Tradiciones, Rituales y Evolución del Deporte Moderno: De la Violencia al Récord

Tradiciones y Costumbres que Justifican la Violencia

Ciertas tradiciones y costumbres, racionalizadas culturalmente por/para los hombres, han servido para justificar y defender la violencia. Algunas de ellas son:

• “Culto al macho”: Estereotipos de lo que es ser viril (agresivo, seguro de sí mismo, tolera el dolor sin inmutarse, no llora…). Esta imagen impregna la cultura y se recibe desde niño mediante libros, televisión, juegos…
• Glorificación de la competitividad: Necesidad de obtener el triunfo en situaciones de enfrentamiento, algo que requiere de un vencedor y un vencido. Transmitido a través de la historia, la realidad y la ficción.
• Principio diferenciador de los “otros”: Creencia que los “otros” son ese grupo de personas con las que no tenemos nada en común. “Los diferentes” (menos valiosos). El odio puede ser cultivado con falta información y estereotipos infundados.

Teorías sobre la Violencia en el Deporte

Teorías Armónicas

• Teoría sobre los estilos subculturales (Clarke): En los últimos años los jóvenes han desarrollado diferentes estilos que utilizan como medio de pertenencia a subculturas diferenciales. El gamberrismo en el fútbol es una intervención social simbólica de los jóvenes en un intento por desarrollar dicha identidad diferencial, al mismo tiempo que protestan contra una sociedad que no los integra.
• Teorías basadas en los propios rasgos del juego deportivo (Taylor): Tras la descomposición del club tradicional, la relación entre club y seguidores se ha ido deteriorando. La falta de identificación entre ambos es la que origina brotes de violencia. Rasgos físicos del propio juego, incremento del número de competiciones, difusión de medios de comunicación, se unen a que los propios jugadores, empujados a buscar el éxito a toda costa, recurran con frecuencia a jugadas violentas.
• Teorías basadas en estudios antropológicos sobre la violencia animal y humana (Marsh): La violencia en el fútbol es una violencia ritual. Se evidencia al analizar gestos, canciones, gritos y el comportamiento en general de los seguidores. La función esencial es afirmar la pertenencia a “microculturas” para diferenciarse de la pertenencia a la “cultura unitaria” de la sociedad.

La Visión Conflictual

• Teorías de la nueva izquierda (Cancio): La violencia tiene que entenderse en el marco de las relaciones entre las clases sociales y el Estado. La crisis de las sociedades capitalistas ponen en evidencia las desigualdades de clases, y eso se ve reflejado en el deporte. La violencia en el deporte es la respuesta a las crisis y un desafío al Estado represor.
• Teoría matemática de las decisiones (Berk): Un individuo ajusta su comportamiento al proceso de racionalidad y de toma de decisiones, tanto cuando se integra en una masa como en cualquier otro contexto social. Trata de calcular las recompensas psicológicas o materiales y de anticipar los posibles costes que puede producir su conducta, luego efectúa un cálculo de costes y beneficios.

El Deporte como Ritual en la Actualidad

El deporte conserva aspectos rituales. Se ha dotado de un cierto carácter religioso. El campo de fútbol, por ejemplo, adquiere los signos de un lugar sagrado, “templos” donde se ofician las ceremonias nacionales. El ambiente de signos, colores, atuendos, contribuyen al ritual. Los deportistas son objeto de seguimiento y culto. El público asiste enfervorizado a la celebración de, por ejemplo, un gol. “La mano de Dios”, “San Iker”, “Mesías”.

• La configuración espacial muestra una jerarquía fundada sobre el grado de fervor y fuerza demostrativa.
• Las competiciones, como las ceremonias, siguen un calendario regular y cíclico que culmina en una cierta fase del año.
• El partido habla de valores fundamentales, como el rol del mérito, solidaridad, suerte, justicia del árbitro para llegar al éxito…
• El comportamiento de la masa también tiene un aspecto ceremonial al expresar su fervor emocional a través de la intensa participación corporal y al acompañar la acción o desarrollo del juego a través de palabras o cantos convencionales.
• Existen vestimentas y materiales específicos, como en los rituales más tradicionales. También un idioma especial con su vocabulario técnico específico.
• La organización y los principios de funcionamiento muestran el mundo del deporte como una gran religión universalista.

Difusión Cultural del Deporte y Aparición del Récord

A mediados de 1800 las prácticas deportivas exhibían cada vez más características asociadas al desarrollo de las sociedades modernas (mayor estructura y disciplina, reglas más estandarizadas, administración burocrática sobresaliente, métodos de entrenamiento y tomas de decisiones racionalizadas, evaluaciones basadas más en las capacidades y el desempeño que en competencia, clase o género…).

La cultura deportiva moderna aparece vinculada a un grupo social que quería ocupar su tiempo libre con un entrenamiento consistente y en una competición estimulante y divertida cuyo grado de violencia estuviese controlado (a diferencia de las violentas competiciones del Medievo europeo). La palabra “sport” nace asociada a un tipo de competición sometida a la formalización de unas reglas. Ese grupo (integrado por la burguesía anglosajona) logró imponer a la sociedad inglesa su concepción del mundo. Este espíritu burgués estuvo vinculado al deporte y se plasmó en el “fair play” como ideal (no como norma escrita). El fin era prepararse por amor al deporte, por afán de superación.

En las primeras décadas del siglo XX la práctica deportiva se había consolidado institucionalmente en Europa y parte de América. El deporte se adentra en el tejido social conformado por actitudes, hábitos y una determinada moralidad que ha acercado a la población a los ideales de la burguesía.

Sin embargo, la cuantificación y el deseo de triunfo en el marco del sistema capitalista han puesto en el centro el concepto de “récord” (tanto para los deportistas de alto rendimiento como para los aficionados), poniendo de esta manera en peligro el respeto al juego limpio. A pesar de ello, el deporte no ha dejado de ser un ritual (actividad repetitiva que posee contenido dramático y que genera un fuerte sentido de pertenencia entre sus participantes).

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