baja y su estado, generalmente precario. Estos podían ser de piedra o de tierra apelmazada y solían presentar grandes dificultades para cruzar ríos debido a la ausencia de puentes.
La Articulación del Territorio Cantábrico en el Siglo XVIII
En la Región Cantábrica, a los problemas generales de la infraestructura vial se sumaba la complejidad de su orografía. Ante esta situación, el Estado decidió intervenir en la planificación de las rutas para asegurar el acceso a sus puertos clave. Se seleccionaron tres pasos estratégicos:
- Reinosa, para conectar con Santander.
- Orduña, para acceder a Bilbao.
- Pajares, como vía hacia Gijón y Oviedo.
El Camino de Reinosa: Eje Comercial Estratégico
El primer gran proyecto fue el camino de Reinosa, iniciado en 1753. Inicialmente, su estado era deficiente y no apto para carros, siendo adaptado y mejorado en el siglo XIX. Este camino se concibió con el objetivo principal de facilitar la exportación de la lana de Castilla a través del Puerto de Santander, desviando el tráfico que previamente utilizaba Bilbao. No obstante, con la posterior construcción de la conexión a Bilbao, la lana volvería a ser exportada por el puerto bilbaíno.
El camino de Reinosa se consolidó como la ruta más importante para el transporte de harina y trigo castellano, convirtiéndose en uno de los caminos con mayor tráfico de España. Su relevancia no se limitaba al transporte de cereales; el Puerto de Santander era, en esa época, el único habilitado para recibir mercancías de América del Sur, lo que convertía al camino de Reinosa en la conexión vital con el interior del país para la distribución de productos americanos.
La Conexión de Orduña y Bilbao
La conexión de Bilbao con el interior se materializó a través del camino de Orduña, cuya construcción se decidió en 1775. En este momento, la lana de Castilla volvió a ser exportada por el Puerto de Bilbao. Con el tiempo, se fueron desarrollando caminos secundarios, como la ruta Bilbao-Villarcayo, que complementaron la red principal.
El Desafío de Pajares y la Conexión Asturiana
Asturias, por su parte, carecía de caminos carreteros significativos. La construcción del camino por Pajares, debido a las grandes dificultades técnicas y orográficas, no se completó hasta 1830.
Desarrollo de la Red de Carreteras en el Siglo XIX
Durante gran parte del siglo XIX, la Región Cantábrica carecía de una conexión carretero que uniera sus provincias entre sí, lo que dificultaba el comercio y la comunicación interna.
Expansión y Conectividad Regional
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la densidad de caminos experimentó un notable aumento. Se construyeron nuevas vías para conectar pueblos y valles, y muchos caminos de herradura fueron transformados en caminos carreteros. En la Región Cantábrica, esta expansión comenzó a finales del siglo XIX con el objetivo de interconectar las diferentes provincias que la componen.
Este crecimiento en el número de caminos, junto con la aparición de un excedente en la agricultura, fue un factor clave que impulsó el desarrollo del comercio regional y nacional.
La Carretera Carbonera y sus Desafíos
En la década de 1830, se construyó una carretera carbonera que llegaba hasta Gijón, diseñada para facilitar la extracción y el transporte del carbón asturiano. Sin embargo, esta iniciativa no tuvo el éxito esperado, principalmente debido a la creciente aparición del ferrocarril y al elevado peaje que implicaba su uso.
Hacia una Red Integrada: Finales del Siglo XIX
En la segunda mitad del siglo XIX, se impulsó el proyecto de concluir la carretera de la costa de la Región Cantábrica, con el ambicioso objetivo de tejer una red de carreteras que conectara todas las provincias. Paralelamente, se crearon otras carreteras para unir esta región con otras áreas de la península y para conectar los valles internos de la región entre sí (como la ruta de La Hermida). En este periodo, se otorgó permiso a las comunidades para construir y gestionar carreteras dentro de sus respectivas provincias, marcando un paso importante hacia una infraestructura vial más descentralizada y eficiente.