Tolerancia y Dignidad Humana: Pilares de los Derechos Humanos

Enviado por Chuletator online y clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 3,86 KB

La Tolerancia

El concepto de tolerancia se fundamenta en la premisa de que todos los seres humanos somos diferentes y en el principio del reconocimiento de la misma dignidad y derechos para todos. A partir de ahí, la tolerancia promueve el respeto y la aceptación hacia el “otro”.

Es crucial diferenciar la tolerancia de la concesión, condescendencia o indulgencia. La tolerancia es la responsabilidad que sostiene los derechos humanos, el pluralismo (incluyendo el cultural), la democracia y el Estado de derecho.

Practicar la tolerancia, en consonancia con el respeto a los derechos humanos, no implica tolerar la injusticia social ni renunciar a las convicciones personales. En esencia, no se trata de resignación, pasividad, conformismo generalizado o la negación de las creencias o convicciones propias.

Es importante tener presente que el concepto de programas o campañas tipo “Tolerancia 0” puede generar confusión ética y llevar a equívocos en situaciones de injusticia.

La Dignidad: Base de Nuestros Derechos

En el mundo actual, la convivencia y el ordenamiento jurídico se sustentan en el reconocimiento de los derechos humanos. Estos derechos se encuentran plasmados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y, en cada Estado, en su propia Constitución y demás leyes.

Sin embargo, nuestros derechos no dependen de un documento específico o del reconocimiento legal en un país determinado; nuestros derechos emanan de nuestra dignidad como personas, es decir, de nuestra condición de seres racionales, libres e independientes. La dignidad humana se entiende como el valor supremo inherente a toda persona por el simple hecho de serlo, lo cual nos hace merecedores de respeto y estima, al tiempo que nos obliga a respetar a los demás.

Para ilustrar la esencia de la dignidad humana, el filósofo alemán Immanuel Kant enfatizaba la diferencia entre las personas y las cosas: mientras que las cosas tienen un precio porque son intercambiables, las personas poseemos dignidad porque somos únicas. Por ejemplo, si se nos estropea un pantalón o una lavadora, podemos intentar arreglarlos o comprar otros para reemplazarlos. En cambio, cada ser humano es único e irrepetible, por lo que su valor es infinito e insustituible. Kant denominaba dignidad a este valor infinito que cada ser humano posee y que nos distingue de los objetos, en tanto que somos seres racionales, libres y conscientes de nuestros actos.

Los derechos humanos buscan defender este valor único que nos hace tan especiales.

Valores Éticos Derivados de la Dignidad Humana

De la dignidad humana surge la idea de que todas las personas somos libres e iguales, y que debemos ser solidarios entre nosotros, evitando abusar de los más débiles. De este concepto proceden los valores éticos más importantes que inspiran la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

  • La libertad: “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” (art. 1); “todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” (art. 3); “nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre” (art. 4); además, no podemos ser detenidos arbitrariamente ni encarcelados, y en caso de detención tenemos derecho a protección jurídica y a un juicio justo por un tribunal imparcial (arts. 7-10).
  • La igualdad: “toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición” (art. 2).
  • La solidaridad: al estar dotados de razón y conciencia, debemos comportarnos “fraternalmente los unos con los otros” (art. 1).

Entradas relacionadas: