Tomás de Aquino: Fundamentos de la Moral, la Sociedad y la Ley Natural
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El Ser Humano, la Moral y la Ética según Tomás de Aquino
Tomás de Aquino, siguiendo la tradición aristotélica, considera al ser humano como una unión sustancial de cuerpo y alma. El alma es inmortal, incorruptible y racional, lo que lo distingue del resto de los seres vivos. Sus facultades se dividen en:
- Vegetativa: encargada del crecimiento y la nutrición.
- Sensitiva: relacionada con la percepción y los deseos.
- Racional: la más elevada, que permite el pensamiento, el juicio moral y la toma de decisiones, orientando al ser humano hacia el bien y la justicia.
La Búsqueda de la Felicidad y la Ley Natural
Desde una perspectiva moral, Tomás de Aquino plantea que el fin último del ser humano es alcanzar la felicidad plena, que solo se consigue con la contemplación de Dios. Para ello, debe guiarse por la ley natural, que es la norma moral inscrita en su naturaleza y que le permite distinguir entre el bien y el mal.
De esta ley derivan tres preceptos fundamentales:
- Conservar la vida.
- Procrear y educar a los hijos.
- Buscar la verdad y la justicia.
Estos principios son universales y se conocen por la razón a través de la sindéresis, una intuición moral innata. A partir de ellos, la conciencia elabora normas concretas o preceptos secundarios, que pueden variar según las circunstancias, pero sin contradecir los principios esenciales de la moral.
La Sociedad, la Política y la Justicia en el Pensamiento Tomista
Tomás de Aquino considera que el ser humano es social por naturaleza y que solo puede desarrollarse plenamente en una comunidad organizada. La vida en sociedad requiere de normas que regulen la convivencia, y estas normas deben estar fundamentadas en la ley natural. Sin embargo, dado que la ley natural es demasiado general, es necesario concretarla en la ley positiva, es decir, en las leyes establecidas por los gobernantes.
Justicia y Desobediencia Civil
Para que las leyes sean justas, deben ser una prolongación de la ley natural. Cuando una ley positiva contradice la ley natural, se vuelve injusta y, por lo tanto, no obliga moralmente a su cumplimiento, existiendo el derecho a desobedecerla. La justicia es el punto de unión entre la moral y el derecho, y por ello, las mejores formas de gobierno son aquellas que respetan la ley natural.
Formas de Gobierno Ideales
Para Tomás de Aquino, las mejores formas de gobierno son:
- Monarquía: cuando el poder es ejercido por un gobernante justo que busca el bien común.
- Aristocracia: cuando gobiernan los más sabios y virtuosos.
- Democracia: cuando el pueblo participa en la toma de decisiones respetando la ley natural.
Cualquiera de estas formas es válida siempre que su ejercicio esté orientado al bien común y basado en la justicia.