Tomás de Aquino: La Armonización del Mal y la Existencia de Dios

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Tomás de Aquino: La Armonización del Mal y la Existencia de Dios

Tomás de Aquino captó la relación entre la cuestión del mal y la relativa a la existencia de Dios; pero advertía que han de ser planteadas en el orden debido. Empezar por el mal puede llevar a una vía sin salida. Si primero se resuelve la cuestión de la existencia de Dios, el problema del mal no deja de ser un misterio, pero puede ser iluminado hasta cierto punto.

La Preeminencia de la Existencia Divina en el Pensamiento Tomista

Boecio —escribe Tomás en la Summa contra Gentiles, III, 71— presenta a un filósofo que pregunta: "Si Dios existe, ¿por qué hay mal?". Habría que razonar al revés: "Si hay mal, Dios existe". Pues si se suprimiera el orden del bien, no habría mal, que es la privación del bien. Y ese orden no existiría si no existiese Dios.

Por tanto, el problema del mal no decide la cuestión sobre la existencia de Dios, que es previa. Análogamente, el desorden al que nos referimos con el mal presupone un orden, lo que remite al origen de ese orden.

Libertad Humana y la Permisión Divina del Mal

El conocimiento que Dios tiene del mal que los hombres cometen no le hace cómplice, porque no impone necesidad a las acciones humanas, advierte Santo Tomás.

Sobre la libertad y el mal, Tomás de Aquino subraya que Dios ha dotado a sus criaturas de verdadera capacidad de actuar, lo que implica que sus acciones tengan consecuencias reales. Si a las criaturas libres no les permitiera causar efectos malos, tal libertad sería ficticia. Por tanto, dice Tomás: "Dios permite que se produzcan algunos males para que no resulten impedidos muchos bienes".

Estos bienes incluyen:

  • La misma libertad.
  • La capacidad de enmendarse.
  • El heroísmo en la resistencia al mal.
  • La solidaridad con los que sufren.

El Misterio del Sufrimiento y la Perspectiva de la Fe Cristiana

Pero, como para toda la tradición cristiana, el mal, sobre todo el sufrimiento de los inocentes, es un problema que ningún razonamiento puede resolver del todo. El mayor esclarecimiento es un aporte de la fe, y viene de la Cruz y la Resurrección de Cristo, que ha dado al sufrimiento valor y sentido por encima de toda previsión humana. Sin embargo, esta luz no elimina el misterio.

El Problema del Mal como Objeción a la Existencia de Dios en la Summa Theologica

En la Summa Theologica, I, q. 2, art. 3 (de donde está sacado precisamente el texto propuesto para el comentario), el problema del mal aparece como una objeción a la existencia de Dios. Dice Santo Tomás:

Si uno de los contrarios es infinito, el otro queda totalmente anulado. Esto es lo que sucede con el nombre Dios al darle el significado de bien absoluto. Pues si existiese Dios, no existiría ningún mal. Pero el mal se da en el mundo. Por lo tanto, Dios no existe.

A esta objeción, Santo Tomás contrapone un argumento que toma literalmente de San Agustín:

Dios, por ser el bien sumo, de ninguna manera permitiría que hubiera algún tipo de mal en sus obras, a no ser que, por ser omnipotente y bueno, del mal sacara un bien.

Por lo tanto, el que el mal exista en el mundo se puede entender, en este texto, como un medio para sacar un bien mayor.

La Circularidad en el Razonamiento Tomista sobre el Mal

El problema del razonamiento tomista está en su circularidad: en la Summa Theologica, Santo Tomás parte de la existencia de Dios para negar que Él pueda permitir un mal que no esté dirigido a un bien mayor (pues en la esencia de Dios está que de Él no pueda proceder ningún mal). Pero luego, en la Summa contra Gentiles, el mal es visto como la destrucción de un orden, orden que procede a su vez de Dios.

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