Transformación del Espacio Rural en España: Desagrarización y Modernización Agraria

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El Espacio Rural en España: Transformación y Dinámicas Actuales

El espacio rural es, en la actualidad, heterogéneo y complejo. Es el espacio no urbanizado de la superficie terrestre. En España existe una gran variedad de espacios rurales como resultado de la influencia de diversos factores físicos y humanos. Los factores físicos fueron perdiendo la importancia que tuvieron debido a los avances técnicos; sin embargo, los factores físicos en España no son favorables al desarrollo de los espacios rurales.

La Desagrarización: Nuevos Usos del Campo

Tradicionalmente, el espacio rural en España fue un espacio destinado a actividades agrícolas, ganaderas y forestales. En 1970 se inició un proceso de desagrarización, introduciéndose otras actividades como las residenciales, industriales, de servicios, recreativas y de conservación del paisaje. La desagrarización es un proceso que consiste en la desvinculación de los habitantes de las zonas rurales con la agricultura, ganadería y explotación forestal, en favor de actividades como el turismo, dando lugar a una transformación de los lugares de trabajo, de las viviendas y de los valores sociales. Esto implica nuevos usos del campo para fines turísticos, industriales o terciarios. Se abandona el cultivo para establecer una zona industrial o turística, transformando el paisaje para estos nuevos usos.

Población Rural y Transformaciones Demográficas Recientes

La población ocupada en actividades agrarias es escasa y envejecida. Existen diferencias regionales: bajas cifras de población agraria en Madrid y País Vasco, y valores más altos en Extremadura, Murcia y Galicia. El envejecimiento rural es mayor en comunidades del interior peninsular. La causa principal fue el éxodo rural de los años 60 y 75, motivado por la mecanización de las tareas agrarias y la atracción ejercida por la industria y los servicios urbanos, lo que provocó el despoblamiento de áreas rurales más atrasadas de la montaña y del interior peninsular. Sin embargo, desde 1975, la crisis económica desaceleró el éxodo rural e incrementó la actividad agraria a tiempo parcial. Desde la década de los 90, se incrementa la población absoluta de municipios rurales de más de 2000 habitantes, aunque sigue decreciendo en porcentaje debido al mayor crecimiento demográfico de los municipios urbanos. Los motivos de esta recuperación son:

  • La instalación de población inmigrante para realizar tareas agrarias.
  • La implantación de nuevas actividades en el espacio rural.
  • Las subvenciones concedidas para el mantenimiento y el rejuvenecimiento de la población rural.

Tendencias Demográficas desde los 90

Las tendencias demográficas que se observan desde la década de los 90 son dobles:

  • Una continuación del descenso demográfico y del envejecimiento en las áreas rurales más desfavorecidas. Los motivos son el crecimiento natural negativo, la emigración, la jubilación de muchos agricultores mayores y el abandono de la actividad, que afecta sobre todo a las explotaciones menos rentables.
  • Cierta recuperación y rejuvenecimiento de áreas rurales más dinámicas. Esto está relacionado con el asentamiento de inmigrantes para realizar tareas agrarias; con las nuevas actividades residenciales, industriales, de servicios y turísticas; y con subvenciones destinadas a evitar el despoblamiento rural y a instalar nuevos agricultores.

Cambios en el Contexto Económico: La Modernización Agraria

En la década de los años 50, la agricultura tradicional ocupaba todavía un puesto relevante en la economía española. Esta actividad agraria tradicional se caracterizaba por el empleo de una mano de obra abundante y barata, que trabajaba explotaciones de manera extensiva y con escaso desarrollo tecnológico. A partir de los años sesenta, se produce la modernización de la agricultura española. El desarrollo industrial y terciario provocó un gran éxodo rural: los jornaleros y pequeños propietarios se sintieron atraídos por salarios urbanos comparativamente más elevados y estables, y por las expectativas de una “vida mejor” en las ciudades. La progresiva escasez y carestía de la mano de obra asalariada llevó a los propietarios a mecanizar las explotaciones agrarias; a su vez, la introducción de maquinaria ocasionó paro y desató nuevas oleadas migratorias. Desde entonces, la actividad agraria española experimentó notables transformaciones hasta llegar a la situación actual, caracterizada por una población escasa y envejecida, la tendencia al aumento del tamaño de las explotaciones agrarias y la incorporación de avances tecnológicos –incrementando la productividad y los rendimientos de la agricultura– para abastecer a una creciente población urbana y a una potente industria alimentaria.

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