Trama y Personajes Clave del Acto I de Fuente Ovejuna
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Argumento: Primer Acto
Encuentro entre el Comendador y el Maestre
El primer acto empieza con la llegada del Comendador a la casa del Maestre, junto con dos de sus hombres de confianza. El Maestre lo recibe y empiezan a entablar una conversación en la cual se trata el tema de la conquista de Ciudad Real por las tropas de las órdenes que estos presiden, para liberar dicha ciudad para el Rey, siendo esta un punto estratégico muy preciado entre Castilla y Andalucía.
En este momento se percibe el carácter de personaje malvado de la obra del Comendador (Fernán Gómez) por ciertas frases ilícitas que este sugiere al Maestre. En todo momento, Fernán Gómez recuerda al joven Maestre la forma en que obtuvo su puesto: por mediación de la abdicación tras la muerte de su padre. Después de la muerte de este, su gobierno quedó mediado por la supervisión de otra persona que prontamente falleció, y ahora, en su todavía juventud, tiene que gobernar sin ningún consejo ni supervisión. Esta juventud hace que el Maestre confíe plenamente en todo lo que dice el Comendador, lo cual, en cierto modo, le exime de toda responsabilidad en los futuros acontecimientos.
Laurencia y Pascuala: La Resistencia Femenina
Más tarde, otra situación, y de las más importantes del acto, es la conversación de dos mujeres de Fuente Ovejuna: Pascuala y Laurencia. La conversación trata de la posibilidad que tiene Laurencia de “liarse” con Fernán Gómez, ya que este insistía desde hacía mucho tiempo, antes de irse a la guerra, en estar con ella. Sin embargo, ella decía que no por su categoría iba a rendirse ante él, siendo este una persona que no la quería para casarse, sino que, como ella afirma duramente, él solo la quiere para tenerla un tiempo y dejarla, como había hecho ya con muchas otras. En esta discusión, la opinión que parece inamovible de Laurencia se ve puesta en duda por Pascuala, la cual dice que, al igual que muchas otras, acabaría cediendo.
El Debate Filosófico en el Pueblo
Aparecen en ese momento Frondoso, Barrildo y Mengo; otros tres convecinos que están discutiendo un tema sobre el cual las dos mujeres se interesan, escuchando las apuestas que ellos hacían sobre quién sería el poseedor de la razón. El tema, bastante curioso, resultó ser si existía o no el amor, afirmando Mengo que no existía nada más que el amor por uno mismo y contradiciéndole los otros dos. Se establece un debate entre los cinco personajes, no sacando nada en claro.
En estos momentos aparece Flores, uno de los “ayudantes” del Comendador, el cual empieza a relatar las maravillas de la guerra recién terminada y que había sido vencida por el bando del jefe del que así hablaba y del Maestre.
Regreso y Primer Intento de Abuso
Más tarde, en otro lugar, habla el Comendador con los dos alcaldes de Fuente Ovejuna, dándoles las gracias tanto a ellos como a su pueblo por haberle recibido tan cortés y alegremente después de su regreso de la victoriosa guerra.
Dirigiéndose después de la charla a la casa de la Encomienda, el Comendador se encuentra a Pascuala y a Laurencia en la puerta por casualidad. Este intenta convencerlas de que entren con él para unos menesteres que solo él conoce, con la excusa y grandiosidad de su reciente batalla ganada. Estando estas ignorándole de mala manera (como ambas demostraron en la primera de sus conversaciones), este, dándose cuenta, deja las palabras y pasa a los hechos, y manda a sus protegidos Ortuño y Flores que las metan en la casa y, si lo consiguiesen, que cerrasen la puerta. Aquí se da el primer intento del Comendador de forzar a las mujeres de ese pueblo.
Intervención de los Reyes Católicos
Luego hay una parte donde los Reyes Católicos son informados de la victoria en Ciudad Real y donde estos mandan un par de regidores en busca de Fernán Gómez a Fuente Ovejuna.
El Enfrentamiento Final del Acto
Ya para terminar el acto, se da el encuentro entre Laurencia y Frondoso, donde este le declara su amor y esta, mal o bien, le da de lado. Viendo que se acercaba el Comendador, él se esconde. Llegado este, hablando con ella, la intenta una vez más forzar, cosa a la que ella se niega. En pleno forcejeo, creyéndose el noble que estaban solos, aparece Frondoso empuñando una ballesta que el Comendador había dejado en el suelo, pues antes de encontrarse con Laurencia él iba de caza. Laurencia huye, y Frondoso, sin hacerle nada, advierte al agresor que no quiere nada de él, nada más que lo acaecido no volviera a darse. Pero tal interrupción enciende al poderoso de tal manera que amenaza al villano con que se vengará de tal afrenta.