Tomás de Aquino: Razón y Fe en la Demostración de la Existencia de Dios

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El conflicto entre **fe y razón**, que estuvo vigente durante toda la Edad Media, recibió distintas respuestas por parte de filósofos, en donde se daba predominio a una sobre la otra. **Santo Tomás**, intenta unificar las fuerzas de ambas en el apartado de las vías de demostración de la existencia de Dios, donde se vale de la razón para justificar la base de la religión.

La Metafísica Tomista y su Base Aristotélica

La primera línea de argumentación discurre por la **metafísica tomista**, que es un calco de la aristotélica en tanto en cuanto los conceptos de los que se vale para desarrollar su estudio filosófico. Al igual que Aristóteles, Santo Tomás concibe una realidad unitaria, negando el dualismo platónico; sin embargo, para explicar el cambio en las cosas del mundo, recurren ambos a dos pares conceptuales:

  • Acto y potencia: Definen el estado presente de la sustancia y lo que puede llegar a ser en el futuro, respectivamente, tomando la idea de que el movimiento es el paso de la potencia al acto (“nada se mueve a no ser que, en cuanto potencia, esté orientado a aquello por lo que se mueve”).
  • Materia y forma: Se afirma que la sustancia es un compuesto inseparable de forma y materia, la primera es la esencia de la cosa, eterna e inmutable y la segunda es la parte corpórea de dicha forma.

Estos últimos conceptos componen la teoría del **hilemorfismo** que Santo Tomás aplicará en su antropología. Para nuestro autor, el hombre es una sustancia compuesta de alma y cuerpo por una unión natural y ambos componen la esencia del hombre, interactuando de manera que el alma confiere todas las determinaciones del hombre y el cuerpo proporciona al alma el conocimiento a través de los sentidos. Esta concepción unitaria, sin embargo, no impide a Santo Tomás negar la inmortalidad del alma.

Si bien ellos forman un compositum, el alma es una forma subsistente que puede existir sin necesidad del cuerpo y además es incorruptible. En cuanto a la **epistemología tomista**, nuestro autor deduce su teoría del conocimiento a partir de la antropología hilemorfista y lo identifica como un acto del compuesto que resulta de la unión sustancial cuerpo-alma. Así pues distingue dos clases de conocimiento:

  • Conocimiento universal: Consiste en la abstracción de los elementos comunes y la universalización de conceptos en el entendimiento (abstracción e individuación).
  • Conocimiento sensible: Percibido por los sentidos del cuerpo.

De estos últimos parte en su demostración teórica de la existencia de Dios (“es cierto y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento”).

La Existencia de Dios: Un Argumento Racional

La segunda línea de argumentación arranca del concepto de Dios para Santo Tomás cuya existencia no es evidente por sí misma. Así pues, si la existencia de Dios fuera una verdad admitida universalmente, una evidencia en sí, no tendría sentido plantearse una demostración. Por el contrario, si la existencia resulta ser una evidencia para nosotros, la demostración es necesaria. La originalidad de nuestro autor reside en la causa de su obra como una cuestión puramente intelectual, para demostrar que es posible construir una **teología racional**. No obstante, el religioso acepta de Aristóteles las características de Dios (motor inmóvil, acto puro). De este modo Santo Tomás desarrolla la demostración de la existencia de Dios partiendo de un hecho sensible (“Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento”) y aplicando un principio aristotélico (“todo lo que se mueve es movido por otro […] quien mueve esta en acto).

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