Transformación Industrial: El Ascenso de las Potencias y la Economía Mundial
Expansión de la Industrialización Global
Durante este periodo, Gran Bretaña dominaba la economía mundial, produciendo cerca de la cuarta parte de la producción industrial global. Era el exportador más importante de productos industriales y de capitales, con la libra esterlina como la primera moneda internacional y Londres como la capital del mercado mundial. La población activa se concentraba en la agricultura y la industria. Gran Bretaña fue la primera potencia mundial hasta 1914.
Desarrollo Industrial en Europa
Francia
La industrialización francesa empezó a crecer durante el Segundo Imperio (1850-1870), impulsada por los sectores textil y metalúrgico.
Italia
Entre 1860 y 1880, el país impulsó la construcción ferroviaria y consolidó un importante foco de industrialización textil, basada en la seda.
Rusia
Con el apoyo de grandes inversiones de capital extranjero, Rusia favoreció el desarrollo de las industrias pesadas, incluyendo:
- Minería
- Carbón
- Hierro
- Petróleo
Nuevas Potencias Industriales Emergentes
Alemania
La unificación política de Alemania en 1891 (según el documento original) contribuyó a un rápido e intenso desarrollo económico e industrial. Este crecimiento se basó en nuevos sectores industriales como:
- Siderurgia
- Minería
- Ingeniería
- Electricidad
- Química
La industria pesada superó a la fabricación de bienes de consumo. La banca aportaba el capital necesario para las grandes empresas y el Estado, la voluntad política para la nación. Entre 1850 y 1913, la producción de acero se multiplicó por diez, y la industria química se convirtió en la más importante del mundo. Además, la mitad del comercio internacional de productos era de origen alemán.
Estados Unidos (EE. UU.)
Experimentó una rápida e intensa industrialización. Hacia 1914, 100 millones de habitantes, el gran número de emigrantes europeos, la constante colonización del Oeste y la abundancia de recursos básicos explican este fenómeno. El crecimiento económico se aceleró con la expansión de la industria textil, minera y metalúrgica, y con la construcción del ferrocarril. EE. UU. adoptó y desarrolló los sistemas de producción capitalista. Hacia 1913, producía cuatro veces más acero y casi el doble de carbón que Gran Bretaña. Una característica distintiva fue que sus salarios eran altos; por ello, la industrialización podía desarrollarse con altos niveles de renta y de consumo.
Mundialización de la Economía y el Capitalismo
Este proceso se intensificó desde finales del siglo XIX. El desarrollo industrial y capitalista impulsó una interrelación de la economía mundial. La producción de las grandes potencias llegaba a todo el mundo, exportando mano de obra, manufacturas, capitales, etc.
Esta nueva forma de sistema se caracterizaba por estar sometida a ritmos cíclicos de periodos de expansión con etapas de crisis y depresión. A diferencia de las crisis económicas anteriores, que eran de escasez o de subsistencia, las del nuevo sistema capitalista eran, por el contrario, por superproducción industrial.