Transformación de Enfoques en la Investigación Social: Del Cuantitativo al Cualitativo
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Del Enfoque Cuantitativo o Distributivo al Enfoque Cualitativo o Estructural
Limitaciones de la Encuesta Estadística Precocificada para el Análisis del Discurso Ideológico (Orti):
La función de la encuesta estadística es, ciertamente, la de constatar cómo se distribuyen los fenómenos. Las, sin duda, mal llamadas técnicas cualitativas tan solo representan una de las posibles vías para la configuración de estructuras que ordenen coherentemente los procesos sociales. Puede afirmarse que, si bien la producción y análisis de discursos contribuyen a la contextualización significativa de los hechos observados, la contrastación empírica de los mismos condiciona, limita y localiza la representatividad real del discurso de individuos y grupos. En definitiva, tanto la contrastación empírica de los hechos como la interpretación y análisis de los discursos, aunque se abren o apuntan a dimensiones bien diferenciadas de la realidad social, constituyen enfoques parciales y vías estrechas para el acceso a esa misma realidad social. No obstante, es cierto que la encuesta estadística, que adopta con frecuencia la forma de encuesta de opiniones y actitudes, se articula mediante intercambios verbales entre entrevistador y entrevistado, y a veces tiende a limitarse prácticamente a registrar y procesar lo que el sujeto entrevistado dice: produce respuestas verbales a preguntas verbales. En algunos casos, las cuestiones fácticas se resuelven mediante preguntas/acciones verificativas del propio entrevistador que observa y comprueba por sí mismo un hecho o un comportamiento. Por regla general, en la mayoría de las preguntas de la mayoría de las encuestas, la observación de los supuestos hechos es sustituida por simples respuestas verbales de los propios entrevistados.
Hay que hacer constar que la técnica de la encuesta estadística de opiniones y actitudes dispone también de un sencillo procedimiento para captar el discurso espontáneo y libre del entrevistado, como son las llamadas preguntas no codificadas o «preguntas abiertas», es decir, preguntas sobre cuestiones fácticas o, más frecuentemente, sobre cuestiones ideológicas que carecen de ítems o alternativas codificadas, y que previamente deben ser lo suficientemente neutras en su formulación.
Sin embargo, las llamadas «preguntas abiertas» de la encuesta estadística de opiniones y actitudes continúan siendo una apertura cualitativa demasiado estrecha para que por ella circule, aportando toda su riqueza semántica, un auténtico discurso (ideológico) espontáneo y libre de un sujeto en situación de comunicación total. Por el contrario, los discursos, en cuanto expresión manifestativa de los deseos, creencias, valores y fines del sujeto hablante, escapan en su nivel máximo de profundidad y articulación al anterior enfoque epistemológico cosificador y exigen fundamentalmente ser comprendidos e interpretados.
El análisis cuantitativo de contenido tiene un alcance muy limitado porque parte de una hipótesis clasificatoria y no de una hipótesis estructural del lenguaje.
En primer lugar, tal hipótesis estructural del lenguaje implica que la significación cultural del discurso (su condición de comunicación simbólica) nos remite a un sistema de signos intersubjetivos, cuyas reglas de articulación, valores diferenciales y significados deben ser comprendidos, si queremos entender el valor práctico de las propuestas enunciadas por el sujeto hablante. La comprensión del discurso intercala la lengua, que en un principio une, pero que también puede separar: entraña posibilidad de malentendidos. En segundo lugar, la cuestión radical del sentido del discurso se abre a un abismo, pero en el que, desde un punto de vista pragmático, se hace necesario penetrar, atreviéndonos a realizar interpretaciones del discurso. Porque todo discurso o lenguaje entraña múltiples significaciones, al menos en tres niveles diferentes: a) «el lenguaje que dice cosas» (función referencial); b) «el lenguaje que oculta cosas» (función ideológica o encubridora); c) «el lenguaje que revela o traiciona significados». El sociólogo, en cuanto intérprete del discurso ideológico, no es ni un semiólogo, ni tiene que adoptar necesariamente un enfoque psicoanalítico.
(Orti) La Entrevista Abierta Semidirectiva y la Discusión de Grupo: Estructura, Organización y Funciones
La primera y fundamental característica de las llamadas técnicas cualitativas al servicio de la interpretación motivacional profunda consiste en ser técnicas de observación directa que entrañan un contacto vivo, esto es, una cierta interacción personal del investigador con los sujetos y/o grupos investigados, en condiciones controladas. Las técnicas cualitativas se orientan a captar, analizar e interpretar los aspectos significativos diferenciales de la conducta y de las representaciones de los sujetos y/o grupos investigados.
La entrevista individual abierta semidirectiva: La función metodológica básica de esta forma libre de entrevista se limita a la reproducción del discurso motivacional de una personalidad típica en una situación social bien determinada y ante objetos sociales solo relativamente definidos. En conclusión, lo que aspiramos «a ver» y podemos estudiar en el discurso del entrevistado no son sus problemas personales, sino la forma social, cultural y de clase de la estructura de su personalidad y los condicionamientos ideológicos de su proceso motivacional típico. He aquí por qué para algunos la discusión de grupo constituye una técnica mucho más adecuada y «productiva» para los fines característicos de cualquier investigación sociológica que la entrevista individual. La situación de intensa interacción personal, característica de la entrevista individual, puede cumplir en algunas ocasiones, de forma complementaria, con ciertas funciones específicas en la investigación sociológica. En primer lugar, desde un punto de vista semántico, puede contribuir al análisis de significados; la entrevista individual abierta tiende a resultar muy productiva para el estudio de casos típicos o extremos.
Las discusiones de grupo situadas en la divisoria entre lo psicológico y lo sociológico, los grupos pequeños o grupos restringidos configuran aquella privilegiada perspectiva que permite «captar e interpretar la vivencia colectiva... y observar experimentalmente los comportamientos y las producciones». La práctica de la llamada dinámica de grupo se reconvierte en la técnica cualitativa de aproximación empírica a la realidad social denominada «reunión de grupo», «discusión de grupo», o también «entrevista de grupo». Se trata, en este caso, aclaremos ante todo, de una práctica sui generis. El grupo tan solo interesa como medio de expresión de las ideologías sociales, como unidad pertinente de producción de discursos lógicos. La discusión de grupo aplicada a la investigación sociológica motivacional, constituye tan solo una simple toma de contacto con la realidad, en condiciones más o menos controladas, en las que los miembros del grupo colaboran en la definición y en el texto de sus propios papeles, semidirectivamente orientados por un director más o menos experimentado. Orientados, pues, por este director, moderador o líder formal relativamente experimentado, un pequeño grupo, en torno a las 5 a 10 personas, cuyos componentes han sido seleccionados de forma anónima, de acuerdo con las características sociales determinadas, pero sin ninguna relación entre sí, va elaborando con la mayor libertad posible su propio discurso. El desarrollo del grupo se analiza en dos momentos: en un primer momento, el director del grupo realiza un análisis desde la microsituación del grupo; luego, en un segundo momento, un equipo de sociólogos realiza un análisis desde la macrosituación. La información así recogida se somete primero a un análisis semiótico, orientado a saturar sus posibilidades significativas, e interpretada.
Tipos de Datos (Anduiza)
Se habla de datos primarios cuando es el investigador quien los recoge en función de las necesidades de la investigación. Es muy frecuente usar datos que han sido recogidos e incluso utilizados con anterioridad por otros investigadores u organismos. Se trata de los datos secundarios, tomados del registro, archivos, estadísticas, encuestas o investigaciones anteriores. Es frecuente que los datos secundarios lleguen al investigador procesados de una forma determinada que seguramente no es la ideal para el trabajo que se está realizando.
- Censos y Registros: La ventaja de estos datos es que incluyen información sobre el total de una población. Aunque los datos censales se obtienen de individuos, cuando se encuentran disponibles al público aparecen en forma cifrada y resumida, lo que, al mismo tiempo que garantiza el anonimato, convierte en inaccesibles una parte de la información original. Otra ventaja es que son de carácter histórico y generalmente periódico. Los datos del censo están normalizados, lo que introduce la posibilidad de la comparación entre poblaciones dentro de un mismo país, o entre distintos países que mantengan un sistema de clasificación y medida equivalente.
- Estadísticas de Organizaciones: La recolección de datos con fines de estudio, de simple registro o por obligación legal es frecuente en las distintas organizaciones. Estos datos, aunque generalmente parciales por referirse a los sectores concretos de actuación donde se han generado, pueden resultar útiles dentro de un determinado proyecto de investigación. Uno de los principales problemas con este tipo de datos es la difusión de los mismos; es decir, llegar a saber de su existencia.
- Datos de Expertos: Muchas ocasiones, la información necesaria no se encuentra disponible en un soporte accesible, bien por tratarse de un tema de investigación novedoso, delicado, o por otras causas. A menudo solo ciertas personas conocen los datos que son de utilidad para la investigación. El investigador ha de recurrir a expertos o a personas que posean conocimientos especiales. Los datos así conseguidos pueden ser al menos de dos tipos, en función de los conocimientos que posean las personas consultadas.
- Datos de Encuestas: En las encuestas se recogen datos sobre individuos; las encuestas se realizan a muestras extraídas de una población mayor. La generalización de los institutos de opinión pública en casi todos los países desarrollados permite contar con datos de distintos lugares que posibilitan la comparación. Es posible encontrar datos para elaborar análisis longitudinales, así como importantes esfuerzos de cooperación entre países que facilitan la comparación entre los mismos. Uno de los inconvenientes que afectan a los datos de encuestas es que el investigador no ha podido intervenir en la elaboración de los datos, que comienza en el mismo momento del diseño del cuestionario. Puede darse el caso de que ciertos aspectos de interés no hayan sido medidos, no siendo posible ya recuperar la información original. La calidad de los datos depende de muchos factores, a los que se tiene que prestar especial atención cuando la encuesta no ha sido elaborada por el investigador. Son especialmente relevantes las características de la muestra y el diseño del cuestionario.
- Datos Documentales: Se incluyen aquí todo tipo de documentos públicos o privados que contienen información susceptible de ser utilizada como dato de interés para el investigador. Las cartas personales, las historias de vida, los diarios y las autobiografías pueden revelarse como el testimonio más rico sobre la situación de un grupo de inmigrantes en un determinado contexto, o las actitudes y expectativas de un sector de la clase política, por ejemplo. También literarios, y por último programas electorales, carteles y panfletos de campaña, transcripciones de discursos,…
Técnicas de Recogida: Aunque las distintas técnicas que los politólogos utilizan para obtener datos pueden denominarse técnicas de recogida, lo cierto es que tal término contiene ya una de las primeras tipologías de datos de las muchas que se han realizado. En una primera división pueden clasificarse en dos tipos de técnicas: técnicas de recogida y técnicas de producción de datos. Por una parte, a datos que se recogen o recolectan, fruto del estudio o de la observación; por otra parte, los datos que se producen ex profeso, como la respuesta a un cuestionario.
- Técnicas Documentales: Son aquellas que el investigador utiliza para obtener datos contenidos en cualquier tipo de documento producido por una segunda persona u organismo, no por el mismo, ya haya sido este elaborado con fines de investigación o no. De entre todas estas técnicas, y por ser la que indefectiblemente va unida a la situación de cualquier otra, es importante señalar la relativa a la recogida de información en la literatura especializada, consulta de archivos, bibliotecas, hemerotecas, o la que usualmente se conoce como investigación bibliográfica.
- La Entrevista: Aunque existen diversas variedades de entrevistas en función del grado de redacción de las preguntas y respuestas, del tipo entrevistado o de otros criterios, la técnica conocida como de entrevista en profundidad o semidirigida es la más utilizada. Consiste en mantener una conversación larga, de una hora y media o dos por sesión, con un sujeto en torno a uno o varios temas de interés para el investigador. Puede ser necesario más de un encuentro. Para este análisis posterior es muy recomendable que la conversación sea grabada para su transcripción íntegra una vez realizada. Este aspecto pudiera ser desaconsejable. En otras ocasiones, el propio investigador puede decidir no utilizar la grabadora, pues se intuye que el entrevistado se verá coartado a la hora de expresar sus opiniones; en tales casos, si la entrevista no ha sido grabada, es necesario que el investigador haga una reconstrucción de la misma por escrito lo antes posible. La selección del sujeto o sujetos a entrevistar, así como el guion o estructura temática de la entrevista, son elementos fundamentales que dependen del criterio del investigador. Dos ejemplos de tipos de entrevista son la entrevista a expertos y la entrevista biográfica.
La Encuesta: Esta técnica es la que genera datos más adaptados al análisis de tipo estadístico. Su principio básico es el mismo que el de la técnica anterior: preguntar a los sujetos acerca del tema o temas investigados, pero tiene una serie de peculiaridades que la hacen muy diferente. El principio central de la investigación mediante encuesta es que la información se obtiene de una muestra de personas representativa de un grupo mayor o universo (la población objeto de estudio). Para cumplir este principio, las encuestas se apoyan fundamentalmente en dos tipos de teorías: por un lado, en una teoría matemática, el teorema del límite central y su correlato, la ley de los grandes números; y, por otro lado, en la teoría de las probabilidades y en la teoría del muestreo. Cada entrevista de una encuesta se repite tantas veces como unidades muestrales se han extraído. Al tener que realizar cientos de entrevistas, hace falta contar con un equipo de investigadores bien entrenados para llevarlas a cabo; hay que disponer de los medios organizativos. La segunda característica esencial de la investigación por encuesta es el carácter estandarizado de la información que se obtiene para cada individuo. La función del cuestionario en el proceso de investigación social es doble: por un lado, pretende colocar a todos los entrevistados en la misma situación psicológica; por otro lado, facilita el examen y asegura la comparabilidad de las respuestas. El cuestionario se debe construir después de haber formulado los temas y las hipótesis de investigación, y de haber definido y operacionalizado los conceptos que se quieren medir. Las preguntas del cuestionario tienen la doble función de trasladar los objetivos de la entrevista a un lenguaje familiar para el entrevistado y de ayudar a este a que conteste a las preguntas con la máxima precisión. También se deben evitar las ambigüedades que permitan que el entrevistado entienda cosas distintas sobre la misma pregunta.
Las preguntas tienen que adaptarse al nivel de información que se supone que posee la población. Hacer que el encuestado perciba que está realizando una contribución valiosa al contestar las preguntas de la encuesta contribuye a establecer un clima favorable de colaboración. Las preguntas del cuestionario se pueden clasificar de acuerdo con varios criterios con la forma de respuesta: el entrevistado ha de responder con sus propias palabras o, por el contrario, debe seleccionar la respuesta que más se aproxima a su opinión entre una serie de opciones que se le ofrecen. En el primer caso se trata de preguntas abiertas, mientras que en el segundo se trata de preguntas cerradas. La pregunta abierta resulta más apropiada en las investigaciones dirigidas a poblaciones con niveles de información muy diversos o desconocidos para el investigador. Desde el punto de vista de la economía del esfuerzo, es más ventajoso operar con preguntas cerradas. En términos generales, la utilización de preguntas cerradas reduce el porcentaje de no respuesta. Las preguntas cerradas pueden clasificarse, según el número de categorías de respuesta que permitan, en dicotómicas y de elección múltiple. Las primeras se usan preferentemente para clasificar a la población en torno a comportamientos, actitudes u opiniones bien definidas y que admiten solo dos alternativas: a favor o en contra, positivas o negativas. En los temas más complejos, el número de alternativas de respuesta suele ser superior a dos. En las preguntas de elección múltiple, el entrevistado ha de seleccionar una de las respuestas apuntadas o bien puede elegir simultáneamente dos o más respuestas. Al elaborar un cuestionario es importante prestar atención a la secuencia de las preguntas. Conviene considerar tres aspectos: el logro de una introducción apropiada, la transición fácil y razonable de un tema a otro y la formulación de una adecuada conclusión a la entrevista. La técnica de encuesta puede presentar variedades en función del tema de la investigación; de la forma en que se diseña la muestra; de la manera en que se recogen las respuestas. Una vez son recogidas por una u otra vía, los datos se codifican dando lugar a la matriz de datos.
Grupos de Discusión: Los grupos de discusión son otra de las maneras de obtener datos más valoradas por los investigadores y ha mostrado ser de gran utilidad. Consiste en la reunión de un grupo de sujetos en torno a una mesa o en una sala apta para mantener una conversación, y con la presencia de un investigador que propone un tema general de conversación y que realiza funciones de moderador. Se le llama también entrevistas de grupo, es parecido a un coloquio, a menudo discusión, espontáneo. No existen criterios definitivos en cuanto a la composición del grupo; pueden ser homogéneos o mixtos, la elección de sus integrantes, el número de reuniones, la duración de las mismas o las distintas pautas que ha de seguir el moderador. Si se obliga a que la reunión se grabe al menos magnetofónicamente, el investigador conocedor de su materia de estudio, habiendo estado presente en la reunión y tras la lectura atenta y repetida de las transcripciones, ha de ser capaz de realizar un análisis e interpretación solventes. El contacto con las personas que no forman parte del grupo tiene que realizarlo siempre alguien diferente a quien lo modera. Hay que tener cuidado de que la persona encargada del contacto no contamine al grupo o de introducir un sesgo personal en sus intervenciones. El contacto ha de ser neutral. El individuo seleccionado ha de saber lo menos posible de la investigación y sus objetivos, con el fin de que no prefabrique opiniones. El local en que se reúna el grupo ha de tener una serie de condiciones: de tipo técnico y otras de tipo simbólico. La primera se refiere a que tiene que ser un sitio agradable y sin ruido y la disposición de los asientos no debe determinar ninguna preeminencia en las condiciones del diálogo. La segunda se refiere al grupo que se ha escogido como muestra. Respecto al inicio de la reunión, el moderador no debe hablar previamente con los participantes. Una vez introducidos los participantes en el local, les coloca de forma estratégica. Las aplicaciones de esta técnica son innumerables, pero se puede destacar, por ser una de las que más se utiliza actualmente, la que genera los llamados estudios de clima político.
Observación: Son varias las técnicas de investigación basada en la observación; pueden destacarse la observación no reactiva y la observación participante. La primera se utiliza fundamentalmente en la investigación aplicada al mercado. Se trata de una estrategia en la que se mantiene al máximo la espontaneidad del objeto de estudio. Su aplicación en la investigación política es más problemática. La segunda persigue la interacción del investigador con los sujetos investigados. En ocasiones, la complejidad, el difícil acceso a ciertos procesos sociales, requieren la presencia del investigador en el seno de la sociedad o grupo en que se desarrollan como única vía para la comprensión de los mismos. Observar nunca equivale a numerar, sino que requiere el uso de conceptos, ideas e hipótesis. Asimismo, es necesario llevar un diario de campo o documento elaborado por el investigador donde se ha de tomar nota de las distintas observaciones realizadas, conversaciones mantenidas, posibles incógnitas surgidas en el terreno y de todo aquello que pueda ser de utilidad al investigador en su intento de comprender un proceso político. El investigador en esta técnica construye sus propios datos.
Limitaciones y Críticas a la Metodología de la Encuesta (Alvira)
La encuesta no solo se identifica con la sociología, sino que además está generalizada como método de recogida de información. Las encuestas no sirven para todo; tienen limitaciones y condicionantes claros, como cualquier otra técnica de captura de información. Así, la encuesta no es muy apropiada para investigar las razones, motivos o causas subjetivas de comportamientos. Veamos algunas de las críticas más importantes. Se acusa a la encuesta de su carácter positivista; el término positivista tiene diferentes acepciones, aunque usualmente tiene que ver con la igualación de la metodología de las ciencias sociales y las ciencias naturales. De hecho, el método de encuesta se basa en, y aprovecha al máximo, una de las diferencias claves de la sociedad humana y de los seres humanos: la posibilidad de que estos proporcionen información sobre sí mismos y su entorno. La encuesta no es la metodología a utilizar en las ciencias naturales o exactas. Muy relacionada con la acusación de positivismo se encuentra la acusación que se centra en la falta de objetividad de la información recogida. Es el clásico irresoluto problema de cómo la teoría condiciona la medición o la captura de información efectuada (solo se puede ver lo que se busca). Otra crítica que también se suele hacer a la metodología que aquí nos ocupa es la de que las encuestas recogen, en el mejor de los casos, una realidad estática, mientras que la realidad social es dinámica. Conviene también señalar que capturar la información de un modo dinámico es algo que pueden hacer muy pocos métodos; tampoco el grupo de discusión, ni la entrevista abierta o en profundidad, y el método biográfico recogen información dinámica. Todas las críticas llevan siempre al mismo punto: la encuesta no sirve para todo, al igual que tampoco sirven para todo el grupo de discusión o el método biográfico. A continuación, resumimos las ventajas e inconvenientes de la encuesta en comparación con otros métodos de captura de información:
- La encuesta es un instrumento de captura de la información estructurado, lo que puede influir en la información recogida y no puede/debe utilizarse más que en determinadas situaciones en las que la información que se quiere capturar está estructurada en la población objeto de estudio.
- La encuesta es útil, ante todo, para describir algo y para contrastar hipótesis o modelos; no es muy útil para generar ideas, teorías o hipótesis nuevas.
- La encuesta captura bastante información de muchos casos o unidades de análisis; al menos tiene esa potencialidad frente a otros métodos.
- Desde el punto de vista práctico, el tiempo necesario para capturar la información y el coste son muy variables debido a la multiplicidad de procedimientos de campo existentes. De un modo general, se puede afirmar que el coste es alto en comparación con otros métodos y el tiempo necesario, moderado.
Las Preguntas (Azofra): Tipos de Preguntas
Las preguntas pueden ser de distintos tipos:
- a) Preguntas abiertas, preguntas cerradas, preguntas semicerradas.
- b) Preguntas dicotómicas, preguntas categorizadas o de escala ordinal, preguntas de escala numérica, preguntas de valoración.
- c) Preguntas directas, preguntas indirectas.
- d) Preguntas de respuesta única, preguntas de respuesta múltiple.
En función del tipo de respuesta encontramos las preguntas abiertas o cerradas. La pregunta abierta no establece ningún tipo de respuesta; se utilizan en preguntas exploratorias o cuando se quiere que el entrevistado se exprese libremente. No es conveniente abusar de las preguntas abiertas. Su codificación es laboriosa y hay más posibilidad de errores en cuanto a su interpretación. Las preguntas abiertas requieren el trabajo previo de elaborar un listado agrupando las respuestas para proceder luego a su codificación. Para ello se extrae una muestra representativa de todos los cuestionarios cumplimentados. En las preguntas cerradas la persona entrevistada no puede salirse de unas categorías impuestas en el cuestionario. El problema mayor que presentan es mantener uno de los principios básicos, que es que las respuestas deben ser exhaustivas. La dificultad de estas preguntas se presenta cuando el investigador puede pasar por alto alguna respuesta importante. Se puede considerar en este caso preguntas semicerradas, pues además de la lista cerrada de respuestas, el entrevistado puede añadir espontáneamente algo que no está previsto en el cuestionario. Es preferible probarlas antes y tratar de cerrarlas para que todas las respuestas tengan el mismo peso y todos los entrevistados tengan las mismas posibilidades de responderlas. Otra cuestión que tiene que tener presente el investigador al seleccionar las preguntas es el análisis estadístico más provechoso de los datos y, por tanto, la necesidad de utilizar preguntas dicotómicas, categorizadas, escaladas o de valoración. En las preguntas dicotómicas la persona entrevistada tiene que contestar a dos respuestas (sí, no). En las preguntas categorizadas o de escala ordinal no se pide una respuesta tan contundente como las dicotómicas. Pueden resultar más fáciles de responder al entrevistado puesto que tiene varias opciones donde elegir. Las opciones de respuesta pueden ir dentro de una escala de mayor a menor o de una escala entre dos extremos (muy de acuerdo, bastante de acuerdo…). Forman parte de esta misma clasificación las preguntas cuantitativas que son aquellas cuya respuesta es un número, por ejemplo, la edad o los ingresos cuando se pide la cantidad exacta (no por intervalos). Dentro de estas preguntas se incluyen las escalas numéricas y las de valoración. En las preguntas de escalas numéricas la persona entrevistada se autoubica en la posición entre dos extremos (1………10). Similares a las de escala son las preguntas de valoración, pero en este caso los extremos son una valoración mínima y una valoración máxima. Se utilizan mucho para la valoración de líderes o instituciones políticas. Es difícil decidirse por una escala de 1 a 10 o una de 0 a 10. Muchas veces viene obligada por la necesidad de comparar resultados con investigaciones anteriores, por lo que conviene repetir la escala de la misma forma como se hizo antes. Para tratar de obtener la información deseada conviene plantearse si utilizar preguntas directas o preguntas indirectas. Las preguntas directas abordan sin rodeos y sencillamente lo que se quiere saber; para las preguntas indirectas se tiene que hacer uso de otras estrategias y recurrir a una batería de preguntas, donde la información que se busca queda solapada junto a otras que realmente no son objeto de interés para el estudio. Si se tiene en cuenta el número de respuestas que puede dar el entrevistado a una pregunta, hay que distinguir entre las preguntas de respuesta única y las de respuesta múltiple. En las preguntas de respuesta única el entrevistado debe elegir una sola respuesta a la pregunta. Si esta es dicotómica, categorizada o si el enunciado lleva implícito que solo se puede contestar una cosa, no es necesario introducir ninguna nota aclaratoria. En caso contrario, es necesario una nota al entrevistador al final de la pregunta que lo advierta, de forma que sea el entrevistado el que se decante y elija la más importante para él.
Planificación del Cuestionario (Azofra)
Una vez redactadas y seleccionadas las preguntas objeto del estudio, se procede a la construcción del cuestionario. Las preguntas deben responder a las necesidades de los objetivos de la encuesta y tienen que ser útiles y beneficiosas para los fines perseguidos en el cuestionario. Las respuestas deben ser excluyentes y exhaustivas. Deben figurar en el cuestionario, a continuación de la formulación de la pregunta, en forma de listado vertical. Deben ir, asimismo, en la formulación de la pregunta siempre que sea posible y en caso contrario se indica con dos puntos, puntos suspensivos o una nota al final de la pregunta que señale en letras mayúsculas: (leer respuestas). Si, por el contrario, se quiere una respuesta espontánea, aunque la pregunta sea cerrada y las categorías figuren en el cuestionario, se pone una nota que diga: (no sugerir). Hay que tener en cuenta, también, si se quieren leer todas las respuestas o unas sí y otras no. En este caso, junto a la categoría que no se quiere leer debe figurar una nota diciendo: (no leer). El cuestionario debe comenzar con una introducción que explique los objetivos y advierta el anonimato de las respuestas. Se debe empezar con preguntas fáciles y generales que susciten el interés de la persona entrevistada, y que no resulten embarazosas de contestar. Las preguntas más importantes deben ir hacia la mitad del cuestionario. Las sensibles y las sociodemográficas es preferible ponerlas al final del cuestionario, a menos que alguna sea necesaria colocarla antes porque se utilice como filtro para otra u otras preguntas.
Tipos de Cuestionario:
Según la forma de recogida de datos: El cuestionario aplicado por teléfono debe ser corto, 15 o 20 preguntas como máximo. Si un cuestionario largo puede llegar a cansar en la entrevista cara a cara, en la telefónica, en la que falta el contacto personal y la desconexión es aún más sencilla, se debe evitar este riesgo. Las preguntas deben ser claras, cortas y concretas. Las categorías de respuesta deben ser pocas y cortas. Las preguntas abiertas no son recomendables en este tipo de entrevistas. La técnica de la encuesta telefónica está en auge. Resulta menos costosa que la entrevista personal y permite mayor rapidez en la obtención de datos y, por lo tanto, de los resultados. Otro método empleado en investigación es el cuestionario autoaplicado o autoadministrado. La dificultad mayor se encuentra en las encuestas por correo, en las que el entrevistado debe rellenar las preguntas sin ningún tipo de ayuda por parte de un experto, lo que hace que el formato y diseño del cuestionario sea de especial importancia. El cuestionario por correo debe ir acompañado de una carta de presentación lo suficientemente atractiva para que despierte el interés del que la lea. Además, cada pregunta deberá llevar sus propias instrucciones si lo precisa.
Según la finalidad del cuestionario:
Antes de poner en campo un cuestionario se debe verificar su funcionamiento. Para ello, el investigador puede utilizar varias tácticas que no se excluyen unas de otras. El autor del cuestionario puede consultar, en primer lugar, con algún colega o experto en la materia para obtener una opinión. Por otro lado, puede poner el cuestionario a prueba a base de preguntar a una o dos personas de su entorno, ajenas a la profesión, con objeto de hacer hincapié y observar las reacciones de aquellas cuestiones que tenga claras personalmente. Conviene realizar un pretest, prueba previa, o encuesta piloto. Para muchos autores ambos términos se refieren a una misma prueba, pero hay diferencias significativas. El pretest se aplica a una muestra reducida de personas, aproximadamente de 30 a 50 personas, con características similares a la muestra real, pero no necesariamente elegidas al azar. Los objetivos principales del «pretest» son varios: comprobar que todas las preguntas se entienden y se interpretan de la misma manera; confirmar que las categorías de respuesta son exhaustivas, y de lo contrario, añadir aquellas que el investigador no previó; cerrar alguna pregunta que se decidió dejar abierta en el pretest con objeto de que el entrevistado se pudiera explayar en la respuesta. En la encuesta piloto, la muestra pretestada se puede decir que es una submuestra de la real. Los entrevistados representan a la población a estudiar y deben ser elegidos al azar. Además de los distintos objetivos enumerados para el «pretest», tiene la finalidad de medir la validez de la encuesta definitiva o de parte de ella, de forma que si un investigador aborda un proyecto muy amplio, sin saber si los resultados que va a obtener van a merecer la pena en cuanto a tiempo, esfuerzo y dinero, los resultados obtenidos de la encuesta piloto le orientan a la realización definitiva del proyecto.
Las Encuestas Electorales: Un Balance Comparado (Origen)
Las series de encuestas electorales son hoy en día una realidad indiscutible. Sus orígenes se localizan en los años 60 en Estados Unidos. Al abordar la historia de las encuestas electorales resulta obligado hacer una mención especial al desarrollo de estos trabajos en Estados Unidos. La influencia que ejerció la escuela de Michigan, la publicación en 1960 de The American Voter se convierte en la fuente de inspiración de los estudios electorales. La institucionalización de los estudios electorales y la centralización de la base de datos en la Universidad de Michigan promovió una abundante literatura sobre comportamiento electoral estadounidense que se publicó en la American Political Science Review. En España, la historia política ha marcado el ritmo de la institucionalización de los estudios electorales. La discontinuidad democrática ha tenido serias consecuencias en este devenir académico. Su expansión en los años 70 ha redundado en una abundancia que en ocasiones se define como deficiente rigor científico. Aunque la serie de estudios preelectorales y postelectorales realizados por el CIS desde 1977 ha supuesto un avance significativo en el análisis sobre el comportamiento electoral, constituyó el Spanish National Elections Study (SPANES), cuyo organismo encargado del trabajo de campo es el CIS.
Objetivos y Diseño General de los Cuestionarios de la Encuesta Electoral: El diseño de los cuestionarios de las encuestas pre y postelectorales de las elecciones de 2000 se llevó a cabo tras un análisis pormenorizado. En concreto, se tuvieron en cuenta tres objetivos fundamentales: a) el mantenimiento de las series establecidas en anteriores estudios electorales del CIS, manteniendo el trabajo previo y mejorando aquellos aspectos necesarios; b) el aumento de la comparabilidad con otros sondeos electorales. Algunos indicadores eran difícilmente comparables con los de otros países; c) el incremento de la información recogida en aspectos deficitarios. Algunos aspectos de la información de los cuestionarios eran deficientes y se decidió tratar de cubrir estas lagunas. Para el desarrollo de una encuesta electoral de calidad era necesario, no solo el análisis de los sondeos electorales ya realizados en España, sino también el estudio de encuestas realizadas en otros países. El orden de las preguntas es otro elemento importante del cuestionario. En el preelectoral, la entrevista se inicia con varias preguntas sobre el interés por la política, seguidas de la valoración de la situación política y económica, del gobierno y la oposición. En el postelectoral, la entrevista comienza con preguntas sobre socialización, actitudes políticas y participación política, se continúa con la valoración de la situación política y económica, la campaña y el recuerdo de voto, para terminar con la autoubicación ideológica. En ambos casos, el cuestionario se cierra con las variables sociodemográficas.
Según Azofra, un tipo de preguntas que no pueden faltar en ningún cuestionario son las preguntas sociodemográficas, también llamadas de control o de identificación. Aunque se califiquen estas preguntas como de control o identificación, no se trata de la identificación personal del entrevistado, sino de preguntas que permiten agrupar a los entrevistados por categorías sociodemográficas. Se pueden considerar imprescindibles el sexo, la edad, los estudios, la situación laboral, y la ocupación de la persona que trabaja o de la persona que aporta más ingresos en el hogar.
Las Características Sociodemográficas en el Cuestionario: Las características sociodemográficas de los electores son fundamentales en cualquier encuesta sobre el comportamiento político y electoral por varias razones. En primer lugar, se trata de variables a las que se ha acudido desde los primeros análisis para buscar explicaciones al comportamiento electoral. En segundo lugar, las características sociodemográficas deben tenerse en cuenta aun cuando no se encuentren en el centro de interés de una investigación para poder controlar por sus efectos y estimar sin sesgos los efectos de otras. Es imprescindible incluir en el análisis también el nivel de educación, de manera que distingamos en qué medida el seguimiento de la campaña afecta, ya sea solo e independientemente del nivel de educación, al comportamiento o al cambio de actitudes.
Las Actitudes Políticas en el Cuestionario:
Las actitudes políticas son orientaciones estables del individuo hacia diferentes objetos políticos adquiridas a lo largo de un proceso de socialización política. Las actitudes políticas facilitan al ciudadano la interpretación de su entorno político, y le proporcionan claves para actuar y comportarse políticamente. Un objetivo prioritario del cuestionario era medir actitudes políticas que, como la cercanía partidista, el interés por la política, o el grado de eficacia política, presentan distintos grados de intensidad en cada individuo.
Actitudes hacia la Política: Tres de las actitudes hacia la política más habituales en los sondeos electorales son el interés por la política, el grado de eficacia política y la autoubicación ideológica. El interés por la política es una de las variables más utilizadas en la explicación de la participación política y electoral desde los primeros análisis conductistas. Puede medirse a través de la autoevaluación directa del encuestado o bien a través de otros indicadores. La eficacia política es la percepción de la medida en que el ciudadano puede influir en lo que sucede en el sistema político. La eficacia política tiene una dimensión interna y una dimensión externa. La falta de eficacia política interna se produce cuando el ciudadano se considera incapaz de influir en la política. La ausencia de eficacia política externa se da cuando el ciudadano considera que el sistema político es inmune a sus intentos de influir. Por último, la autoubicación ideológica en la escala izquierda-derecha puede considerarse un indicador del grado de identificación del elector con valores o símbolos que intervienen en la interpretación de la política y que, por consiguiente, van a influir en su comportamiento. Esta información puede utilizarse para poner a prueba modelos espaciales de voto, según los cuales los votantes se inclinan.
Selección de la Persona a Entrevistar en las Encuestas del CIS:
El Centro de Investigaciones Sociológicas utiliza en sus investigaciones la selección censal como unidad de segunda etapa. En cada sección censal se realizan entre 6 y 10 entrevistas utilizando un sistema de rutas aleatorias. Definido el punto de partida, los entrevistadores seleccionan a los entrevistados. El lugar de comienzo de la ruta viene especificado en las normas de estudio, mientras que las normas para la selección de las viviendas se detallan en las acciones para la correcta aplicación de la muestra. Cuando se trata de municipios con una única sección, la ruta se inicia en el centro del casco urbano. Para el resto, el punto de partida es una de las calles que aparece en el listado de la hoja de muestra. Partiendo de ese lugar, el entrevistador debe seleccionar un portal de cada cinco en viviendas unifamiliares. Cuando se trata de edificios de más de una vivienda, se selecciona un portal de cada tres, y dentro de este se lleva a cabo una entrevista cada doce viviendas o fracción; y nunca pueden superarse las tres entrevistas por portal. En las ocasiones en que no se consiga una entrevista en la vivienda seleccionada, se intentará en la puerta contigua, y si tampoco se logra, vuelve a intentarse en la siguiente, y así hasta que se consiga. A la hora de aplicar la norma de una entrevista cada doce viviendas, se considera la primera puerta a la que se ha llamado. Esa misma norma se aplica cuando no se consigue ninguna entrevista en el portal seleccionado: se sustituye por el contiguo, pero a la hora de definir el nuevo segmento se considera el portal seleccionado en primer lugar. La entrevista a realizar en el segundo portal debe realizarse en el piso superior al del portal anterior. Cuando se terminen los números de la calle donde se inicia la ruta, se continuará por la más cercana de las que aparece en la hoja de ruta. Esto precisa que el encuestador comience su trabajo elaborando un croquis del área asignada. El CIS recomienda a los encuestadores que marquen el punto de partida y el recorrido seguido. Si se recorren todas las calles sin haber conseguido realizar todas las entrevistas asignadas, debe realizarse una segunda vuelta por la zona utilizando los portales de la sección aún no visitados. Este sistema de selección no se aplica en el caso de viviendas diseminadas. El lugar de comienzo de la ruta viene especificado en la parte inferior de las normas de estudio. La primera tarea a realizar por el encuestador es la elaboración de un esquema de la sección, indicando el punto de partida y el recorrido a seguir.
El Diseño Muestral de la Encuesta
El uso de encuestas por muestreo constituye una forma de acercarse a la realidad que se pretende estudiar, y uno de los elementos que contribuye al éxito de dicha técnica reside en el diseño muestral. Un elemento que debe tener en cuenta todo investigador es la elección del marco de muestreo. Este determinará el tipo de diseño muestral. Relacionado con el diseño se encuentra también uno de los aspectos más importantes como es la representatividad de las muestras extraídas del conjunto de la población, reflejada en los niveles de confianza y de error muestral con los que se hacen las inferencias. La población objeto de esta investigación estaba constituida por todos los españoles; sin embargo, la población marco venía definida por la población española de ambos sexos de 18 años o más, puesto que supone la mayoría de edad necesaria para votar, utilizándose como marco el censo electoral de junio de 1999.
El Tamaño Muestral: El tamaño de la muestra para este estudio panel tiene la característica de que la diseñada para el preelectoral es mucho más grande que la correspondiente al postelectoral. Este número de entrevistas fue tan grande porque a partir de la aplicación de este primer cuestionario se intentaban estimar los resultados de la convocatoria electoral de la manera más ajustada posible por circunscripción electoral. El objetivo del estudio postelectoral consistía en conocer el posible cambio en el comportamiento de los entrevistados después de la campaña electoral; por ello, no era necesario un tamaño muestral tan amplio de individuos.
Unidades de Muestreo: Al igual que en otros estudios de ámbito nacional realizados por el CIS, en las encuestas pre y postelectorales las unidades utilizadas y su jerarquización fueron las siguientes: unidades de primera etapa (municipios), de segunda etapa (secciones censales), de tercera (viviendas) y de cuarta (individuos). Este proceso de estratificación se realiza sobre la base de diferentes criterios. Los criterios empleados en la encuesta de esta investigación fueron los siguientes: a) población de derecho de los municipios. Se consideraron 7 estratos: - de 2.000 habitantes, de 2.001 a 10.000, de 10.001 a 50.000, de 50.001 a 100.000, de 100.001 a 400.000, de 400.001 a 1.000.000 y de más de 1.000.000 de habitantes. b) comunidad autónoma y provincia. Se consideraron las 52 provincias españolas en la encuesta preelectoral y las 17 comunidades autónomas en la postelectoral. c) área metropolitana. Se define por la pertenencia o no del municipio al área de influencia de un municipio de gran tamaño poblacional. Una vez establecida la estratificación de las unidades en la primera etapa, se procedió a la distribución de la muestra en los estratos o lo que se conoce como afijación de la muestra. El investigador debe decidir entre cuatro tipos diferentes de afijación. a) Afijación uniforme o simple: se asigna el mismo número de entrevistas a cada uno de los estratos. El inconveniente de este tipo de afijación es que cuando hay estratos pequeños se les está sobrevalorando. b) Afijación proporcional: el número de entrevistas en cada estrato se asigna en función de la proporción de la población objetivo en dicho estrato. c) Afijación mixta: se realiza una combinación entre los modelos de afijación proporcional y uniforme. Por ejemplo, puede realizarse una afijación uniforme en el nivel de comunidades autónomas y otra proporcional según el tamaño de población de los municipios. d) Afijación óptima: al peso de cada estrato, se le añade la heterogeneidad del mismo respecto a la variable considerada en la estratificación. Así, le corresponderá un mayor tamaño muestral a estratos con una mayor heterogeneidad y peso poblacional.
Selección de la Persona Dentro de la Vivienda: Definidas las viviendas donde realizar las entrevistas, el siguiente paso es seleccionar a una persona dentro de esta. Lógicamente, antes de proceder con esta selección, el entrevistador deberá presentarse y explicar el motivo de su visita, señalando que esta vivienda ha sido seleccionada para responder a una encuesta. De todos los modelos utilizados para la selección de la persona a entrevistar dentro de la vivienda, se explicará la selección por cuotas, que es el modelo más utilizado en España. El muestreo por cuotas trata de elaborar una muestra que sea similar, en una serie de características, al universo objeto de estudio. Para ello se seleccionan determinadas características de las unidades a entrevistar, normalmente referidas a diversos rasgos sociodemográficos como edad, sexo, nivel de estudios, profesión, etc., y posteriormente se elaboran una serie de fichas de selección con las características de las personas a entrevistar en cada sección. La unión de todas estas coincidirá con la distribución del universo. Estas fichas son entregadas al entrevistador, que procede a realizar su trabajo con el perfil de las personas a entrevistar en cada ruta. Este método se fundamenta en la premisa de que una muestra que sea similar al universo en un grupo de características lo será de forma igual con respecto a otras características que se deseen analizar.
La Codificación: El proceso de codificación de los datos consiste en preparar estos de una manera adecuada para que el propio investigador, generalmente con ayuda de un ordenador, pueda procesar la información que contienen y analizarla convenientemente. A través del proceso de codificación se asignan grupos de números a cada una de las categorías de una variable, de manera que cada número o combinación de números se convierte en un código que representa una característica de la variable que se analiza. Los códigos sirven para dos propósitos principales. En primer lugar, permiten identificar, clasificar y ordenar las categorías de las variables según los criterios dados en la definición operacional; en segundo lugar, sirven para comunicar información compleja de una forma abreviada. Etapa de la investigación esencial en los análisis cuantitativos. Las tres etapas principales de la codificación son: la asignación de códigos a las categorías, la asignación de columnas a cada variable y la producción de un libro de códigos. La asignación de códigos depende del tipo de variable (nominal, ordinal o de intervalo) y debe tener en cuenta los principios de exhaustividad y exclusividad que ya debieron ser considerados a la hora de operacionalizar los conceptos. Todas las unidades de análisis deben ser susceptibles de recibir un código para cada propiedad o variable, incluso cuando el valor de esta en ese caso se desconoce. A cada unidad se le podrá asignar un código y solo uno para cada variable. En las variables nominales los códigos representan categorías que no pueden ordenarse con respecto a ningún criterio; el orden jerárquico de los códigos no tiene significado alguno, ni los números indican cantidad. Conviene elegir siempre códigos sencillos y que respondan a criterios prácticos. Una variable ordinal requiere una asignación de códigos que respete el orden de las categorías; los códigos no indican cantidad, pero sí indican la posición relativa de cada categoría con respecto a las demás. Una variable ordinal no permite saber cuál es la distancia que separa las distintas categorías. Es preferible un sistema de codificación en el que, a medida que aumenta el código, aumenta el interés por la política. En las variables de intervalo la codificación resulta más directa, ya que es posible utilizar la propia unidad de la variable como código. En estos casos, los números adquieren significados muy precisos y las opciones para su asignación quedan sustancialmente reducidas. En la medición de intervalo, los códigos no solo indican un orden, sino también una cantidad. La distancia entre dos categorías o entre dos casos puede medirse sin ningún problema. En las encuestas, la asignación de los códigos puede llevarse a cabo antes de la observación (precodificación) o después de haber obtenido las respuestas (codificación).